Nuevos comienzos y grandes contratos: La temporada 2025 de la NFL despega con historias de redención y millones sobre la mesa
Minkah Fitzpatrick regresa a Miami, George Pickens busca redención en Dallas y Terry McLaurin se enfrenta al dilema del contrato con Washington: una mirada profunda a tres figuras que marcarán el ritmo de la NFL este año
El regreso del hijo pródigo: Minkah Fitzpatrick y Miami vuelven a unir fuerzas
En un movimiento que ha causado asombro y entusiasmo en partes iguales, Minkah Fitzpatrick ha regresado al equipo que una vez decidió dejar atrás en 2019: los Miami Dolphins. La franquicia no solo le ha abierto nuevamente sus puertas, también ha reestructurado su contrato para otorgarle un jugoso bono por firma de $16.245 millones.
Fitzpatrick, quien fuera elegido 11.º en la primera ronda del Draft 2018 por los Dolphins, fue intercambiado a Pittsburgh, donde se consolidó como uno de los mejores safeties de la liga. En 2022, firmó una extensión por $73.6 millones con los Steelers, convirtiéndose en el safety mejor pagado en ese entonces. Pero el destino parecía tener planes distintos.
Ahora de regreso en Miami, el acuerdo reestructurado libera $11 millones en espacio salarial, moviendo $2 millones del salario de 2026 a la temporada actual. El contrato está vigente hasta 2026, pero tanto Fitzpatrick como su agente Drew Rosenhaus están buscando un contrato multianual nuevo que proporcione mayor estabilidad.
“Es el momento perfecto para impulsar esta defensa con un líder al que conocemos bien y cuyo talento es incuestionable”, dijo un portavoz de los Dolphins.
Terry McLaurin: el parteaguas entre compromiso y negocio
En la capital de Estados Unidos, otro nombre relevante enfrenta un panorama diferente. Terry McLaurin, receptor de los Washington Commanders, reportó a los entrenamientos luego de una ausencia de cuatro días debido a una disputa contractual. Aunque fue recibido con ovaciones por fanáticos y con alivio por el cuerpo técnico, McLaurin aún no ha llegado a un nuevo acuerdo con el equipo.
El jugador, quien firmó una extensión por $68.2 millones en 2022, está en el último año de contrato y busca asegurar su futuro financiero mientras aún se recupera de una lesión de tobillo sufrida la temporada pasada. Actualmente, está enlistado como PUP (Physically Unable to Perform), lo que le impide participar en actividades en el campo, aunque sí puede asistir a reuniones y sesiones tácticas.
“Es difícil mirar desde afuera, pero entiendo el negocio del fútbol... sin embargo, no hay nada mejor que estar con los muchachos”, declaró McLaurin a los periodistas.
A pesar de sus circunstancias, McLaurin mantiene el apoyo total del equipo. Su compañero, el mariscal de campo Jayden Daniels, comentó que lo considera “uno de los nuestros” sin importar su estado contractual. Todos confían en que el acuerdo eventualmente llegará.
Vale recordar que, en la temporada pasada, McLaurin obtuvo 1,096 yardas y 13 touchdowns, alcanzando su mejor productividad desde que entró en la liga en 2016.
George Pickens y un nuevo comienzo en la tierra de la estrella solitaria
Si alguien sabe de segundas oportunidades en la NFL, ese es George Pickens. Después de tres temporadas turbulentas con los Pittsburgh Steelers, en las que acumuló tanto yardas como polémicas, el receptor ha encontrado una nueva familia en los Dallas Cowboys.
Pickens fue canjeado a Dallas en mayo de 2025 en una operación que buscaba revivir su carrera y darle estabilidad emocional a una franquicia que busca volver a los primeros planos del fútbol americano profesional. En sus tres campañas previas, acumuló 2,841 yardas y 12 touchdowns, pese a tener una rotación constante de quarterbacks y varios incidentes de conducta.
Sus problemas con la disciplina llegaron a un punto crítico en 2024, cuando fue penalizado varias veces por conducta antideportiva y protagonizó altercados con rivales y entrenadores. El entrenador de los Steelers, Mike Tomlin, llegó a declarar: “Tiene que madurar, simplemente.”
Cambio de entorno, cambio de narrativa
La llegada de Pickens a los Cowboys también ha sido un cambio de aire en lo personal. Compañeros como CeeDee Lamb y Jalen Tolbert destacan su humildad, pasión por el juego y deseo de encajar en una cultura ganadora.
“Es todo lo que dicen que no es. Es trabajador, es humilde y quiere aprender. Y eso me encanta porque yo soy igual”, comentó Lamb.
Pickens y Lamb están decididos a convertirse en el tándem receptor más temido de la NFL. Incluso ya tienen una elaborada coreografía de saludo para celebrar touchdowns, la cual, según Lamb, tardaron dos días en coordinar.
Sobre su química con el mariscal de campo Dak Prescott, Pickens reconoce que aún tienen trabajo por hacer. Algunos pases profundos han fallado en el entrenamiento, pero cree que es cuestión de tiempo y práctica.
“Yo soy un tipo diferente y CeeDee también. Juntos, podemos ser como los Mario Bros en la cancha”, dijo Pickens con una sonrisa.
Entre millones y madurez: la narrativa compartida
Lo fascinante de estas tres historias —Fitzpatrick, McLaurin y Pickens— es cómo reflejan tres caras distintas del fútbol profesional actual: el regreso con redención, la lucha entre amor al juego y negociaciones, y la transformación personal en medio del talento desbordante.
Todo esto sucede mientras la NFL se prepara para su temporada 2025, la cual promete ser una de las más espectaculares de los últimos años. Según Nielsen, la NFL continúa siendo el evento televisivo más visto en Estados Unidos, con más de 113 millones de espectadores en el último Super Bowl.
El fútbol americano, más allá de lo táctico y lo físico, es un drama en constante evolución. Y estas tres figuras ponen rostro humano a ese espectáculo: con sus dudas, sus sueños y sus millones en juego.