Disney vs. Satéur: ¿Una colección de joyas homenaje o una infracción descarada?
La icónica figura de Mickey Mouse está en el dominio público... pero Disney aún tiene cartas legales bajo la manga
El eterno guardaespaldas de Mickey Mouse
Disney, el imperio mundial del entretenimiento familiar, ha iniciado una nueva batalla legal. Esta vez su rival es Red Earth Group, una empresa joyera basada en Hong Kong que comercializa bajo el nombre Satéur. ¿El motivo? Una colección denominada “Mickey 1928 Collection” que supuestamente rinde tributo al famoso ratón, pero que Disney califica de engañosa e ilegal.
El pleito, que fue presentado en junio en una corte federal en Los Ángeles, refleja el compromiso inquebrantable de Disney por proteger su propiedad intelectual. A pesar de que la primera versión de Mickey Mouse pasó al dominio público en 2024 —después de 95 años de protección por derechos de autor— Disney sigue teniendo derechos de marca registrada sobre la imagen del ratón más famoso del mundo.
¿Una colección homenaje o una estrategia comercial encubierta?
La colección en disputa incluye anillos, collares y aretes que llevan o hacen referencia a la figura de Mickey Mouse, particularmente al Steamboat Willie, la primera aparición pública de Mickey en 1928. El artículo estrella es el “Satéur Mickey 1928 Classique Ring”, una sortija con un pequeño Mickey con sombrero de marinero montado sobre una piedra sintética.
No obstante, Disney argumenta que esto va mucho más allá de un simple homenaje. Según el documento judicial, Satéur estaría "intentando presentar a Mickey Mouse como su identificador de marca", y utiliza frases como “perfecto para fanáticos de Disney” en su mercadeo digital, lo que genera, según Disney, una confusión intencional del consumidor.
¿Dominio público significa uso ilimitado?
Una de las claves del pleito radica en la distinción entre derechos de autor (copyright) y marcas registradas (trademark). El cortometraje de Steamboat Willie, al entrar al dominio público, permite que cualquiera pueda usar esa versión específica de Mickey Mouse libremente.
Sin embargo, la marca registrada aún pertenecerá a Disney por mucho tiempo más, protegiendo el uso comercial del personaje y su vinculación a la marca Disney. Como explica la compañía:
“Disney sigue comprometido con la defensa contra la infracción ilegal de marcas registradas y la protección al consumidor frente a confusiones derivadas del uso no autorizado de Mickey Mouse y otros personajes icónicos.”
Mickey Mouse: del arte a la marca corporativa
Desde su debut en 1928, Mickey Mouse ha pasado de ser un simple dibujo animado a convertirse en uno de los activos corporativos más valiosos del mundo. En 2023, Forbes evaluó el valor de marca de Disney en casi 60 mil millones de dólares, y la imagen del ratón tiene mucho que ver con eso.
Pero irónicamente, fue **la entrada de "Steamboat Willie" al dominio público el 1 de enero de 2024** —el llamado "Día del Dominio Público"— lo que ha causado una avalancha de versiones alternativas del personaje en memes, arte y medios independientes. Sin embargo, Disney ha advertido que **esto no significa libertad total**, especialmente cuando se trata de productos con fines comerciales.
El triángulo comercial de los derechos: autor, marca e imagen
Disney ha sido históricamente hábil en mantener su monopolio del personaje. Cada vez que se aproximaba la expiración del copyright, como ocurrió en 1984 y luego en 2003, la empresa presionó al Congreso de Estados Unidos para extender los derechos, dando lugar a legislación como la Ley de Extensión de los Términos de Copyright (también conocida como “Ley Mickey Mouse”).
Al entrar la versión de 1928 en dominio público, la estrategia ahora recae sobre las marcas. El logo de Mickey, su representación con guantes blancos o vestimenta específica, y su relación con Disney son considerados inalienables mientras estén protegidos como marcas registradas federales e internacionales.
Es por eso que Disney busca no sólo daños económicos —por los que incluso podría pedir millones de dólares— sino un **interdicto (injunction)** legal que obligue a Satéur a cesar inmediatamente la venta de la colección completa.
El precedente: Winnie the Pooh y las consecuencias legales
Este caso también tiene paralelismos con lo que ocurrió con **Winnie the Pooh**. Tras entrar en dominio público en 2022, surgió la película Winnie The Pooh: Blood and Honey, una versión de terror independiente que usó elementos de las primeras ediciones del personaje pero evitó trajes o frases que estén todavía registrados por Disney.
Los creadores de la película fueron extremadamente cuidadosos para no violar marcas registradas actuales. Esta distinción legal es la cuerda floja sobre la que caminan ahora muchos artistas —y, en este caso, marcas comerciales— que quieren explorar esa estética antigua.
En cambio, Disney afirma que **Satéur no ha intentado marcar distancias, sino todo lo contrario**. Su lenguaje de marketing, imágenes y la presentación online de los productos “crean inequívocamente la impresión de un producto oficial o colaborativo con Disney,” según la demanda.
¿Puede Disney ganar esta batalla?
La historia dice que sí. Disney ha ganado múltiples demandas sobre marcas registradas, desde casos contra guarderías que pintaban a Mickey en sus paredes hasta grandes corporaciones. En el caso de Satéur, el argumento parece sólido si puede demostrarse que se ha creado confusión en consumidores sobre el origen del producto.
Más allá del juicio, esta es una advertencia. Incluso si el lado artístico de Mickey esté disponible al público, la marca comercial no lo está. El universo de Disney gira alrededor de **licencias estrictas**, y cualquier acercamiento sin autorización probablemente se encontrará con sus abogados.
¿Cultura libre o vigilancia corporativa?
El debate sobre el dominio público es más relevante que nunca. Para muchos creadores, la entrada de Mickey al dominio público representa una victoria: una señal de que, después de décadas, la cultura puede ser reinterpretada, reimaginada, y devuelta a manos de la sociedad.
Pero grandes corporaciones como Disney recuerdan que su poder no sólo radica en derechos de autor, sino también en estrategias legales, marketing y dominio de marcas que siguen protegidas por otros mecanismos jurídicos.
El caso de Satéur vs Disney podría convertirse en **un precedente importante sobre los límites del dominio público y las marcas en la era digital**. Y mientras unos quieren vender joyas inocentes que homenajean a un ícono cultural, otros defienden, con uñas y dientes, la imagen comercial más rentable de la historia del entretenimiento.
Mientras tanto, Mickey sigue sonriendo... desde las cortes.