Un profeta ecológico o un secuestrador aéreo: la desconcertante historia de Shaheer Cassim

El caso del ex piloto canadiense acusado de secuestrar una avioneta por una misión 'divina' para salvar al planeta enfrenta interrogantes sobre fe, salud mental y activismo climático

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El 16 de julio de 2025, la seguridad aérea de Canadá vivió una jornada inusualmente tensa. Shaheer Cassim, un hombre de 39 años y piloto con experiencia, fue acusado de secuestrar una avioneta tipo Cessna desde el aeropuerto internacional de Victoria, en la isla de Vancouver, con destino a Vancouver continental.

El incidente no solo concluyó sin heridos, sino que desató un intenso debate sobre los límites del activismo climático, la salud mental y las nuevas formas de radicalización ideológica bajo el prisma del catastrofismo ecológico.

¿Quién es Shaheer Cassim?

Cassim no era un don nadie. Según registros públicos y testimonios de quienes lo conocieron, fue un talentoso piloto que trabajó para la ahora extinta aerolínea regional KD Air, basada en la isla de Vancouver, entre 2008 y 2010.

Diana y Lars Banke, quienes fueron sus empleadores, lo describieron como "uno de los mejores pilotos que tuvimos: inteligente, con un aprendizaje muy rápido". No obstante, Lars recuerda que Cassim "se aburrió" del piloto automático de la rutina laboral y se postuló para la escuela de medicina antes de alejarse del radar público... hasta ahora.

Un mensaje angélico rumbo a Vancouver

En la tarde del martes 15 de julio, según la Real Policía Montada de Canadá (RCMP), Cassim irrumpió en una sesión de entrenamiento de vuelo con un instructor, lo amenazó y tomó el control de la nave. Tras despegar sin autorización rumbo a Vancouver, generó una alerta máxima que activó a NORAD y obligó a desplegar jets F-15 ante el temor de un atentado en pleno espacio aéreo civil.

Lo que parecía una maniobra desesperada o criminal, pronto se tiñó de un halo ideológico-religioso. En redes sociales, un perfil a nombre de Shaheer Cassim —coincidente con su rostro y principios— afirmaba ser un “Mensajero de Alá” y un “Mesías” enviado a salvar la humanidad del cambio climático. En sus publicaciones, incluso aseguró que "el ángel Gabriel se me apareció con un mensaje divino". Estas frases ahora forman la base del cargo de secuestro aéreo con motivación terrorista.

¿Es Cassim también Sam Carana?

Aún más inquietante es su aparente conexión con el blog Arctic News, un sitio alarmista sobre el cambio climático extremo en el Ártico, firmado por una identidad anónima llamada Sam Carana. Este blog ha sido popular en círculos ecologistas radicales desde la última década y presenta escenarios catastróficos como el de una extinción humana para 2030 por un efecto acelerado del metano ártico.

En uno de sus últimos posts, Cassim manifestó que él era “realmente Sam Carana”, compromiso que eleva las preguntas sobre su ideología a un nivel global y no meramente local o religioso.

Activismo ambiental: ¿profecía moderna o radicalización?

No es nuevo que el cambio climático despierte pasiones intensas. Ya en 2012, Cassim había realizado un evento mediático en Canadá anunciando una carrera en bicicleta cruzando el país para crear conciencia sobre el calentamiento global.

Lo desconcertante ahora no es su activismo per se, sino su creencia de estar cumpliendo una misión celestial. Psicólogos han advertido por años sobre la ecoansiedad: una angustia profunda y parálisis emocional ante la percepción de que el colapso ambiental es inminente. En casos extremos, esto puede derivar en creencias mesiánicas o acciones desesperadas.

La doctora Susan Clayton, profesora de psicología en el College of Wooster y experta en emociones relacionadas al medio ambiente, explicó en una entrevista para Yale Climate Connections:

“Para muchas personas, el cambio climático es algo tan inmenso que rompe los marcos tradicionales de interpretación… esto puede generar desde estrés crónico hasta delirios de responsabilidad o salvación”

¿Terrorismo o brote psicótico?

La RCMP indicó que Cassim actuó con un "motivo ideológico para interrumpir el espacio aéreo". Sin embargo, la línea entre una convicción radicalizada y una crisis mental es difusa en este caso. El hecho de que creyera recibir mensajes angelicales y advirtiera de la extinción humana dentro de unos pocos años pone en juego diferentes interpretaciones jurídico-sanitarias.

El código penal canadiense, aunque contempla el secuestro aéreo como terrorismo si cumple ciertos elementos ideológicos, también reconoce la enfermedad mental como causa eximente bajo determinadas condiciones.

De momento, Cassim permanece bajo custodia y será sometido a análisis psiquiátrico, mientras la fiscalía evalúa si la amenaza al instructor tuvo real intención política o fue producto de un delirio esquizotípico.

¿Qué dice la comunidad medioambiental?

Varias figuras del activismo climático se han desmarcado de la acción de Cassim. Aunque reconocen la urgencia de actuar por el planeta, consideran que actos como tomar una avioneta y provocar reacción militar son peligrosos tanto para la seguridad pública como para la credibilidad del movimiento.

Greta Thunberg, cuando fue consultada por periodistas en Estocolmo, fue tajante: “No necesitamos mesías, necesitamos ciencia y cooperación democrática global. Acciones individuales imprudentes nos alejan de soluciones reales”, dijo.

Una historia que plantea muchas preguntas

¿Estamos ante un nuevo tipo de terrorismo ideológico ambiental?, ¿Puede la desesperación climática convertirse en justificación para desobedecer normas básicas de seguridad?, ¿Las redes sociales están amplificando delirios o construyendo nuevas religiones ecológicas?

La historia de Shaheer Cassim, un hombre que fue piloto, médico, ecológico y ahora presunto terrorista, será sin duda caso de estudio. Quizás también una dolorosa advertencia de que la batalla por el planeta no solo se libra en organismos internacionales o conferencias de la ONU, sino también en la mente y emociones de quienes han llegado al límite de su fe en los métodos tradicionales.

Una cosa es segura: el activismo climático está en un punto de inflexión. Desde manifestaciones pacíficas de Extinction Rebellion hasta las acciones contemplativas de personajes como Cassim, el movimiento se enfrenta al desafío de canalizar el miedo colectivo de forma eficaz, ética y, sobre todo, segura.

Seguiremos pendientes del proceso judicial y psiquiátrico contra Cassim para entender si realmente fue un intento de revolución celestial ecológica o un trágico episodio de salud mental no atendido.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press