Trump, la Reserva Federal y la nueva batalla por el poder financiero de EE. UU.
La guerra entre la política y la economía se intensifica mientras Trump apunta a la Fed y el bitcoin alcanza cifras históricas
Una batalla que se intensifica entre la Casa Blanca y la Reserva Federal
El presidente Donald Trump, ya habituado a confrontar instituciones históricamente independientes, parece haber centrado su atención en la Reserva Federal (Fed). ¿El motivo? Una renovación de dos edificios federales en Washington D.C. con un costo estimado de $2.5 mil millones, una cifra que supera en más de $700 millones el presupuesto inicial.
La polémica ha escalado al punto de que Jerome Powell, actual presidente de la Fed, solicitó formalmente al inspector general de la institución que se revisen los costos del proyecto. El anuncio fue confirmado por un portavoz que, sin ofrecer más detalles, confirman que el proceso de investigación ya está en curso.
Trump, por su parte, no ha desaprovechado la oportunidad de reforzar su narrativa: la denuncia sobre el gasto "ostentoso" llega justo cuando su campaña electoral vuelve a enfocarse en los principios de austeridad y orden fiscal. El exmandatario ha sugerido además que la renovación podría violar regulaciones locales.
La independencia de la Fed: ¿en riesgo?
Desde su creación en 1913, la Reserva Federal ha operado manteniendo una cuidadosa distancia de la política partidaria. Su mandato es claro: asegurar la estabilidad de los precios, el máximo empleo y la moderación de las tasas de interés a largo plazo.
Sin embargo, la ofensiva de Trump pone en peligro esa independencia. No es la primera vez que el expresidente presiona a Powell; ya durante su mandato exigía reiteradamente un recorte de las tasas de interés, como una forma de reducir el costo de endeudamiento del gobierno federal.
"La Fed tiene que bajar las tasas ya. Está matando la economía", dijo Trump por Twitter en 2020. La historia parece repetirse, pero ahora con un ingrediente adicional: la presión se produce en medio de una recuperación económica postpandemia y una explosión del mercado cripto.
Bitcoin y la criptorevolución política
Mientras los titulares enfocan la pelea por la Fed, bitcoin alcanzó un récord de $123,000 esta semana, según datos de CoinMarketCap. Hace apenas una semana cotizaba por debajo de los $108,000. Con esa subida vertiginosa, el valor de mercado supera los $2.4 billones, posicionándose por encima de gigantes como Amazon.
¿Casualidad? Difícil decirlo. Esta "criptosemana" coincide con un impulso legislativo sin precedentes: el Congreso de Estados Unidos se prepara para revisar múltiples iniciativas legislativas relacionadas con las criptomonedas, incluida una posible regulación federal para las stablecoins.
Trump —quien en sus primeros años como presidente era escéptico respecto al bitcoin— ahora lo abraza como parte esencial de su visión económica. "Haremos de Estados Unidos la capital mundial del cripto", ha prometido el aspirante a regresar a la Casa Blanca.
Criptoimperio Trump: más allá del discurso
Las promesas de campaña no se han quedado en palabras. Según reportes de prensa y archivos públicos, Trump y su familia han invertido masivamente en el espacio cripto: desde operaciones de minería digital hasta monedas con su nombre y adquisiciones de bitcoin por valor de cientos de millones de dólares.
Incluso ha promovido un "meme coin" con su imagen, lo cual alimenta aún más los temores sobre un potencial conflicto de intereses si retorna al poder. Y en paralelo, a medida que sus aliados políticos presionan dentro del Capitolio, el lobby cripto invierte millones en campañas y comités de acción política.
¿Nuevo orden financiero o teatro populista?
Para algunos, la sinergia entre crypto y política representa un renacimiento del laissez faire americano: innovación libre, desregulación consciente y soberanía monetaria individual.
Pero los críticos ven un panorama más oscuro. Economistas tradicionales alertan sobre el riesgo que supone esta "financiarización partisana":
- El sistema bancario tradicional podría verse desplazado sin normas claras.
- Los líderes políticos podrían manipular el mercado cripto con fines electorales.
- Se corre el riesgo de repetir una nueva burbuja estilo 2008, pero con menos salvaguardas.
"El bitcoin tiene un suministro limitado, pero la codicia humana es infinita", advierte el economista Paul Donovan del UBS Global Wealth Management.
El “affair” DeSantis y las universidades públicas
La batalla no es solo financiera. El campo de la educación pública también ha sido escenario de una estrategia conservadora. En Florida, el gobernador Ron DeSantis ha colocado a cinco exlegisladores republicanos como líderes de universidades públicas. Manny Díaz, excomisionado estatal de educación, es el más reciente en asumir ese rol, ahora al frente de la Universidad del Oeste de Florida.
El objetivo, según DeSantis, es claro: revertir la “influencia liberal” en el ámbito universitario. La medida ha sido criticada como una "sistema de recompensas a aliados políticos", debilitando las normas académicas tradicionales y la autonomía institucional en favor de agendas ideológicas.
Un paisaje de poder consolidado
En resumen, Estados Unidos atraviesa una reconstrucción no solo política, sino institucional. Desde la infraestructura de su banco central hacia las políticas universitarias públicas y la legislación sobre activos digitales, la influencia del poder político conservador es omnipresente.
Con Trump nuevamente en el centro del escenario y el bitcoin como estandarte digital, el país parece dirigirse a una era donde la economía, la educación y la innovación estarán cada vez más alineadas con ideologías políticas. Por ahora, el mapa se está dibujando.
Frases que resumen el momento
“Bitcoin’s price is finally catching up to what’s been building under the surface.” – Adam Back, CEO de Blockstream
“Estamos creando una nueva visión para la economía.” – Donald Trump en un mitin en Texas, 2024
¿Se trata de un nuevo renacer económico o un espejismo digital envuelto en populismo?