El asedio humanitario en Gaza: ¿Hasta dónde puede ir Israel?

La interceptación de la flotilla humanitaria Handala reaviva las críticas internacionales hacia la política israelí en Gaza

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Una nueva interceptación en aguas internacionales

El sábado por la noche, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) abordaron e interceptaron el barco Handala, una embarcación operada por la coalición internacional Freedom Flotilla, que transportaba ayuda humanitaria con destino a Gaza. El barco fue detenido en aguas internacionales, aproximadamente a 40 millas náuticas de la costa de la Franja de Gaza, y todos los ocupantes —21 activistas y periodistas de 10 países— fueron detenidos.

Entre la carga incautada se incluían fórmulas infantiles, alimentos no perecederos y medicinas. La coalición denunció que se trataba de «ayuda netamente civil, destinada a una población en colapso alimentario y médico bajo el asedio ilegal israelí».

Reacción internacional y denuncias legales

Organizaciones como Adalah, un grupo regional de derechos humanos, acusaron a Israel de violar el derecho internacional. Alegan que la interceptación ocurrió fuera de aguas territoriales israelíes, por lo tanto, sin jurisdicción legítima. “La flotilla nunca ingresó en aguas israelíes. Se dirigía a las aguas territoriales del Estado de Palestina, reconocidas por el derecho internacional”, afirmó Adalah.

También exigieron la divulgación inmediata del paradero y estado legal de los detenidos. Entre ellos hay siete ciudadanos estadounidenses, un veterano judío de guerra, un abogado de derechos humanos y una activista judía-estadounidense. Además viajaban dos italianos, por lo que el diputado Nicola Fratoianni pidió explicaciones al gobierno italiano sobre su seguridad.

Un patrón que se repite

No es el primer incidente de este tipo. En junio de 2024, la coalición había enviado otra embarcación —el Madleen— que también fue interceptada. A bordo se encontraba la reconocida activista Greta Thunberg, lo que generó gran repercusión mediática. Estas acciones reflejan el patrón constante de restringir el acceso humanitario a Gaza, bajo el argumento israelí de seguridad y control contra grupos como Hamás.

La ONU y otras organizaciones han advertido desde hace meses que Gaza se enfrenta a una situación próxima a la hambruna, con niveles alarmantes de desnutrición infantil y colapso del sistema de salud.

El bloqueo a Gaza: una década de aislamiento

Desde 2007, Israel impone un estricto bloqueo terrestre, aéreo y marítimo sobre la Franja de Gaza, medida que cuenta con la colaboración parcial de Egipto. Este bloqueo surgió tras la toma del enclave por parte de Hamás, considerado un grupo terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.

Según datos de la UNRWA, más del 80% de los 2,3 millones de personas que viven en Gaza dependen de algún tipo de ayuda humanitaria. El acceso a bienes como medicinas, alimentos, electricidad y agua potable está severamente restringido.

Desgaste internacional y presión diplomática

La operación contra el Handala se produce en un contexto de aumento de la presión internacional sobre el gobierno israelí. Países como Noruega, Irlanda y España han reconocido recientemente al Estado de Palestina, en una clara señal geopolítica frente al deterioro humanitario en la región.

Además, informes recientes de Amnistía Internacional y Human Rights Watch han calificado el bloqueo como una forma de «castigo colectivo», práctica prohibida por el derecho humanitario internacional bajo la Convención de Ginebra.

Flotillas: del símbolo a la acción directa

Las flotillas humanitarias han sido una forma de desobediencia civil no violenta desde hace décadas. Tuvieron su momento más notorio en 2010 con la llamada Flotilla de la Libertad, cuando tropas israelíes abordaron el barco turco Mavi Marmara, causando la muerte de 10 activistas.

Aquello derivó en una crisis diplomática con Turquía y una oleada de críticas internacionales. Hoy, aunque en menor escala, las flotillas continúan desafiando simbolismo bélico con acciones pacíficas.

¿Qué dice el derecho internacional?

De acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), un Estado no puede intervenir en embarcaciones civiles en aguas internacionales sin una causa legalmente justificada, como el tráfico de armas o el combate al terrorismo. En este caso, al no tratarse de un conflicto formal con otro Estado ni hechos que involucren armas, la interceptación del Handala sería ilegal, según varios expertos en derecho internacional consultados por BBC y The Guardian.

Voces desde la diáspora judía

Paradójicamente, varias figuras de la diáspora judía en EE. UU. y Europa se han mostrado cada vez más críticas con las políticas del Estado de Israel. No sólo estuvieron representadas en esta flotilla, sino que han sido activas en campañas como Jewish Voice for Peace, que califican las acciones del gobierno israelí como una traición a los valores humanitarios del judaísmo.

No es antisemita cuestionar al gobierno de Israel. Es un acto moralmente necesario”, expresó uno de los activistas retenidos a través de un comunicado divulgado por Freedom Flotilla Coalition.

¿Hacia un nuevo proceso de paz?

El deterioro de la situación humanitaria ha impulsado a varias cancillerías europeas a reabrir canales diplomáticos buscando una solución binacional más justa. Sin embargo, sin apoyo estadounidense decidido y con un gabinete israelí dominado actualmente por fuerzas ultraconservadoras y nacionalistas como el Likud y el Sionismo Religioso, las perspectivas de un acuerdo de paz efectivo parecen lejanas.

No hay conversaciones activas desde la fallida cumbre de Annapolis en 2007. Desde entonces, los brotes de violencia y las estrategias de contención han reemplazado al diálogo.

El papel de la sociedad civil internacional

Ante el inmovilismo de los gobiernos, la sociedad civil internacional ha tomado un rol protagónico. Iniciativas como Freedom Flotilla o la presión desde universidades, sindicatos y organizaciones no gubernamentales buscan quebrar el muro del silencio mediático que rodea a Gaza.

Además, el auge de redes sociales ha permitido que campañas como #BreakTheSiege o #HandalaVoyage alcancen millones de usuarios en TikTok, Instagram y Twitter, generando conciencia sobre la situación en Gaza especialmente entre audiencias jóvenes.

Una historia que no termina

A la espera de pronunciamientos más firmes de la ONU y los tribunales internacionales, la Flotilla Handala se convierte en una nueva página en la larga historia de la resistencia no violenta frente al poderío militar. Una historia que enfrenta ideas distintas de justicia, seguridad y soberanía.

En palabras del activista noruego Gerd von der Lippe, uno de los organizadores de la Flotilla: “No se trata de romper el bloqueo, se trata de reconstruir el tejido moral del mundo. Gaza es hoy el espejo donde el humanismo global se pone a prueba”.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press