Leo XIV: Un Papa Agustino en Castel Gandolfo que Llama a la Compasión del Mundo
Desde la villa papal, el pontífice revive una tradición y un mensaje centrado en la misericordia hacia los olvidados por tiranías, guerras y pobreza
El regreso de un Papa a Castel Gandolfo: más que unas vacaciones
El Papa Leo XIV ha decidido esta vez pasar los meses de verano en el histórico y simbólico enclave de Castel Gandolfo, a unos 25 kilómetros al sur de Roma, devolviendo a la tradición papal una práctica interrumpida en los últimos pontificados. Sin embargo, no es solo una estancia veraniega lo que marca su regreso a esta villa papal. Leo XIV, el primer papa agustino de la historia, está utilizando este tiempo para profundizar en sus raíces espirituales e impulsar un llamado urgente a la compasión en tiempos de crisis global. En la Misa oficiada en la iglesia de San Tomás de Villanueva, el Papa dirigió su homilía al corazón mismo del sufrimiento moderno: los pobres, los desplazados, las víctimas de guerra y opresión política. A través de la parábola del Buen Samaritano, invitó a los fieles a actuar con "la misma compasión misericordiosa de Dios".Un Papa Agustino en tierra agustiniana
San Tomás de Villanueva, cuyo nombre lleva la iglesia donde se celebró esta misa especial, fue un fraile agustino y arzobispo español del siglo XVI conocido por su labor incansable por los pobres. Pero este vínculo va más allá de lo geográfico o histórico: el Papa Leo XIV es egresado de la Universidad de Villanova en Estados Unidos, nombrada así por el mismo santo. "Con él (Leo), vuelve a sus inicios espirituales", comentó el padre Tadeusz Rozmus, párroco de la iglesia. De hecho, el Papa ha citado ampliamente desde que fue elegido al teólogo del siglo V, San Agustín de Hipona, en quien se basan las enseñanzas de su orden religiosa. Esta identidad agustiniana ha infundido sus homilías con una mezcla de introspección personal, teología profunda y un amor comprometido al prójimo.Un mensaje urgente: la compasión como respuesta al caos global
“Cómo vemos a los demás es lo que cuenta, porque muestra lo que hay en nuestros corazones”, dijo Leo XIV durante la homilía. “Podemos mirar y seguir de largo, o podemos mirar y conmovernos con compasión.” Esta reflexión se presenta como un eco contemporáneo de los discursos sociales de la Iglesia, pero su contundencia resuena especialmente en 2025, un año marcado por escaladas bélicas en varias regiones, millones de refugiados, y un planeta que sigue sufriendo a causa del cambio climático. El Papa también pidió compasión por aquellos que están "despojados, saqueados y ultrajados; víctimas de sistemas políticos tiránicos, de una economía que los condena a la pobreza y de guerras que les arrebatan no solo sus sueños sino también sus vidas".Un pontífice abierto a la diplomacia y la ecología
Incluso en su periodo vacacional, Leo XIV no ha cesado sus labores pastorales y diplomáticas. Ya ha recibido al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy en Castel Gandolfo, donde ambos promovieron la propuesta de que la Santa Sede sea sede de futuros diálogos de paz. Además, celebró otra misa especial dedicada al cuidado del medioambiente, reforzando la línea ecológica inaugurada por su predecesor en la encíclica Laudato si'. Esto resalta un estilo de papado profundamente pastoral, pero también activo, donde el descanso no es excusa para abandonar el compromiso global del Vaticano con los grandes desafíos del siglo XXI.Un símbolo de esperanza para Castel Gandolfo
El regreso de un Papa a esta localidad ha llenado de alegría a sus habitantes, según declaraciones del mismo padre Rozmus, quien ha destacado el valor espiritual de tener al líder de más de mil millones de católicos presente en su comunidad. La simbología es poderosa: el padre agustino, en la tierra de un santo agustino, dirigiéndose no solo a los fieles presentes, sino al mundo entero. Durante siglos, Castel Gandolfo ha sido un refugio para los papas. Desde Urbano VIII en el siglo XVII hasta Benedicto XVI, quienes buscaron paz espiritual en sus jardines, cielos despejados y en las orillas del lago Albano. Leo XIV ha devuelto vida y propósito a esa tradición, pero también la ha renovado.¿Un nuevo estilo de papado?
Desde sus primeras palabras como pontífice, Leo XIV ha sido claro: su enfoque estará marcado por su compromiso agustiniano. Esa es una diferencia fuerte respecto a otros papados recientes. San Agustín enseñaba que todo esfuerzo espiritual debe orientarse hacia el amor: “Ama y haz lo que quieras”. Parece que Leo XIV ha traducido eso en compasión activa, cercanía pastoral y apertura al diálogo. Al elegir reflexionar sobre la parábola del Buen Samaritano, evocó esa teología del actuar desde la empatía. No es un mensaje nuevo, pero sí refrescante cuando viene del líder de la Iglesia Católica en tiempos donde la compasión parece diluirse frente a la polarización política, la guerra y la indiferencia.La figura de San Tomás de Villanueva: un espejo del presente
¿Quién fue San Tomás de Villanueva? Este santo español, nacido en 1488 en Fuenllana, fue notoriamente generoso. Como arzobispo de Valencia, redistribuía sistemáticamente su riqueza personal a los necesitados, a menudo saliendo él mismo en busca de los pobres. Su lema era claro: “No basta con dar; hay que darse”. Esta filosofía de entrega absoluta encajó de forma perfecta con el mensaje de Leo XIV. En un mundo en el que los líderes parecen aferrarse al poder o a los recursos, el Papa ha propuesto mirar hacia los que lo renuncian todo para elevar a los demás.Castel Gandolfo como espacio de contemplación... y acción
Lejos de ser un simple refugio veraniego, Castel Gandolfo parece estar convirtiéndose en un nuevo centro espiritual del pontificado de Leo XIV. Entre reuniones diplomáticas, misas temáticas y reflexiones teológicas, el Papa está usando este espacio para lanzar mensajes clave. Este ataque estratégico de regreso a una práctica olvidada pone de manifiesto algo más profundo: que el lugar desde donde se habla también transforma el contenido del mensaje. Castel Gandolfo, con su legado papal y aire contemplativo, sirve como escenario ideal para invocar compasión, misericordia y acción concreta.Una invitación a mirar y actuar
El Papa no solo pide reflexionar, sino también actuar. La frase “podemos mirar y seguir de largo, o mirar y ser movidos con compasión” es un llamado directo. En la actualidad global, esa "mirada compasiva" implica cuestionar nuestras formas de vida, nuestros hábitos de consumo, nuestra tolerancia a la injusticia estructural. Ya sea en relación con los inmigrantes en Europa, los desplazados en África o las víctimas de guerra en Medio Oriente, Leo XIV exige una audiencia humana más alerta, disponible y, sobre todo, empática.¿Hacia dónde nos lleva este enfoque agustiniano?
Si algo distingue a este Papa de manera inmediata es su pedagogía agustiniana centrada en el corazón humano. Para San Agustín, todo gira en torno al amor —tanto de Dios como del prójimo. Leo XIV ha hecho de esta premisa milenaria una propuesta política, espiritual y social. En un mundo que parece desfondado emocionalmente por las crisis acumuladas, la fe puede convertirse en un recurso de sanación. Pero esa fe debe abrazar el dolor y moverse hacia una solución: tender la mano como el Buen Samaritano. Leo XIV parece convencido de que solamente desde esa compasión puede regenerarse la humanidad. Como dice un antiguo axioma agustiniano, “Nuestro corazón no encuentra descanso hasta que descansa en Ti”. Para este Papa, eso no es una invitación a la pasividad, sino a arder interiormente de amor activo. Fuente de inspiración, líder espiritual, pontífice comprometido: Leo XIV está construyendo, desde Castel Gandolfo, mucho más que una vacación papal. Este artículo fue redactado con información de Associated Press