Sandalias de neumáticos en Sudán del Sur: creatividad y supervivencia en medio del colapso económico

Una mirada al ingenio de los artesanos sudaneses que transforman crisis y desechos en esperanza y dignidad

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Supervivencia a través del caucho: la reinvención de los neumáticos

En medio del colapso económico de Sudán del Sur, donde más del 80% de la población vive bajo el umbral de la pobreza, una forma ingeniosa de resistir ha emergido desde los puestos humildes de los mercados locales. En ciudades como Wau y Juba, los neumáticos desechados se están convirtiendo en sandalias resistentes y económicas que ayudan a los ciudadanos a caminar—literalmente—sobre la adversidad.

Esta práctica no es nueva en el continente africano; sin embargo, en Sudán del Sur ha tomado un matiz de supervivencia. Mientras el país enfrenta una grave inseguridad alimentaria y una hiperinflación sin precedentes, muchas personas se ven forzadas a recortar gastos—incluyendo el calzado. Y donde el cuero es un lujo, el caucho reciclado se convierte en una solución viable.

Emmanuel Achuil: el artesano de la dignidad

Uno de los protagonistas es Emmanuel Achuil, un zapatero de la ciudad de Wau que ha hecho de la escasez económica una oportunidad. "Cuando las cosas van mal—sin comida, sin trabajo—este oficio no me falla", afirma Achuil, quien produce entre 5 y 10 pares de sandalias a la semana, utilizando cuchillos para tallar el caucho y ensamblar correas coloridas hechas con materiales reciclados.

Sus productos no solo son baratos (aproximadamente $4 dólares por par), sino que son notablemente duraderos. Clientes como Deng Akol Athuai afirman que un solo par puede durar más de un año, especialmente en caminos irregulares y condiciones rurales del país. Para muchos, Achuil es más que un zapatero; es un símbolo de resistencia.

El papel del colapso económico en el auge de las sandalias recicladas

El trasfondo de esta creatividad es sombrío. Desde 2023 la libra sursudanesa ha perdido gran parte de su valor frente al dólar. La economía, que depende en un 90% de los ingresos del petróleo, ha quedado paralizada por el conflicto en el país vecino, Sudán, que ha interrumpido las exportaciones clave debido a daños en los oleoductos.

El Banco Mundial estima que el número de personas que vive en pobreza en Sudán del Sur alcanza cifras cercanas a los 9 millones en una población total de 11 millones. Casi el 80% de los ciudadanos enfrentan inseguridad alimentaria severa. En este contexto, las industrias informales como la de Achuil juegan un papel crucial.

Zapatos para pastores: funcionalidad más allá de la estética

Las sandalias de neumático no son solo un producto urbano. Akol Majok Ring, cuidador de ganado del estado de Warrap, las descubrió recientemente y las califica como "ideales para pastoreo". Su resistencia a terrenos duros y su precio accesible las convierten en una elección lógica para las faenas rurales. "Cuando estás todo el día caminando con el ganado, estas sandalias son perfectas", añade.

Esta funcionalidad también tiene una dimensión política. En un país donde los ministerios carecen de fondos para pagar salarios, donde los profesores, soldados e incluso personal médico pasan meses sin ingresos, las sandalias de Achuil representan una alternativa socialmente resiliente.

Un ecosistema de precariedad: más manos, menos neumáticos

El propio éxito de estas sandalias conlleva nuevos desafíos. Achuil recuerda que hace años era fácil encontrar neumáticos usados, pero hoy, con más personas entrando al oficio, la competencia por los materiales ha aumentado. “Ahora hay más gente haciendo este trabajo, así que conseguir materia prima se ha vuelto difícil”, explica. Sin maquinaria especializada ni apoyo estatal, los artesanos dependen principalmente del ingenio y la colaboración comunitaria.

Y sin embargo, su impacto social es palpable. Gabriel Bataku, un joven desempleado, considera que “estos artesanos están resolviendo problemas reales”. Achuil sueña con abrir su propio taller, capacitar a jóvenes, y expandir su modelo a otras ciudades del país. “Muchos jóvenes están ociosos aquí en Wau. Esta habilidad podría ayudarles a sobrevivir”, reflexiona.

Economía informal: un pilar que sostiene a millones

El Fondo Monetario Internacional señala que en África Subsahariana hasta el 80% del empleo total proviene del sector informal. En países como Sudán del Sur, esta cifra es aún más alta. Las pequeñas iniciativas como los puestos de calzado reciclado, vendedores callejeros o talleres de reparación constituyen los cimientos de una economía que resiste sin electricidad estable, sin inversión extranjera y sin infraestructura básica.

Este tipo de economía, mientras precaria, también es resistente y estratégica. Permite que los ciudadanos esquiven crisis macroeconómicas que de otro modo serían paralizantes. Y en esa resiliencia también hay una expresión cultural: las sandalias de neumático son, para muchos sursudaneses, un símbolo de identidad comunitaria y sabiduría popular.

Innovación desde abajo: zapatillas de dignidad

En un mundo obsesionado con la innovación tecnológica, resulta refrescante recordar que la innovación también puede ser simple, sostenible y local. Zapatos hechos con llantas usadas no ganarán un Premio Nobel, pero sí representan una respuesta tremendamente eficaz a un contexto crítico.

Organizaciones humanitarias podrían apoyar estas iniciativas ofreciendo herramientas especializadas, talleres de formación o creando sistemas de microcréditos. En lugar de imponer "soluciones occidentales", se trata de amplificar lo que ya funciona. Y si bien Achuil no tiene estudios formales, su trabajo tiene un impacto superior al de muchos despachos gubernamentales.

¿Qué lecciones deja Sudán del Sur al resto del mundo?

La historia de Achuil y sus sandalias llega en una era donde millones enfrentan crisis similares: inflación, desempleo, migraciones forzadas y conflictos armados. Y aunque el contexto de cada país es distinto, todos comparten una necesidad común: mecanismos de resistencia comunitaria.

En muchos lugares, desde América Latina hasta Asia Oriental, existen modelos similares—desde ropa hecha en cooperativas hasta agricultura comunitaria que nutre tanto el cuerpo como el lazo vecinal. Sudán del Sur no está solo en esta lucha, pero su ejemplo recuerda que en los lugares más oscuros florecen las ideas más brillantes.

En palabras de Achuil:

“Solo necesito mejores herramientas. Lo que realmente quiero es enseñar esto, porque mientras haya pies descalzos, habrá trabajo para quienes quieran hacer algo con sus manos.”

Su taller, a la sombra de una lona en un mercado sobrecargado, podría ser pequeño a simple vista. Pero en el corazón de una nación rota, es inmenso.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press