Fútbol globalizado: ¿Está el futuro de las ligas nacionales en el extranjero?

Desde Italia hasta Inglaterra, los clubes europeos buscan expandir su impacto internacional llevando partidos y fichajes al siguiente nivel

En las últimas semanas, hemos sido testigos de una serie de noticias que podrían marcar un antes y un después en la dinámica tradicional del fútbol europeo. Por un lado, la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) anunció un plan para jugar un partido oficial de la Serie A fuera del país: nada menos que en Perth, Australia. Por otro, la Premier League sigue mostrando su poderío financiero y atractivo global con fichajes estelares como Christian Norgaard al Arsenal y Mohammed Kudus al Tottenham.

¿Un Milan vs. Como en Australia? El experimento italiano

En un movimiento que ha sorprendido a muchos aficionados del fútbol italiano, la FIGC ha dado luz verde a la posibilidad de que el encuentro entre AC Milan y Como, equipos con apenas 50 kilómetros de distancia, se juegue a casi 14,000 kilómetros: en Perth, Australia. El partido está planeado para el fin de semana del 7-8 de febrero de 2025.

Este plan no solo requiere la aprobación de la FIGC, sino también de la UEFA, la Federación Australiana, la Confederación Asiática de Fútbol y hasta la FIFA. Y es que nunca antes un partido de liga italiana se ha jugado fuera de sus fronteras.

El motivo detrás del plan es logístico: el Estadio San Siro, hogar del Milan, será sede de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Invierno. Pero el gesto también revela una oportunidad comercial que Italia ha empezado a considerar más seriamente: exportar el Calcio.

La inspiración: la Premier League y LaLiga

Este tipo de iniciativas no son nuevas. En 2018 y 2019, la LaLiga española intentó llevar partidos de temporada regular a Estados Unidos. Uno de ellos, un propuesto Girona vs. FC Barcelona en Miami, fue cancelado por resistencia de la RFEF (Real Federación Española de Fútbol) y del sindicato de jugadores (AFE).

La Premier League, por otro lado, ha sido más cauta pero igualmente ambiciosa en su estrategia de globalización. Lo demuestra la cantidad de eventos, asociaciones comerciales y pretemporadas en Asia y América del Norte, además de su colosal valor de derechos televisivos internacionales, que para el ciclo 2022-2025 supera los 6,000 millones de libras esterlinas (fuente: The Athletic).

Implicaciones para el aficionado tradicional

¿Qué significa este tipo de decisiones para el hincha local? Mientras que los clubes ven en estos partidos una vía para expandir la marca y generar ingresos, el aficionado frecuente que asiste cada semana al estadio podría sentirse abandonado.

La rivalidad y el romanticismo que rodean a un Milan vs. Como —uno de los pocos derbis lombardos— se diluyen si el partido se juega a 20 horas de avión de casa. Como ejemplo, una entrada promedio en San Siro ronda los 30-50 euros, mientras que para asistir a un evento internacional similar en Australia, el costo podría multiplicarse fácilmente entre vuelos, alojamiento y entradas.

No es casual que el legendario ex capitán del Milan, Paolo Maldini, advirtiera en una entrevista en Sky Sport: “El fútbol se está alejando del aficionado. Se corre el riesgo de matar su alma por beneficios económicos.”

La otra cara del globalismo: fichajes millonarios

Mientras Italia planea viajar a Australia, el Arsenal sigue reforzando su equipo con Christian Norgaard, un mediocampista danés de 31 años que llega de Brentford por aproximadamente 20 millones de dólares. Con casi 200 partidos en la liga inglesa, Norgaard es un jugador consolidado y versátil.

El mismo club también incorporó recientemente a Martin Zubimendi del Real Sociedad, y al portero Kepa Arrizabalaga, lo que demuestra un claro deseo de fortalecer el plantel para finalmente romper la sequía de títulos, tras quedar tres veces seguidas en segundo lugar en la liga.

En palabras de Andrea Berta, director deportivo del Arsenal: “Es un líder, con inteligencia táctica y versatilidad. Tendrá un impacto muy positivo en nuestra plantilla.”

El propio Norgaard se mostró emocionado: “Jugar en Champions League era un sueño que había dejado atrás. Escuchar el himno será especial.”

Tottenham y el efecto Kudus

En el norte de Londres, el Tottenham Hotspur también está haciendo movimiento. El fichaje del ghanés Mohammed Kudus por unos 75 millones de dólares desde el West Ham demuestra cómo clubes en proceso de reconstrucción se atreven a grandes apuestas.

Con 19 goles en 80 partidos, Kudus se destacó no solo como atacante prolífico sino también como un todoterreno ofensivo, capaz de jugar de falso nueve, extremo o mediapunta. Su llegada refuerza un ataque que necesita dinamismo tras la salida de Harry Kane.

Además, están cerca de firmar a Morgan Gibbs-White del Nottingham Forest por 81.5 millones de dólares. En la última temporada, el joven inglés acumuló 7 goles y 8 asistencias, siendo vital para clasificar a Forest a competencias europeas por primera vez desde 1996.

Los riesgos de un mercado insaciable

Estos movimientos dejan claro una tendencia: el fútbol ya hace tiempo dejó de ser solamente deporte. Está cada vez más inmerso en la lógica de entretenimiento global.

Pero, ¿se puede mantener la mística de las ligas locales mientras se globaliza el deporte? Se avecina un escenario donde los clubes podrían empezar a ver a los fans no como hinchas apasionados locales sino como consumidores globales. Eso podría tener un precio en emociones, cultura y pertenencia.

La UEFA en la encrucijada

Organismos como la UEFA tendrán un rol fundamental para establecer límites. Su aprobación o rechazo al Milan vs. Como en Australia sentará precedente. Si da el visto bueno, podríamos estar presenciando el primer paso hacia una liga europea parcialmente nómada en el futuro.

La pregunta final que flota en el aire es: ¿cuánta distancia (física y emocional) puede permitir el fútbol sin perder su esencia?

Una nueva era: entre lo local y lo global

El fútbol está caminando sobre una cuerda floja entre su raíz comunitaria y su vocación global empresarial. Equipos como Arsenal y Tottenham no solo compiten por puntos, sino también por audiencias en todos los continentes.

Y mientras los hinchas del Milan contemplan la posibilidad de ver a su equipo jugar a medianoche desde la otra punta del mundo, otros sueñan con fichar estrellas para traer la Champions a casa.

La pregunta ya no es si el fútbol ha cambiado, sino hasta dónde estamos dispuestos a que cambie.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press