El declive de los medios públicos en EE.UU.: un recorte con consecuencias civiles y culturales

El Congreso estadounidense elimina mil millones de dólares en financiamiento para NPR y PBS, amenazando a estaciones locales que sirven como salvavidas informativo y cultural

Una votación que corta más que dinero

En medio de sirenas de tsunami sonando en Unalaska, Alaska, Lauren Adams, directora general de KUCB, no tuvo tiempo para reflexionar sobre la eliminación de más de $1.000 millones en fondos federales dirigidos a medios públicos como NPR y PBS. Mientras ella coordinaba la cobertura en emergencia para su comunidad de 4.100 personas, el Senado de EE.UU. aprobaba recortes que podrían cambiar el panorama de los medios públicos en el país.

Lo que parece una medida presupuestaria, es en realidad una reinterpretación del rol que juegan los medios públicos en la cohesión social, acceso a información, educación y cultura en EE.UU.

El origen y el impacto de la medida

El dinero eliminado había sido previamente asignado a la Corporación para la Radiodifusión Pública (CPB, por sus siglas en inglés), entidad que distribuye los fondos entre las estaciones locales. Aproximadamente el 70% de estos fondos van directamente a 330 estaciones de PBS y 246 de NPR. Lo que ahora está en riesgo no solo es el acceso a noticias imparciales o programación infantil, sino también la esencia de la cultura musical, artística y la cobertura de emergencias en regiones apartadas.

“There is nothing more American than PBS”

Así lo afirmó Paula Kerger, presidenta de PBS, tras la votación del Senado que dejaría sin respaldo económico a muchas estaciones que dependen casi exclusivamente de los fondos federales para subsistir. Kerger alertó que al menos 80 estaciones de NPR podrían cerrar en el corto plazo.

El argumento político detrás de la medida fue presentado por el expresidente Donald Trump, quien había calificado a los contenidos informativos como "sesgados" en contra de su administración y la de sus aliados. A través de presión política, amenazó con apoyar rivales en las primarias para quienes no respaldaran el recorte.

Impacto en comunidades vulnerables

En estados como Mississippi y Maine, el recorte representa entre el 12% y el 15% de los presupuestos operativos. Taiwo Gaynor, de Mississippi Public Broadcasting, anunció que un canal de streaming dedicado a programación infantil 24 horas será eliminado.

“Este contenido es vital para familias que no pueden pagar servicios privados de streaming”, lamentó Gaynor.

Rick Schneider, CEO de Maine Public, expresó que aún no hay decisiones específicas, pero admitió que su equipo se está “reinventando” para sobrevivir.

La ACLU de Maine también alzó la voz. “Para quienes vivimos fuera de la red eléctrica o en comunidades rurales, los medios públicos eran nuestro salvavidas”, explicó Molly Curren Rowles, directora ejecutiva de la organización.

¿Y la música?

Katherine Maher, presidenta de NPR, estimó que el 96% de la música clásica transmitida en EE.UU. proviene de estaciones afiliadas a NPR, una estadística que subraya lo dramático del impacto cultural de estos recortes.

La situación no afecta solo a las orquestas: WXPN, una estación de Filadelfia conocida por descubrir talentos emergentes, lanzó una campaña de donaciones online apelando a su legado musical.

“Los descubrimientos musicales que has hecho aquí podrían desaparecer”, advierte la estación.

Incluso bandas como Gwar, íconos del heavy metal, han hecho llamados públicos a defender a NPR.

Alaska: epicentro del impacto emocional

En áreas remotas de EE.UU., como Alaska, la cobertura de emergencia proporcionada por emisoras como KMXT en Kodiak Island o KUCB en Unalaska, no tiene paralelo. Sus presupuestos dependen en gran parte (hasta el 22%) de estos fondos federales. Jared Griffin, director general de KMXT, anunció medidas inmediatas: reducción salarial del 50%, licencias laborales obligatorias e incluso arrendamiento parcial del edificio para mantenerse a flote.

Nikki Whittern, residente de Unalaska, resumió el sentir local:

“Ellos lo transmiten todo. Si no fuera por KUCB, durante el tsunami no habríamos sabido a dónde ir”.

Un problema federal con raíces estatales

No solo los recortes federales han puesto en jaque al sistema. Al menos cinco estados han reducido sus propios presupuestos para medios públicos. Florida, por ejemplo, bloqueó $6 millones destinados a estas entidades. El gobernador Ron DeSantis celebró la reducción, alineándose con el ideario de Trump y calificando a PBS como una “monstruosidad”.

Donaciones sí, pero no suficientes

Si bien se ha producido un aumento en el número de donaciones provenientes de oyentes y televidentes preocupados por la pérdida de programación pública, Maher advierte que este apoyo es insuficiente para compensar la pérdida federal.

“Una estación que cierre hoy posiblemente sea imposible de reabrir en el futuro”, advirtió la directora de NPR.

De momento, las estaciones están recurriendo al cabildeo político para intentar restaurar parte de los fondos eliminados a través del proceso de asignaciones de presupuesto del año próximo.

¿Qué significa todo esto para los estadounidenses?

Se calcula que más de 170 millones de personas en EE.UU. cuentan con algún contenido o servicio brindado por los sistemas de medios públicos. Más allá del contenido, la radio y televisión públicas intervienen en momentos de catástrofe, educan a niños en zonas marginadas y sirven como punto de encuentro cultural para comunidades indígenas, rurales o lingüísticamente diversas.

La pérdida de esta estructura casi invisible, pero crucial, puede impactar en el acceso equitativo a la información, educación y cultura. Como indica una frase extendida en el ecosistema de PBS: “El servicio público no tiene audiencia, tiene ciudadanos”.

Con emisoras históricas enfrentadas a la privatización, cierres o transformaciones forzadas, la pregunta crucial es: ¿quién contará las historias de las comunidades que viven lejos de las grandes ciudades?, ¿quién alertará sobre un terremoto, una tormenta o un brote epidemiológico en rincones invisibles en el mapa político?

La lucha por el futuro de NPR, PBS y docenas de estaciones comunitarias no es solo presupuestaria. Es un campo de batalla donde se disputa el derecho de una nación a escucharse a sí misma, en toda su diversidad.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press