Tensión en el Mar Rojo: ataques hutíes, marineros desaparecidos y una posible catástrofe ambiental

Análisis del conflicto marítimo desencadenado por los rebeldes hutíes en respuesta a la guerra Israel-Hamás y sus devastadoras consecuencias humanas y ecológicas

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La creciente ola de violencia marítima en el Mar Rojo, protagonizada por los rebeldes hutíes de Yemen, ha marcado un nuevo episodio de tensión geopolítica que amenaza la seguridad de una de las rutas comerciales más cruciales del planeta. El hundimiento de los buques mercantes Eternity C y Magic Seas no solo ha dejado víctimas humanas, sino que ha desatado un derrame de petróleo de magnitudes alarmantes, que pone en jaque la estabilidad ecológica de la región.

Atentados en el mar: ¿Quiénes están detrás?

Desde finales de 2023, los hutíes han intensificado sus ataques contra embarcaciones comerciales en represalia por la guerra entre Israel y Hamás en Gaza. Esta respuesta, de carácter estratégico e ideológico, ha tenido como objetivo a buques que, según afirman los rebeldes, están vinculados de forma directa o indirecta a potencias occidentales o israelíes. Según estadísticas de organismos internacionales, desde noviembre de 2023 hasta mediados de 2025, más de 100 buques han sido atacados con misiles y drones lanzados por los hutíes.

Dos de los recientes ataques más graves tuvieron lugar contra los buques Eternity C y Magic Seas, ambos con bandera de Liberia pero de propiedad griega. Estos ataques tuvieron lugar los días 6 y 7 de julio respectivamente, y culminaron con el hundimiento de las embarcaciones en el mar Rojo tras ser blanco de drones explosivos y armas ligeras.

Una tragedia humana silenciosa

En el caso del Eternity C, a bordo viajaba una tripulación multicultural junto con un equipo de seguridad compuesto por tres personas. La embarcación no había solicitado escolta naval por parte de Estados Unidos o la Unión Europea. Según informó la Operación Aspides de la UE, 10 personas fueron rescatadas con vida, incluidos ocho filipinos, un griego y un indio que formaban parte del equipo de seguridad.

Sin embargo, aún permanecen 11 personas desaparecidas y al menos 4 están presumiblemente muertas. Las empresas de seguridad privadas Ambrey y Diaplous Group, responsables del operativo de rescate, anunciaron el cese de la búsqueda activa, priorizando la atención médica de los sobrevivientes. Una triste decisión motivada por la imposibilidad de ubicar a los demás marineros tras varios días de esfuerzos.

“La decisión de terminar la búsqueda ha sido tomada con pesar, pero se cree que lo prioritario ahora es proporcionar cuidado urgente a quienes fueron encontrados con vida”, declararon las empresas.

La embajada de EE.UU. en Yemen sugirió que algunos miembros de la tripulación podrían haber sido secuestrados por los hutíes, algo que los rebeldes han afirmado pero sin presentar evidencia.

Un mar teñido de petróleo

A través de imágenes satelitales de Planet Labs, se ha observado cómo los lugares de hundimiento presentan extensas manchas de petróleo que se extienden por decenas de kilómetros. Según el analista Wim Zwijnenburg, del grupo de paz holandés PAX, el derrame proveniente del Eternity C abarca unos 80 kilómetros, mientras que el del Magic Seas alcanza los 65 kilómetros.

El Mar Rojo, hogar de valiosos arrecifes de coral y hábitats biodiversos, está ahora en peligro. Estos ecosistemas costeros, que además son un gran atractivo para buceadores, científicos y turistas, enfrentan una posible catástrofe ecológica que podría afectar también a reservas naturales en Eritrea y otras zonas costeras africanas.

¿Qué representa el Mar Rojo?

Esta región marítima es más que un paso estratégico. Cerca de un billón de dólares en mercancías transitan anualmente por el Mar Rojo, lo que lo convierte en la columna vertebral del comercio entre Europa, Asia y África. Conectando al Canal de Suez con el océano Índico, esta ruta es vital para el abastecimiento global de petróleo, bienes manufacturados e insumos agrícolas.

El impacto de estos ataques ha sido tal que importantes navieras han empezado a desviar sus rutas, optando por el mucho más largo trayecto alrededor del Cabo de Buena Esperanza. Esto ha provocado un retraso masivo en las cadenas de suministro y un aumento en los precios de transporte, que eventualmente se traduce en inflación para los consumidores.

La dimensión política del conflicto

Los rebeldes hutíes cuentan con el apoyo de Irán, y sus acciones reflejan un claro mensaje geopolítico al occidente. Mientras Teherán enfrenta una presión internacional creciente sobre su debilitado programa nuclear, los ataques de sus aliados hutíes enmarcan una forma de presión indirecta hacia EE.UU. y Europa.

Curiosamente, los ataques fueron suspendidos brevemente durante un alto al fuego anterior en Gaza. Sin embargo, al reanudarse la violencia en la región, también volvieron los ataques marítimos. En este contexto, surgen dudas sobre el papel que podría jugar una futura tregua en el conflicto Israel-Hamás y su capacidad de generar un ambiente menos hostil para el comercio global.

¿Cómo se responde a esta amenaza?

Estados Unidos y la Unión Europea han reforzado su presencia en la región mediante la Task Force 153 y la ya mencionada Operación Aspides. No obstante, los recientes ataques han dejado en evidencia que incluso estas fuerzas tienen limitaciones operativas. Algunos buques han decidido no pedir escoltas, lo cual plantea interrogantes sobre los protocolos de seguridad y percepción de riesgo.

Además, la creciente cooperación militar entre otros países aliados se está poniendo en marcha, como han demostrado los ejercicios militares conjuntos en Australia, denominados Talisman Sabre. Aunque no estén directamente relacionados con Yemen, reflejan la creciente preocupación de Occidente por los desafíos a la seguridad global, incluida la amenaza marítima.

Más allá del conflicto: el costo humano

En medio de los datos estratégicos y geopolíticos, la dimensión humana muchas veces se olvida. Las víctimas de estos ataques no son solo números: son padres, hijos, trabajadores que se encontraban cumpliendo con su deber. La tripulación del Eternity C, compuesto por marineros de origen filipino, griego e indio, era como tantas otras: internacional, multicultural y vulnerable ante una guerra que ni siquiera es la suya.

Las familias de los 11 desaparecidos viven una pesadilla alimentada por la incertidumbre, mientras los rescatados intentan recuperarse del trauma. El silencio de los hutíes sobre los presuntos secuestros solo incrementa el dolor de quienes aguardaban noticias esperanzadoras.

¿Un punto de inflexión para el transporte marítimo?

Los sectores logísticos y navieros podrían considerar replantear radicalmente su estrategia de tránsito marítimo. El equilibrio entre costo, rapidez y seguridad empieza a inclinarse peligrosamente. De hecho, algunas aseguradoras marítimas han elevado las primas en zonas de riesgo como el mar Rojo, lo cual hace inviable económicamente operar en la región para ciertos transportistas.

Sin duda, si los ataques continúan, podríamos estar ante el principio de una transformación en el comercio marítimo global, equiparable al impacto del canal de Suez cuando fue inaugurado en 1869.

La pregunta persistente: ¿Quién será capaz de restaurar la seguridad en una región tan estratégica como inestable?

Por ahora, el mar Rojo continúa siendo un campo de batalla silencioso pero letal, donde los intereses políticos, económicos y humanitarios colisionan en cada ola.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press