Los Vikings, con hambre de redención: la apuesta de Greenard y el nuevo rumbo de O’Connell

Motivación interna, evolución táctica y un vestuario decidido: los Minnesota Vikings se preparan para revertir su historia sin anillo

“Más se requiere”: El mantra que renueva el espíritu vikingo

La temporada 2025 de los Minnesota Vikings ya comenzó mucho antes del primer silbato en septiembre. La eliminación en playoffs a principios de 2024 dejó una marca, pero también encendió una chispa. Jonathan Greenard, uno de los líderes defensivos del equipo, lanzó un mensaje claro en redes sociales: “More is required”. En esa frase, nacida de la frustración pero cargada de visión, se encapsula lo que ahora es el grito de batalla del equipo.

Ese mensaje evolucionó a una camiseta. Y esa camiseta se convirtió en símbolo. Al inicio de las sesiones de strength & conditioning de primavera, todos los jugadores encontraron el ya famoso eslogan esperándolos en sus casilleros. El gesto no fue superficial: fue una declaración de principios.

“Solo puedes controlar tu esfuerzo individual. Si haces eso, alguien más te verá, y será algo contagioso para todo el equipo”, explicó Greenard meses después en una entrevista.

Una franquicia de prestigio… sin joya en la corona

Los Vikings no son una franquicia cualquiera. Existen desde los años 60 y han sido protagonistas constantes en varias eras. Lo que aún se les escapa es el Super Bowl. No han ganado uno. Cuatro finales perdidas entre 1970 y 1977, y desde entonces, silencios prolongados aderezados con campañas prometedoras que terminan en sabor amargo.

La más reciente muestra fue el 14-4 de 2024, culminado con una aparente desconexión total en su primer partido de postemporada. Esa “una y fuera” tocó cuerdas sensibles en el vestuario. Tanto el entrenador en jefe Kevin O’Connell como el gerente general Kwesi Adofo-Mensah renovaron contrato durante la offseason. El mensaje: continuidad, pero con presión aumentada.

“Nos sentimos orgullosos de algunas cosas que hemos logrado, pero ya es tiempo de mirar hacia adentro. El trabajo invisible, la preparación mental, marcarán la diferencia. Queremos llegar y sentirnos dignos en esos momentos decisivos”, declaró O’Connell al inicio del campamento.

Regresan piezas clave, con salud y mentalidad renovada

El arranque de la pretemporada trajo buenas noticias en el plano físico. Solo dos nombres figuran en la lista de jugadores físicamente no aptos para jugar: el tight end Gavin Bartholomew y el linebacker Chaz Chambliss. Esto significa que el left tackle Christian Darrisaw —quien se recupera de una rotura de ligamento— y el nuevo guardia derecho Will Fries, fichado desde los Colts, están disponibles para la progresiva incorporación. Ambos son claves para proteger al nuevo quarterback J.J. McCarthy.

En un equipo que busca reescribir su historia en el ataque, la disponibilidad de sus mejores linieros ofensivos desde el inicio es vital. Especialmente si consideramos la volatilidad que ha tenido Minnesota en esa unidad durante años. La estabilidad promete más que protección: otorga identidad.

J.J. McCarthy y el futuro de la ofensiva

El joven J.J. McCarthy, estrella emergente de Michigan y elegido en la primera ronda del draft, afronta su temporada de novato como una mezcla de esperanza e incertidumbre. Su potencial ha sido elogiado, pero Minnesota sabe que necesita construir correctamente su entorno —línea ofensiva saludable, juego terrestre consistente, y defensiva que no lo obligue a remontar cada semana— para evitar que viva las turbulencias comunes de los rookies.

McCarthy entra en un sistema liderado por un O’Connell creativo, y con armas como Justin Jefferson, T.J. Hockenson y Jordan Addison. Este último, por cierto, podría enfrentar sanciones por parte de la NFL luego de resolver en tribunales una imputación por conducir ebrio en 2024. La incertidumbre sobre su disponibilidad agrega una capa más de complejidad al inicio de la campaña.

El legado de no ganar pesa

Minnesota no ha ganado un partido de playoffs desde hace seis temporadas. Su último triunfo data de 2019. Desde entonces, han sido aspirantes sin concretar. Estrellas han pasado. Defensas han brillado fugazmente. Entrenadores han rotado. Pero el trofeo Vince Lombardi parece blindado.

O’Connell opta por una narrativa introspectiva. Más que promesas al aire, su discurso apunta al trabajo invisible: las decisiones pequeñas que moldean los grandes momentos. Le habla a sus jugadores desde la psicología, entendiendo que hoy el talento no basta. Hace falta cultura.

“Es hora de comprender qué estamos realmente tratando de construir aquí”, dijo el entrenador al abrir los campos de práctica.

Un liderazgo unido a largo plazo

La inédita extensión sincronizada de contratos tanto para O’Connell como para Adofo-Mensah es una señal poderosa. Los dueños de los Vikings decidieron no solo respaldar con palabras a los arquitectos del proyecto, sino blindarlos para que sus decisiones no sean interpretadas desde la urgencia del resultado inmediato.

En la NFL, donde la paciencia es lujo, Minnesota apuesta por la continuidad estratégica. Y eso funciona mejor cuando jugadores como Greenard dan un paso al frente para liderar desde la acción y la palabra.

Greenard, cultura competitiva y efecto dominó

En apenas meses, lo que comenzó como un simple post en redes sociales se convirtió en camiseta, y ahora es principio rector. “More is required” no es consigna vacía. Es un recordatorio incómodo, pero necesario. Porque los Vikings han tocado la puerta muchas veces sin entrar.

El efecto dominó que pretende generar Greenard implica traer accountability a cada rincón del vestuario. Incluso jugadores veteranos como Brian O’Neill, uno de los pilares de la línea ofensiva, lo reconocen abiertamente:

“Esa escala no se ha inclinado a nuestro favor aún. Y tenemos que encontrar la manera de que eso cambie”.

El camino a seguir: trabajo silencioso y sueños ruidosos

Con poco ruido mediático, lejos de los reflectores dominados por los Chiefs de Mahomes o los 49ers de Purdy, los Vikings están construyendo algo diferente. No prometen flashes. Lo que buscan es uno de los logros más difíciles en los deportes profesionales: transformar cultura.

Y cuando eso ocurre desde la estructura —jugadores veteranos comprometidos, gerencia unida, entrenadores que conocen el libreto— se puede soñar en grande. Pero como bien sabe Greenard: se requiere más. Mucho más.

En 2025, los Vikings no solo disputarán partidos. Disputarán su lugar en la historia. Y en una liga donde ya todo parece inventado, ese tipo de motivación interna puede representar la chispa que cambia el curso de una franquicia.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press