Gaza bajo fuego: otra jornada de muerte y devastación sin tregua
Más de 90 personas, en su mayoría mujeres y niños, mueren por ataques aéreos israelíes mientras la comunidad internacional sigue sin frenar la tragedia
Otra noche de horror en Gaza
Las cifras de la tragedia en Gaza siguen creciendo con una constancia escalofriante. Durante la noche del lunes 14 y la madrugada del martes 15 de julio de 2025, al menos 93 palestinos fueron asesinados por ataques aéreos israelíes en distintos puntos de la Franja, según informó el Ministerio de Salud de Gaza. Como ha sucedido en múltiples ocasiones desde que comenzó esta ofensiva, la mayoría de las víctimas fueron mujeres y niños, lo que evidencia una crisis humanitaria sin precedentes en la región.
Masacres familiares: una constante diaria
En uno de los ataques más mortales de la jornada, 19 miembros de una misma familia perdieron la vida al ser alcanzada su vivienda en el barrio de Tel al-Hawa, ciudad de Gaza. Según reportes del hospital Shifa, entre los muertos se encontraban ocho mujeres y seis niños. También murieron refugiados desplazados que vivían en tiendas de campaña en la misma zona.
Otro ataque impactó el campamento de refugiados de Shati, donde murió Mohammed Faraj al-Ghoul, miembro de Hamas y legislador del último Consejo Legislativo Palestino electo en 2006. Junto a él murieron una pareja y sus seis hijos, todos ellos refugiados buscando seguridad en el mismo edificio.
90% de la población desplazada
Desde el comienzo de la ofensiva en octubre de 2023, Israel ha matado a más de 58,400 palestinos y herido a más de 139,000, según el Ministerio de Salud de Gaza. Aproximadamente el 50% de los muertos son mujeres y niños, una proporción preocupante que rebela el costo humano de la guerra contra Hamas.
La destrucción es tal que se estima que el 90% de la población gazatí ha sido desplazada de sus hogares. Familias enteras viven en condiciones infrahumanas, sin acceso a agua potable, alimentos ni atención médica adecuada.
“Objetivos militares”: la disputa sobre culpabilidades
El ejército israelí continúa defendiendo sus ataques como operaciones contra objetivos militares, afirmando que Hamas utiliza zonas densamente pobladas como escudos humanos. Sin embargo, la reiteración de bombardeos contra viviendas con civiles, refugios de desplazados y hasta hospitales ha puesto en entredicho su narrativa.
Las imágenes y testimonios recopilados por agencias como Naciones Unidas y Médicos Sin Fronteras han demostrado que muchas de estas acciones se producen sin advertencias previas y sin posibilidad para los residentes de escapar.
Un sistema de salud colapsado
El sistema de salud de Gaza, gestionado por médicos bajo la autoridad de Hamas, se encuentra al borde del colapso. Aun así, sus reportes son considerados los más confiables por organizaciones internacionales como la ONU.
Los hospitales tratan de operar con generadores, sin suministros médicos esenciales, y apenas con el personal necesario. En estas circunstancias, muchas víctimas mueren desangradas antes de recibir tratamiento.
Silencio internacional y diplomacia estancada
La comunidad internacional ha sido incapaz de imponer una tregua humanitaria. Reuniones recientes entre el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump —actual aspirante presidencial republicano—, no han resultado en avances para una paz duradera.
Ambos líderes hablaron de “seguridad de Israel” y la “completa eliminación de Hamas”, pero ni siquiera se mencionó un alto al fuego o un plan de protección para los civiles.
¿Dónde quedó la línea roja?
La burocracia diplomática parece funcionar como una cortina de humo que dilata decisiones cruciales. La comunidad internacional expresa “preocupación”, pero no impide que familias enteras sean sepultadas entre los escombros de sus propias casas.
El Consejo de Seguridad de la ONU ha sido incapaz de imponer sanciones significativas, en parte por el veto de Estados Unidos. Mientras tanto, la administración israelí afirma perseguir “objetivos legítimos”, pese a las numerosas denuncias por crímenes de guerra y violaciones del derecho internacional humanitario.
El peso de la historia y el ciclo de violencia
El actual conflicto se inscribe en una larga historia de enfrentamientos entre Israel y Palestina. Tras ganar las elecciones de 2006, Hamas se hizo con el control de Gaza en 2007, desplazando a Fatah. Desde entonces, el enclave ha estado sometido a bloqueos constantes y ofensivas militares periódicas por parte de Israel, como en 2008-2009, 2012, 2014 y ahora en 2023-2025.
La diferencia con esta última contienda reside en su ímpetu arrasador. Nunca antes el nivel de destrucción y letalidad había alcanzado tales proporciones: barrios enteros fueron borrados, y miles de muertos continúan bajo los escombros.
La dimensión humana del horror
Más allá de las estadísticas, hay historias. Como la de Hossam Azzam, quien fue fotografiado cargando el cuerpo sin vida de su hijo Amir tras una de las bombas lanzadas por Israel. “No éramos combatientes, solo estábamos dormidos”, ruega ante las cámaras, al borde de un colapso emocional. Su testimonio, como el de miles, es una denuncia encarnada del sufrimiento humano que se vive a diario en Gaza.
La imagen de Azzam, con su hijo muerto en brazos, ya se ha convertido en un símbolo del dolor palestino, recorriendo periódicos y redes sociales de todo el mundo, generando una repercusión que choca con la inacción política.
¿Dónde está la línea moral?
Israel afirma que la primera víctima de la guerra es la verdad, pero las cifras estremecen incluso al observador más imparcial. Si matar a dos tercios de no combatientes entre más de 58,000 cuerpos no es una desproporción, ¿qué lo es?
La pregunta que cada vez más voces se hacen es clara: ¿Dónde está la línea moral que separa la defensa legítima del genocidio? Naciones Unidas, organismos de derechos humanos y especialistas en derecho internacional han señalado que si no se detiene el avance militar sobre Gaza, la catástrofe puede alcanzar proporciones aún peores.
Cifras que duelen
- Muertos palestinos desde octubre 2023: más de 58,400
- Heridos: más de 139,000
- Niños y mujeres: aproximadamente el 50% de los muertos
- Desplazados: el 90% de la población de Gaza
Frente a esta tragedia, solo queda una conclusión inevitable: el mundo está fallando. Fallando a los niños que no verán la adolescencia; a las madres que paren bajo los escombros; y a un pueblo que, más allá de agendas políticas o religión, clama simplemente vivir.