Alemania quiere volver a ser el motor económico de Europa: ¿se puede lograr con inversión privada y reformas?
Con 631 mil millones de euros prometidos por grandes empresas, el gobierno de Friedrich Merz apuesta todo a la modernización, digitalización y confianza empresarial. ¿Será suficiente para revivir una economía estancada?
Un giro necesario: Alemania busca resurgir
Durante los últimos dos años, la economía alemana ha enfrentado una desaceleración preocupante, marcando una contracción sostenida inédita en décadas. Sin embargo, el gobierno del nuevo canciller Friedrich Merz, quien asumió el poder el 6 de mayo de 2025, ha dejado claro que busca cambiar esta narrativa con una combinación de reformas estructurales e inversión privada.
En un evento celebrado en la Cancillería alemana este lunes, Merz anunció, junto a líderes corporativos, un ambicioso proyecto bajo el nombre “Made for Germany”. Esta iniciativa representa un compromiso de más de 631 mil millones de euros (733 mil millones de dólares) en inversiones para los próximos tres años por parte de un grupo de 61 compañías líderes del país, lo que se considera una declaración de confianza poderosa en el futuro de la primera economía europea.
¿Qué incluye el plan?
El plan del nuevo gobierno incluye un fondo público de 500 mil millones de euros destinados a infraestructura durante los próximos 12 años. Este fondo se complementa con la intención expresa de:
- Reducir la burocracia mediante reformas regulatorias;
- Acelerar la digitalización en sectores públicos y privados;
- Mejorar el ecosistema para la innovación tecnológica;
- Modernizar la infraestructura del país, desde caminos hasta redes de datos.
Además, el compromiso de empresas privadas incluye tanto nuevas instalaciones industriales como inversiones en investigación y desarrollo. Entre los grupos participantes están gigantes como Siemens, Deutsche Bank y otros nombres clave del sector financiero e industrial.
Merz: “Alemania está de vuelta”
Durante la rueda de prensa, el canciller Merz fue categórico: “El mensaje es muy claro: Alemania está de vuelta. Vale la pena invertir aquí de nuevo. No somos un país del pasado, sino del presente y, sobre todo, del futuro.”
El entusiasmo gubernamental fue replicado por líderes empresariales. Christian Sewing, CEO de Deutsche Bank, reconoció el esfuerzo de la administración Merz al afirmar que “están decididos a terminar con el rezago de reformas que nos ha frenado durante demasiado tiempo”. Por su parte, Roland Busch, CEO de Siemens, declaró: “Queremos crecimiento económico, fortalecer la competitividad alemana y liderar en tecnología”.
La economía detrás del eslogan
Pero, ¿es suficiente un eslogan y la firma de convenios de inversión para revertir años de malas cifras? Alemania arrastra una contracción acumulada del 0.6% del PIB en los años 2023 y 2024, según datos del Federal Statistical Office (Destatis). Incluso se proyecta un crecimiento nulo para 2025, lo cual convierte el tema en prioritario.
Entre los factores que han contribuido a este estancamiento están:
- La crisis energética provocada por la invasión rusa a Ucrania;
- Una alta inflación sostenida entre 6% y 7% durante varios trimestres;
- La dependencia excesiva del comercio exterior y particularmente de la demanda china;
- Una infraestructura obsoleta y procesos burocráticos lentos.
¿Un cambio de paradigma para un país conservador?
Alemania ha sido históricamente reticente al endeudamiento elevado y a la intervención estatal en sectores que considera que pueden estar mejor gestionados por el mercado. Sin embargo, la necesidad de acelerar la digitalización y modernizar infraestructura ha forzado un giro ideológico. Según un informe de la OCDE de 2024, Alemania ocupa el puesto 27 entre los 35 países miembros en digitalización de servicios públicos, un lugar discordante con su imagen de eficiencia industrial.
La creación del fondo de 500 mil millones de euros —a financiar con deuda pública— representa, por tanto, un cambio contundente en la política económica alemana. Analistas financieros argumentan que este plan podría marcar un antes y un después si se ejecuta correctamente.
Confianza empresarial vs. reformas necesarias
El compromiso empresarial es indudablemente una señal positiva. Sin embargo, varios expertos coinciden en que por sí solo no basta. Hará falta que el gobierno agilice permisos, reduzca tiempos de respuesta y redefine las prioridades en formación técnica y laboral.
En palabras del economista alemán Marcel Fratzscher, presidente del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW Berlin): “Esta es una oportunidad histórica para corregir desequilibrios estructurales acumulados durante décadas. Los capitales están listos, pero necesitan una plataforma regulatoria moderna para operar efectivamente.”
Comparación internacional: ¿puede Alemania recuperar el liderazgo?
Durante mucho tiempo, Alemania fue considerada la locomotora económica de Europa. Sin embargo, en los últimos cinco años, países como Irlanda, Polonia y los Países Bajos han crecido más rápidamente. La competitividad alemana en sectores clave como la automoción ha sido desafiada por China y Corea del Sur, mientras que las nuevas tecnologías, como inteligencia artificial y chips, están dominadas por EE.UU. y Asia.
Según el World Economic Forum, Alemania ha caído del 4º al 8º puesto en su índice mundial de competitividad entre 2018 y 2024.
¿Otra vez el Mittelstand al rescate?
Otro punto interesante será seguir el papel del Mittelstand, las pequeñas y medianas empresas alemanas que han sido históricamente el soporte del crecimiento económico del país. Si bien la iniciativa "Made for Germany" está impulsada por las grandes empresas, el gobierno deberá asegurarse de no descuidar el tejido empresarial más pequeño, que representa más del 70% del empleo privado en Alemania.
Medidas anunciadas como incentivos fiscales a la digitalización de PYMES y la creación de “ventanillas únicas” para trámites son, en este sentido, pasos preliminares positivos. Pero su implementación real será el verdadero test.
¿Será suficiente?
La suma de 631 mil millones de euros impresiona y genera titulares esperanzadores. Sin embargo, la historia está llena de planes ambiciosos que no pasaron del papel. En este contexto, el aspecto más crítico será la ejecución efectiva de estos proyectos. La voluntad política está presente, la confianza empresarial también; ahora, el desafío será entregar resultados tangibles en un plazo razonable.
Como dijo Roland Busch de Siemens: “Esto no se trata solo de dinero. Se trata de visión, implementación y, sobre todo, decisión.”
Alemania parece lista para reinventarse. El mundo observa. ¿Logrará Merz lo que muchos consideran una misión titánica?