Jalen Hurts y los Eagles evitan la trampa del bicampeonato: La lección de Michael Jordan

La mentalidad que podría proteger a Philadelphia del famoso 'Super Bowl hangover' y llevarlos de nuevo a la cima.

La sombra del bicampeonato y un consejo de leyenda

En el mundo del deporte profesional, repetir un campeonato es una de las tareas más arduas que existen. Son contadas las franquicias que han logrado ese hito, en parte por el agotamiento físico, pero sobre todo por el psicológico. En este contexto, Jalen Hurts, quarterbacks de los Philadelphia Eagles, ha decidido seguir el consejo de una figura que sabe un par de cosas sobre lo que significa ganar: Michael Jordan.

El seis veces campeón de la NBA y MVP en todas esas finales cenó con Hurts en Grecia durante el verano. Durante su conversación, Jordan fue claro y directo: evita pensar en “repetir”.

“Usó todas las palabras excepto repetir”, contó Hurts entre risas. Y, en efecto, ese ha sido el mantra de los Eagles desde el arranque del training camp de 2025: nada de repetir, solo avanzar. Una filosofía tan lúcida como estratégica.

El nuevo año, una nueva historia

Philadelphia ganó el Super Bowl de 2024 con un rotundo 40-22 sobre Kansas City. Hurts fue nombrado MVP del partido y, sin embargo, apenas se dejó ver mostrando su anillo en los festejos posteriores. Mientras que sus compañeros posaban felices con el trofeo, Hurts sostenía la caja de presentación, como símbolo inequívoco de que su mente ya estaba en el siguiente paso.

“He pasado de página”, comentó. “Es así de simple”.

El equipo en general ha adoptado esa filosofía. Desde el entrenador en jefe Nick Sirianni hasta el novato más reciente, los términos en el campo de entrenamiento han sido "química", "cultura" y "unidad". El eslogan “tough, detailed, together” (duros, detallistas, unidos) sigue vivo. De hecho, está grabado incluso en los anillos de campeonato.

Evitar el 'Super Bowl Hangover' comienza en la mente

Parte clave de esta estrategia de los Eagles radica en lo que podríamos llamar psicología inversa: negar el concepto de campeones defensores es una forma de combatir la complacencia, el amor propio excesivo y el letargo emocional que suele acompañar a los equipos exitosos.

“No estamos defendiendo nada. Somos los campeones del mundo 2024, eso es todo”, soltó Jordan Mailata, tackle ofensivo, con una dosis de irreverencia que ha caracterizado su actitud desde su llegada a la NFL desde Australia.

Y tiene razón. Numerosos estudios en psicología deportiva hablan de cómo la autosatisfacción interna inhibe el crecimiento. La mente traslada al cuerpo un mensaje de tarea cumplida, aunque los objetivos futuros estén apenas comenzando a gestarse.

Evitar eso implica eliminar no solo el lenguaje de sostener lo conseguido, sino el símbolo mental —y emocional— de lo ya logrado. En tal sentido, los Eagles se están comportando más como aspirantes que como campeones.

Un equipo que no se duerme en los laureles

El trabajo de la gerencia también ha sido vital. Howie Roseman, el gerente general, no descansa. Hizo movimientos agresivos y certeros como renovar a figuras clave antes de que probaran el mercado:

  • Saquon Barkley recibió el contrato más alto para un corredor en la historia de la liga: 2 años y $36 millones garantizados.
  • Zack Baun, linebacker All-Pro, firmó una extensión antes de llegar a la agencia libre.
  • Cam Jurgens, centro ofensivo, firmó por 4 años más.
  • Nick Sirianni también recibe una extensión que lo ata al equipo por varias temporadas.

La apuesta es clara: mantener el núcleo y evitar distracciones innecesarias.

Mientras otros equipos caen víctima de la "resaca del Super Bowl", Philadelphia busca mantenerse sobrio sin perder su sentido competitivo. Como dijo Mailata: “No estoy tratando de estar borracho” —una metáfora perfecta para un equipo que no quiere confiarse.

Nuevas caras, nuevas metas

Con algunas salidas notables como las de Brandon Graham, Darius Slay y C.J. Gardner-Johnson, el roster de los Eagles se adapta a una nueva era. La configuración de talento y liderazgo ha mutado, pero persiste ese ADN competitivo que los ha llevado a disputar tres Super Bowls en los últimos ocho años, ganando dos.

“Es fundamental unirnos como equipo”, dijo Sirianni. “Eso se logra sufriendo juntos”.

Lejos de la era de los “adorables desvalidos” de 2017, los Eagles de hoy son una franquicia modelo con aspiraciones reales al título cada año. En 2025, son favoritos de la NFC según BetMGM Sportsbook, con probabilidades de 7-1.

Disciplina mental y ejemplo de liderazgo

Jalen Hurts ha sido un ejemplo de liderazgo tranquilo. La manera en que ha evitado el protagonismo innecesario, su rechazo ocasional a usar el anillo de campeón en público, y su forma de hablar sin bombos ni platillos, han instalado un tono ejemplar dentro del vestidor.

Inclusive en la ceremonia del anillo, mientras A.J. Brown proclamaba: “Me sentí como un verdadero campeón”, Hurts optaba por la serenidad: “Fue una última oportunidad para apreciar el Super Bowl. Nada más”.

Su comportamiento recuerda a figuras históricas como Tom Brady, quien tras ganar un campeonato ya estaba en entrenamientos al día siguiente, o Kobe Bryant, que tras vencer en las Finales NBA preguntaba en conferencia: “¿El trabajo está terminado? No lo creo”.

¿Lo lograrán en 2025?

La misión se presenta clara pero desafiante: ganar otro Super Bowl sin caer en las trampas cognitivas del pasado reciente. La mentalidad de tabula rasa aplicada por Hurts y amplificada por Sirianni puede ser una pieza crucial.

Los Eagles están haciendo lo que pocos campeones recientes se atreven a hacer: negar el champán, el confeti y el recuerdo. Convertirse en villanos despiadados, en lugar de héroes nostálgicos.

Philadelphia no quiere repetir la historia. Quiere escribir una nueva.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press