Cada vez más menores de edad mueren baleados en EEUU

Cada vez más menores de edad mueren baleados en EEUU
Foto sin fecha suministrada por su familia en la que Amaria Jones posa luciendo ropa con su color preferido, el violeta. Amaria, de 13 años, falleció en el 2020 en su casa al ser alcanzada por una bala perdida mientras le mostraba a su madre un baile que estaba ensayando. (Familia Jones vía AP)

SAN LUIS, EE.UU. (AP) — Cada vez más niños mueren baleados en Estados Unidos, desde pequeños alcanzados por balas perdidas hasta adolescentes que caen en guerras de pandillas o por publicar algo en las redes sociales.

Los tiroteos que afectan o involucran a menores de edad han ido en aumento en los últimos años y el 2021 no es una excepción. Expertos dicen que la inactividad derivada de la pandemia del COVID-19 se agregó a una lista de detonantes que incluye el fácil acceso a las armas y disputas que con frecuencia terminan en balaceras.

LeGend Taliferro, un chico de cuatro años al que le gustaban los dinosaurios y el básquetbol, dormía en el piso de su departamento en Kansas City cuando recibió un tiro el 29 de junio del 2020. Un hombre que había tenido una pelea con el padre de LeGend será enjuiciado por asesinato en segundo grado. Un documento de la fiscalía dice que el sospechoso estaba buscando al padre del muchacho después de una discusión.

“¿Por qué tenemos que apelar a la violencia cuando nos enojamos?”, preguntó la madre de LeGend, Charon Powell. “¿Es que no podemos resolver las cosas sin hacerle mal a nadie?”.

En el 2019 hubo 991 muertes de menores de 18 años que fallecieron baleados en Estados Unidos, según el portal Gun Violence Archive (Archivo de la Violencia con Armas), que lleva la cuenta de los tiroteos reportados por la policía, la prensa, el gobierno y fuentes comerciales. Esa cifra subió a 1.375 en el 2020 y este año podría ser peor. Hasta el lunes, 1.179 menores habían muerto baleados y 3.292 habían resultado heridos.

Estudios del FBI confirman esta tendencia. Un informe del 28 de septiembre indicó que los homicidios habían subido casi un 30% en Estados Unidos en el 2020 y que los homicidios de jóvenes de hasta 19 años habían aumentado más de un 21%.

Abundan las historias desgarradoras.

En San Luis, Caion Greene, de nueve años, falleció en marzo cuando alguien disparó al auto de su familia. Un chico de 17 años fue acusado del asesinato. La policía y los fiscales no han querido dar detalles del caso.

Dos chicas de Minneapolis fueron abatidas a tiros en mayo. Trinity Ottoson-Smith, de nueve años, recibió un balazo en la cabeza mientras jugaba en un trampolín. La policía dijo que la niña fue alcanzada por un disparo destinado a otra persona. No hubo arrestos en el caso. Aniya Allen, de seis años, fue baleada cuando el auto que conducía su madre quedó en medio de un fuego cruzado.

El 2 de octubre en Milwaukee, una niña de 11 años fue asesinada y otra de cinco resultó herida cuando alguien le disparó al auto de su familia desde otro vehículo. La policía tampoco dio detalles en este caso.

En general las víctimas son adolescentes.

Como Jamari Williams y Kentrell McNeal, ambos de 15 años, estudiantes de la secundaria Simeon Career Academy High School de Chicago, muertos en tiroteos separados el 21 de septiembre. No se han hecho arrestos y la policía no quiso especular acerca de las causas de los tiroteos.

En otra secundaria de Filadelfia, la Simon Gratz High School Mastery Charter, cinco estudiantes fueron asesinados y nueve resultaron baleados o le dispararon a otro en el último día escolar. A poco de comenzado el nuevo ciclo lectivo, dos estudiantes y un joven que se había graduado hacía poco fueron asesinados.

La escuela ayuda con los gastos de los funerales y ofrece consejería y espacio para ceremonias recordatorias.

“Ya sabemos lo que hay que hacer en estos casos, cómo ayudar cuando matan a alguien... Somos muy buenos en eso”, dijo el director de la escuela Le’Yondo Dunn.

Un informe de marzo de Children’s Defense Fund (Fondo de Defensa del Menor) indicó que las muertes de niños y adolescentes por balaceras alcanzaron su pico máximo de los últimos 19 años en el 2017 y se han mantenido altas desde entonces. Los menores de raza negra tienen cuatro veces más posibilidades de morir baleados que los blancos.

El presidente y CEO del Fondo, el reverendo Starsky Wilson, dijo que el aumento en la venta de armas que hubo durante la pandemia empeoró las cosas.

“Hay más armas en la calle y más gente con menos posibilidades de realizar actividades productivas”, dijo Wilson.

Las redes sociales también inciden, según los expertos. Un insulto en alguna plataforma puede generar represalias, señaló Jason Smith, capitán de la sección de homicidios de la policía de Filadelfia.

“Las redes hacen que resulte muy fácil decir algo ofensivo”, dijo Smith. “Lo hacen en tiempo real”.

La doctora Lindsay Clukies, quien trabaja en la sala de emergencias del Hospital de Niños de San Luis (St. Louis Children’s Hospital), dice que a veces atienden menores que ya habían sido baleados en el pasado.

“No es algo fuera de lo común ver un niño con una gran cicatriz. Le preguntas qué le pasó y te dice ‘ya me balearon una vez’”, manifestó Clukies.

“Es muy frustrante porque estas heridas se pueden prevenir”, agregó. “Nada se puede comparar con tener que decirle a un padre que su hijo falleció por algo totalmente prevenible”.

Los niños de corta edad generalmente son víctimas de balas perdidas, mientras que los adolescentes a menudo son blancos en medio de batallas entre pandillas.

Shaquille Barbour fue asesinado en Filadelfia el 6 de junio, una semana antes de completar la secundaria. Recibió 13 balazos mientras iba a su casa en bicicleta desde una tienda de la esquina. No se hicieron arrestos y la policía no tiene motivos por ahora.

Su padre, Joseph Barbour, dice que le cuesta contener la ira que siente.

“No creo que la gente sepa lo duro que es no tomar represalias”, expresó. “Estos chicos están en la calle y da la impresión de que son cazadores. Se vanaglorian y provocan a la gente después de matar a alguien”.

Smith, el policía de Filadelfia, dice que los ataques son tan brutales como osados.

“Vacían el cargador. Le disparan a alguien para incapacitarlo y después se acercan y le vacían el cargador”, relató.

___

Lauer informó desde Filadelfia.

Publicado en Inicio » Mundo »