Trump vs. los nuevos nombres en el deporte: ¿nostalgia o oportunismo político?

El expresidente reaviva la polémica sobre los cambios de nombres en equipos deportivos como los Commanders y los Guardians. Más que una anécdota, es un reflejo de la guerra cultural en EE.UU.

Donald Trump no deja de protagonizar titulares, pero esta vez lo hace desde el campo del deporte y la identidad cultural. El expresidente de Estados Unidos utilizó su red Truth Social para exigir que dos clubes deportivos —Washington Commanders (NFL) y Cleveland Guardians (MLB)— vuelvan inmediatamente a sus anteriores nombres: Redskins e Indians. Las declaraciones no tardaron en reabrir una discusión que parecía enterrada: ¿era necesaria la renombración? ¿Son estos gestos progresistas realmente efectivos o simplemente políticamente correctos?

Un conflicto entre identidad, historia y sensibilidades

Ambos equipos realizaron sus cambios de nombre en el marco de profundas tensiones sociales relacionadas con identidades raciales, apropiación cultural y una redefinición del respeto a las comunidades originarias. Los Redskins se convirtieron en Washington Football Team en 2020, y posteriormente en los Commanders en 2022. Por su parte, los Indians anunciaron en 2021 su cambio a Cleveland Guardians, nombre con el cual debutaron en la temporada 2022.

La decisión vino acompañada de intensas reacciones, tanto de apoyo como de rechazo. Mientras que diversas organizaciones indígenas y activistas celebraban lo que consideraban una victoria simbólica en la lucha contra la discriminación sistemática, otros sectores —especialmente conservadores— lo vieron como una rendición al “wokeism” imperante.

Trump: ¿defensor de la tradición o agitador populista?

En su mensaje del domingo, Trump escribió:

“Los Washington ‘lo que sea’ deben CAMBIAR INMEDIATAMENTE su nombre de nuevo a Washington Redskins. Hay una gran clamor por esto. Lo mismo con los Cleveland Indians, uno de los seis equipos originales del béisbol, con un pasado legendario. Nuestra gran gente india, en grandes números, quiere que esto suceda. Su herencia y prestigio están siendo eliminados sistemáticamente.”

No es la primera vez que Trump recurre al deporte y la cultura popular para lanzar dardos en su guerra cultural contra el progresismo. Lo hizo durante su mandato con la NFL y las protestas de los jugadores arrodillándose durante el himno, y lo hace ahora como parte de su estrategia para posicionarse de cara a las elecciones presidenciales de 2024.

¿Qué dicen las franquicias?

Josh Harris, actual dueño de los Commanders, ha sido claro: el nombre no cambiará.

“Este es el nombre con el que estamos construyendo nuestro futuro. No hay planes para regresar al anterior”, expresó Harris a principios de 2024.

Por otro lado, Chris Antonetti, presidente de operaciones de béisbol de los Guardians, respaldó la decisión tomada:

“Entendemos que existen diferentes perspectivas sobre el cambio, pero nos enfocamos en construir nuestra identidad como Guardians. Estamos entusiasmados con lo que viene.”

Ambas franquicias han invertido tiempo, dinero y esfuerzo en proyectos de marca, mercadotecnia, uniformes y presencia digital. Más importante aún, han establecido nuevas dinámicas con sus comunidades y patrocinadores.

¿Cuánto impacto tienen realmente los nombres?

La importancia de un nombre en el deporte va más allá de lo comercial. Tiene dimensiones culturales, históricas y emocionales. Según una encuesta realizada por Washington Post en 2020, un 49% de estadounidenses apoyaban el cambio del nombre Redskins, mientras que un 44% se oponía. En cuanto al equipo de Cleveland, el apoyo fue más amplio, con un 55% respaldando el abandono de “Indians”.

Los nombres tienen el poder de perpetuar estereotipos. En el caso de “Redskins”, históricamente ha sido considerado un término ofensivo hacia los pueblos originarios de Estados Unidos. Muchas asociaciones nativas, como el National Congress of American Indians, llevan décadas luchando contra su uso.

Historia de los nombres conflictivos

  • Washington Redskins: Fundado en 1932 como Boston Braves, se convirtió en Redskins en 1933. El equipo se mudó a Washington D.C. en 1937.
  • Cleveland Indians: El equipo adoptó ese nombre en 1915. Usó la caricatura de “Chief Wahoo” como logotipo hasta 2018. Antes se llamó Blues, Bronchos y Naps.

Muchos equipos deportivos en Estados Unidos han evolucionado en este sentido. Algunos ejemplos incluyen:

  • Los Stanford Indians se convirtieron en el Cardinal.
  • Los Dartmouth Indians pasaron a ser los Big Green.

Este movimiento, sin embargo, no ha sido homogéneo. Otros equipos con nombres potencialmente ofensivos como los Atlanta Braves o los Chicago Blackhawks han resistido presiones por cambios, argumentando que lo hacen en honor o con respeto hacia las culturas indígenas. No obstante, cada vez enfrentan más escrutinio.

¿Qué buscan los votantes conservadores con estas declaraciones?

Muchos analistas políticos interpretan estas posiciones de Trump como un llamado claro a su base electoral, que se siente atacada por lo que consideran como imposiciones del “politicamente correcto”. Volver al pasado —a los nombres tradicionales, a símbolos controvertidos— es presentado como un ejercicio de valentía contra el “progresismo radical”.

Sin embargo, el “clamor popular” que menciona el expresidente es difícil de cuantificar. Las encuestas sugieren que una gran parte de las nuevas generaciones e incluso muchas comunidades indígenas prefieren estos nuevos nombres, ya que los consideran más inclusivos y menos peyorativos.

Una tendencia inevitable

El deporte es reflejo de la sociedad. Así como ha evolucionado en términos de inclusión de género, políticas contra el racismo o protección a los jugadores, también lo hace en sus símbolos y representaciones. La presión social ha logrado cambios significativos antes, y lo seguirá haciendo.

Lo que para algunos puede parecer una innecesaria revisión histórica, para otros representa un paso hacia la dignidad, el respeto y la inclusión. Y es ahí donde se traza la verdadera línea de batalla cultural que esta discusión expone.

¿Existe posibilidad de reversión?

De momento, todo indica que tanto los Commanders como los Guardians seguirán con sus nuevas identidades. Las organizaciones son conscientes del impacto económico y social que tendría un cambio de rumbo, además del rechazo que enfrentarían de buena parte de sus fanáticos y patrocinadores.

Es poco probable que las presiones de Trump vayan más allá de una retórica de campaña, aunque podrían inspirar a otras figuras políticas o movimientos a interpelar decisiones similares en otros contextos.

En palabras del historiador deportivo Scott A. Bush:

“Los equipos no cambian por capricho. Lo hacen porque el contexto lo exige. Y si bien perder parte del pasado puede doler, construir un futuro más respetuoso tiene mucho más valor.”
Este artículo fue redactado con información de Associated Press