Redibujando el mapa político: la batalla por Texas y la frontera del poder en Estados Unidos

Una mirada crítica al intento republicano de rediseñar los distritos electorales en Texas y las consecuencias políticas, legales y sociales que genera

Texas, el epicentro de una nueva contienda política

En la arena política estadounidense, Texas se ha convertido en el nuevo campo de batalla donde se define el futuro del Congreso. Con 38 escaños en la Cámara de Representantes y una población en continuo crecimiento —particularmente en comunidades no blancas—, el estado sureño es codiciado por ambos partidos.

En medio del empuje de Donald Trump por evitar perder el control de la Cámara en 2026, los republicanos de Texas están preparando una redibujación estratégica del mapa electoral para diseñar cinco distritos favorables al GOP. Pero esta jugada no está exenta de riesgos.

Gerrymandering: ¿arma política o trampa autoinfligida?

El proceso de redibujar distritos legislativos tras el censo se conoce como redistricting, y cuando se hace con fines partidistas se transforma en gerrymandering. El objetivo es claro: concentrar o diluir votos para favorecer al partido que controla la legislatura estatal. En este caso, los republicanos texanos buscan modificar distritos como el del representante demócrata Vicente Gonzalez, quien ganó por poco más de 5,000 votos en 2024.

"Prepárense para nuevas oportunidades de reconquista", declaró Gonzalez, confiado en que cualquier redistribución también afectaría negativamente a los distritos republicanos colindantes, incrementando la competitividad.

No obstante, expertos advierten del peligro de un “dummymander”, una modificación tan agresiva que debilita a los propios candidatos del partido que la realiza. Esto ya ocurrió en 2018, cuando el enojo generalizado contra Trump permitió a los demócratas recuperar escaños en Texas que los republicanos creían seguros.

Entre tácticas legales y riesgos constitucionales

Además del riesgo electoral, los republicanos también enfrentan amenazas legales. La Ley de Derecho al Voto (VRA, por sus siglas en inglés) exige que ciertos distritos tengan una proporción adecuada de minorías para garantizar su representación. Fragmentar comunidades como la hispana del Valle del Río Grande podría abrir la puerta a nuevas demandas judiciales.

Michael Li, investigador del Brennan Center for Justice en Nueva York, advirtió: "Es una jugada políticamente y legalmente muy riesgosa. Es como tirar la cautela al viento".

Los demócratas afilan sus armas (y evalúan una retirada)

En respuesta al llamado del gobernador Greg Abbott a una sesión legislativa especial para aprobar el nuevo mapa —en paralelo a una emergencia por inundaciones que dejó 135 muertos—, la bancada demócrata está considerando repetir la táctica de 2021: no asistir para romper el quórum.

La Legislatura de Texas requiere presencia mínima para sesionar. Para impedir esto, los legisladores pueden ausentarse, una estrategia que les costaría ahora hasta $500 por día gracias a una norma establecida por los republicanos tras el último boicot.

“Que nadie subestime la voluntad de lucha de los demócratas texanos”, comentó Trey Martinez Fischer, líder del ‘walkout’ anterior.

Voluntarios en las cortes de inmigración: los otros defensores invisibles

Paralelamente a estas batallas institucionales, en las cortes de inmigración estadounidenses se libra otro tipo de lucha: humana e invisible. En ciudades como Seattle y Nueva York, voluntarios acompañan a inmigrantes que enfrentan procedimientos de deportación. Lo hacen para brindar ayuda logística, emocional y garantizar que no desaparezcan sin dejar rastro.

El proceso se ha vuelto aún más sombrío bajo la administración Trump, donde, tras la desestimación de casos en corte, agentes de ICE arrestan a los migrantes en pasillos o al salir del recinto. A veces sin permitirles siquiera recoger sus pertenencias o llamar a sus familias.

“Están ahí para memorizar números de teléfono, entregar llaves de coche o mochilas”, relata Stephanie Gai, abogada del Northwest Immigrant Rights Project. “Sin ellos, no podríamos hacer esto”.

Testigos de una política cruel

Las escenas dentro de estos juzgados rayan en lo trágico. Una mujer en Nueva York preguntaba desesperada: “¿Dónde está mi esposo?”. Dentro del mismo tribunal, agentes de ICE lo habían arrestado justo después de que el juez le otorgara un plazo adicional para buscar abogado.

El reverendo Fabián Arias, voluntario que presenció la escena, insiste en el carácter crucial de este tipo de acompañamientos: “Es desgarrador ver cómo se llevan a alguien que tenía permiso para seguir su caso. La familia queda en tierra de nadie”.

Más allá del drama personal, estos episodios generan revuelo político. Las detenciones han sido grabadas y difundidas en redes sociales, alimentando denuncias por tratos inhumanos y violaciones al debido proceso.

La maraña de 2026: elecciones intermedias con efecto dominó

Este afán por reconfigurar el mapa de Texas tiene un horizonte más amplio: las elecciones legislativas de 2026. El Partido Republicano enfrenta desafíos distintos pero iguales en su gravedad. Senadores enfrentados a elecciones clave —como John Cornyn (Texas), Bill Cassidy (Louisiana) o Joni Ernst (Iowa)— están atrapados entre la lealtad a Trump y su declinante reputación.

En paralelo, los demócratas enfrentan barreras estructurales: pocos estados bajo su control permiten manipular distritos, dejando la ofensiva casi exclusivamente en manos del GOP.

Eso no impide que se exploren jugadas audaces. Desde California, el gobernador Gavin Newsom sopesa formas de contrarrestar los sesgos republicanos, incluso sorteando las comisiones independientes de cartografía electoral.

Trump y el efecto frontera: un bastión inesperado

Si alguna vez se pensó que las regiones hispanas de Texas tendían al azul, el último ciclo invertido esa lógica. El Valle del Río Grande —antes refugio demócrata— ahora empatiza con el mensaje antiinmigración de Trump.

“Ganamos todos los condados fronterizos con México, algo que nunca había sucedido”, celebró el expresidente en redes sociales.

Esto explica las presiones de Trump sobre legisladores texanos para asegurar su mayoría, aun si implica desafiar la legalidad de la VRA. Para muchos republicanos, vale la pena correr ese riesgo si con ello aseguran el control de la Cámara y el Senado en 2026.

¿Rediseño o revancha política?

Más allá del cálculo partidista, lo que ocurre en Texas es un síntoma de un sistema democrático que se bate entre el ideal de representación justa y las jugadas de poder.

En la sombra, los inmigrantes enfrentan otra versión de esta guerra: sus vidas puestas en espera, sus derechos ignorados, y sus familias atrapadas en un limbo legal. La acción de los voluntarios en las cortes es un recordatorio de que hay una sociedad civil alerta, decidida a ejercer resistencia donde los canales institucionales han fallado.

Mientras tanto, republicanos y demócratas se preparan para un 2026 plagado de litigios, polarización y luchas fronterizas que revelan mucho más que simples líneas en un mapa: cuentan la historia de una nación que todavía redefine quién pertenece.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press