Roma se prepara para una avalancha de fe: medio millón de jóvenes peregrinos llegan al Jubileo 2025

El evento católico más multitudinario del año reunirá a jóvenes de 146 países bajo el calor sofocante del verano romano, en una prueba extrema de logística, espiritualidad y hospitalidad

La Ciudad Eterna se alista para lo que promete ser uno de los mayores desafíos logísticos y espirituales del año: la celebración del Jubileo de los Jóvenes como parte del Año Santo 2025. Se estima que más de 500.000 peregrinos jóvenes llegarán a Roma la próxima semana para participar en una serie de eventos religiosos que culminarán con una vigilia al aire libre y una misa papal presidida por el Papa León XIV, el primer pontífice estadounidense de la historia.

Un Jubileo a la altura de una Jornada Mundial de la Juventud

Desde su instauración por el papa Bonifacio VIII en el año 1300, el Jubileo es una tradición que ocurre cada 25 años (salvo ediciones extraordinarias) para invitar a los fieles a un tiempo de peregrinación, renovación de la fe y reconciliación. El evento de julio-agosto de 2025 propone una semana consagrada especialmente a la juventud católica, resonando con los ecos vividos en encuentros anteriores como la inolvidable Jornada Mundial de la Juventud del año 2000 con Juan Pablo II.

Esta entrega, en palabras del arzobispo Rino Fisichella, cabeza del comité jubilar, “sigue el espíritu de una Jornada Mundial, con un intenso componente pastoral, evangelizador y social, centrado en la participación masiva y el testimonio público de fe”.

Una infraestructura sin precedentes en Italia

Tor Vergata, el enorme terreno en las afueras de Roma que sirvió de campo base en el año 2000, vuelve a ser protagonista. Durante el fin de semana del 2 y 3 de agosto, ese espacio de 52 hectáreas (128 acres) hospedará a cientos de miles de jóvenes para vivir una noche de vigilia seguida por una misa colectiva al amanecer.

Las temperaturas pronosticadas para esos días oscilan entre los 32°C y 34°C; por eso, los organizadores han dispuesto mecanismos especiales para combatir el calor:

  • 5 millones de botellas de agua distribuidas gratuitamente
  • 2.660 fuentes de agua potable
  • 70 “cañones de agua”, similares a los usados en demoliciones, para rociar a los asistentes

Un despliegue de seguridad al nivel de una cumbre global

Italia ha movilizado 4.000 agentes de policía y bomberos, reforzados por unidades de seguridad provenientes de Francia, España y Polonia. Además, el espacio aéreo sobre Tor Vergata será cerrado para aeronaves civiles y drones durante el evento. Se han instalado 122 cámaras de vigilancia y se implementarán patrullas mixtas para facilitar la gestión de los flujos y cooperar con los peregrinos extranjeros.

“No hay amenazas concretas detectadas, pero la magnitud, belleza y complejidad del evento nos obliga a extremar todas las precauciones”, declaró en rueda de prensa Lamberto Giannini, prefecto de Roma.

Un reto logístico titánico: baños, transporte, alojamiento

El evento abarca más que la fe. Es también una prueba de fuego para los servicios públicos de Roma, conocidos por ser deficientes incluso en temporadas normales.

Para la ocasión:

  • Se han dispuesto 2.760 baños portátiles, 158 de ellos adaptados para discapacitados
  • Funcionarán 43 ambulancias, un helicóptero médico y 10 puestos móviles de atención médica
  • 3.000 voluntarios de protección civil, 500 del Vaticano y 4.300 “stewards” del Jubileo guiarán a los peregrinos

La logística contempla además 20.000 plazas para alojamiento en el antiguo centro de convenciones de Roma y otras 40.000 en más de 400 escuelas y 360 parroquias que han ofrecido alojamientos solidarios.

El transporte público funcionará casi sin interrupciones, aunque muchos asistentes tendrán que caminar hasta 5 kilómetros desde las estaciones más cercanas hasta el campo de Tor Vergata. Servicios de limpieza han sido reforzados con más de 4.600 turnos extra.

Lo espiritual se impone sobre lo mundano

Más allá de cifras, mapas y protocolos, el Jubileo quiere ser una vivencia espiritual inolvidable. Desde que San Juan Pablo II nombrara a la juventud “las centinelas de la mañana” en Tor Vergata hace 25 años, estos encuentros se han convertido en hitos de renovación católica.

En Madrid 2011, Benedicto XVI rezó bajo una tormenta; en Lisboa 2023, Francisco proclamó que en la Iglesia cabía “todos, todos, todos”, en un mensaje de acogida sin reservas. ¿Qué momento dejará León XIV en su primera gran aparición ante la juventud? ¿Qué frases quedarán grabadas en la memoria colectiva?

El papa, que ha recorrido ya Estados Unidos, Brasil, Filipinas y Uganda en su primer año de pontificado, ha elegido esta celebración como piedra angular de su pontificado. Sus palabras serán seguidas por medios de comunicación de todo el mundo y podrían ampliar o redefinir las líneas pastorales que marcarán el rumbo de la Iglesia del futuro.

Una Roma saturada pero esperanzada

Los meses previos al evento han transformado a Roma en un inmenso taller urbano. Muchas áreas del centro han sido reurbanizadas, surgieron nuevas rutas peatonales e incluso se han restaurado basílicas y áreas arqueológicas. Algunas calles aún muestran las cicatrices del apuro constructivo.

Sin embargo, la población romana —si bien preocupada por el colapso logístico potencial— sabe que estos eventos también reactivan economía, turismo y comercio. El Vaticano estima que 17 millones de personas ya participaron en eventos jubilares hasta julio, superando la mitad del total esperado de 32 millones para el final del año.

Una oportunidad para el diálogo interreligioso y multicultural

El Jubileo de los Jóvenes no es solo católico. Muchos de los 146 países que estarán representados cuentan con minorías religiosas o jóvenes que, sin ser cristianos, se han sentido llamados a participar en un evento que promueve valores universales como la paz, la esperanza y el servicio comunitario.

“No queremos un evento cerrado sobre sí mismo –afirma Fisichella–. Este Jubileo será una gran oportunidad para sembrar puentes, no muros”.

Fe, sudor y generosidad en tiempos de prueba global

El contexto internacional —con conflictos armados, tensiones diplomáticas, crisis climáticas y migratorias— añade un peso simbólico a este evento. La Iglesia, a través del Papa y de los jóvenes peregrinos, quiere lanzar un mensaje de unidad y esperanza en un mundo fracturado.

Roma, en este agosto caluroso, podría volverse nuevamente el corazón de la cristiandad visible en todo su colorido, juventud y cultura globalizada. Una postal moderna que recuerda las palabras de aquel santo polaco que, en el umbral del milenio, convocó con voz rotunda: “¡No tengáis miedo!”

Este artículo fue redactado con información de Associated Press