La tormenta que arrasó con vidas y dejó preguntas sin respuesta: El caso Impact Plastics
A un año de la tragedia por inundación en Tennessee, la empresa queda exonerada, pero las familias aún buscan justicia
Una tragedia que no se olvida
El 27 de septiembre de 2023 quedará marcado como uno de los días más oscuros para la comunidad de Erwin, Tennessee. Una inundación repentina provocada por los efectos del huracán Helene arrasó con el parque industrial donde se ubicaba una planta de Impact Plastics Inc.. Seis trabajadores, cinco empleados y un contratista, perdieron la vida cuando el agua los sorprendió, atrapándolos en un intento desesperado por salvarse.
Casi un año después, el Fiscal del Primer Distrito Judicial, Steven Finney, anunció que no se presentarán cargos penales contra la fábrica tras una investigación del Buró de Investigaciones de Tennessee (TBI). Según el comunicado oficial, el TBI concluyó que no hay evidencia de actos criminales por parte de la empresa, y que los empleados "tuvieron más de una hora" para evacuar. También descartaron que Impact Plastics forzara a sus empleados a permanecer en el lugar bajo amenaza de despido.
¿Una salida posible o una ilusión?
De acuerdo con el reporte final del Tennessee Occupational Safety and Health Administration (TOSHA), varios empleados lograron escapar, algunos utilizando caminos improvisados hacia las vías del tren cercanas, gracias a la ayuda de trabajadores de empresas vecinas. Otros escaparon por un terraplén que daba a una carretera.
No obstante, doce empleados se quedaron junto a las instalaciones, esperando que las aguas bajaran. Cuando el nivel siguió subiendo, buscaron refugio en el remolque de un camión cargado con enormes carretes de tubería plástica. Seis de ellos pudieron utilizar este material como flotador y fueron finalmente rescatados. Pero otros seis fueron arrastrados por las aguas y murieron ahogados.
Las víctimas con nombre y rostro
Las familias de las víctimas han identificado públicamente a varios de los fallecidos. Entre ellos, Bertha Mendoza y Sibrina Barnett, cuyos nombres se han convertido en emblemas del reclamo por justicia. Johnny Peterson, otro de los trabajadores muertos, ha sido el foco de una demanda por muerte injusta aún pendiente contra la compañía.
“Si la versión de Impact Plastics fuera cierta, Bertha, Sibrina y los demás estarían vivos. No aceptamos que se diga que tuvieron una verdadera oportunidad de escapar.”
¿Negligencia o caos inevitable?
La discusión no se centra solamente en el tiempo disponible para evacuar, sino en las condiciones de infraestructura y prevención dentro del parque industrial. El control industrial, los planes de evacuación y los protocolos de emergencia han sido puestos bajo la lupa. La planta no contaba, según documentos filtrados a medios locales, con señalización visible de rutas de evacuación en caso de inundaciones, ni con un plan específico de alerta para situaciones como la enfrentada.
En palabras de un trabajador anónimo sobreviviente: “Todo fue confusión. Nunca habíamos hecho un simulacro para esto. Y cuando vimos el agua, ya era tarde.”
El contexto climático y la falta de prevención
El huracán Helene había sido ubicado en categoría 1, pero su impacto en zonas interiores de Tennessee fue subestimado. Erwin recibió más de 130 milímetros de lluvia en menos de cinco horas, lo cual sobrepasó los sistemas de drenaje locales. Sin embargo, gran parte de los expertos en meteorología habían advertido que esta era una posibilidad real y peligrosa.
Según datos del Centro Nacional de Huracanes, eventos como estos se están volviendo cada vez más comunes debido al cambio climático. Las lluvias extremas han aumentado un 20% en frecuencia en el sureste de Estados Unidos en las últimas dos décadas. Esto pone en tela de juicio si las empresas industriales están verdaderamente listas para enfrentar estos nuevos escenarios.
Impact Plastics: ¿culpable o víctima?
Los representantes legales de Impact Plastics celebraron la decisión como una comprobación de que la empresa no actuó con negligencia:
“Los hechos verdaderos y precisos ya son conocidos. Nuestro cliente nunca puso en riesgo deliberadamente a sus empleados.”
No obstante, la disputa legal aún no ha terminado, y hay al menos tres demandas civiles contra la empresa presentadas por distintas familias. Estas demandas alegan que la planta no expulsó a los empleados a tiempo, que no activaron alarmas ni procedimientos de evacuación, y que el protocolo de seguridad era “inexistente o insuficiente para una situación previsible”.
El peso emocional y comunitario
La comunidad de Erwin ha realizado múltiples conmemoraciones para recordar a las víctimas. En octubre de 2023, se erigió un pequeño monumento en el centro de la ciudad, con los nombres de los fallecidos grabados en piedra. Durante la ceremonia de inauguración, moradores sostuvieron velas encendidas mientras familiares leían cartas dirigidas a sus seres queridos perdidos.
Además, surgió el colectivo local “Nunca Más Erwin”, que busca presionar a las autoridades del condado de Unicoi para que implementen controles más estrictos a empresas del sector industrial. Han recolectado más de 5,000 firmas en línea hasta ahora.
Lo que el TBI no pudo responder
Uno de los puntos más discutidos ha sido la metodología utilizada por el TBI para determinar el margen de tiempo para evacuar. ¿A qué hora comenzaron las inundaciones? ¿Cuándo se volvió realmente imposible salir? ¿Estaban todos los empleados informados del nivel de riesgo?
Los abogados que representan a las familias cuestionan fuertemente los informes y las simulaciones climáticas utilizadas por el TBI, señalando que las versiones oficiales no consideran la velocidad de avance del agua o las barreras emocionales y culturales que influyen en la toma de decisiones rápidas, especialmente en poblaciones vulnerables con menos recursos para movilizarse de forma autónoma.
Una mirada hacia el futuro
Mientras Impact Plastics sigue operando, el caso ha dejado una huella profunda en Tennessee. La tragedia es reflejo de una realidad incómoda: la seguridad laboral ante fenómenos climáticos extremos es aún una deuda pendiente. Ni el estado ni las empresas están, en muchos casos, listos para lo que el cambio climático puede traer.
Si bien no habrá acusación penal, el impacto moral y social del caso Impact Plastics seguirá resonando. Ya no basta con cumplir mínimamente lo requerido por la ley. Las empresas deben adoptar un rol proactivo en la defensa del bienestar de quienes hacen posible su funcionamiento.
Como dijo una madre que perdió a su hijo en esta tragedia: “Nos quitaron una vida por no haber tenido un plan... y ahora quieren que creamos que no tuvieron culpa.”