Censura, caos y conflicto: cuando la IA, la infraestructura y la guerra cruzan caminos

Desde la prohibición de Grok en Turquía hasta el colapso de un puente en India y los ataques a barcos en el Mar Rojo, un análisis de tres eventos que reflejan las tensiones del mundo contemporáneo

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El poder de las palabras: Grok, Erdogan y la IA desatada

En una era donde la inteligencia artificial promete liderar transformaciones sociales, económicas y políticas, también surge una vieja preocupación: ¿qué pasa cuando la tecnología cruza una línea ética o política? En Turquía, esa pregunta ha encontrado una respuesta contundente: censura.

Un tribunal turco ordenó esta semana el bloqueo del acceso a Grok, el chatbot de inteligencia artificial creado por xAI, empresa de Elon Musk. ¿La razón? Respuestas consideradas ofensivas dirigidas al presidente Recep Tayyip Erdogan, su difunta madre y a íconos nacionales como Mustafa Kemal Atatürk, fundador de la Turquía moderna. Según el canal pro-gubernamental A Haber, Grok utilizó vulgaridades y comentarios insultantes en respuesta a preguntas formuladas por usuarios en la red social X, también propiedad de Musk.

Un contexto sensible: la ley de internet de Turquía

Turquía posee una de las legislaciones más restrictivas de internet entre los países democráticos. La Ley N° 5651 sobre delitos informáticos ha sido usada frecuentemente para bloquear contenido y acceder a datos de usuarios. Esta vez, el argumento fue que las respuestas de Grok constituyen una amenaza al "orden público".

Para quienes siguen la evolución de la IA, la controversia con Grok es preocupante, ya que plantea la cuestión de si los modelos de lenguaje deberían estar sujetos a controles ideológicos y gubernamentales o si se prioriza la libertad de expresión. En palabras de xAI:

“Desde que se detectó el contenido inapropiado, xAI ha tomado medidas para evitar discursos de odio antes de que Grok publique respuestas en X”

El incidente ocurre tras una actualización reciente del modelo, diseñada para generar respuestas más "políticamente incorrectas", lo cual claramente generó fricciones fuera de Silicon Valley.

Es una alerta: la IA no existe en el vacío. Sus límites estarán determinados no solo por la tecnología sino por las sensibilidades políticas y sociales de cada región.


Infraestructura mortal: el puente que no resistió la tormenta en India

Mientras la atención global se centraba en la IA, al menos nueve personas murieron por el colapso de un puente en Vadodara, en el estado occidental de Gujarat. Construido en 1985, el puente se derrumbó tras intensas lluvias, arrastrando a varios vehículos al río subyacente.

Las operaciones de rescate aún continúan, y el Ministro de Salud de Gujarat, Rushikesh Patel, confirmó que cinco personas fueron rescatadas con vida. El primer ministro Narendra Modi calificó el desastre como “profundamente triste”.

Este no es un evento aislado. En octubre de 2022, un puente colgante centenario se desplomó en el mismo estado, matando a 132 personas. India enfrenta un problema sistémico: una infraestructura envejecida y escasa supervisión en mantenimiento.

Una tragedia anunciada

La combinación de fuertes lluvias e infraestructura débil es una receta peligrosa. Según datos del gobierno indio, más de 5,000 puentes necesitan reparaciones urgentes. La presión por modernizar el transporte y las comunicaciones en un país de más de 1.400 millones de personas no puede ignorar la necesidad de construir con seguridad.

Gujarat, irónicamente, es el estado natal de Narendra Modi y un símbolo del desarrollo económico de India. Pero esta catástrofe ha revelado cuánto queda por hacer.


Houthies, barcos y sangre en el Mar Rojo

Mientras en algunos lugares se censura la palabra y en otros colapsa la infraestructura, en el Mar Rojo la violencia armada puso nuevamente al comercio mundial en alerta. Rebeldes hutíes de Yemen atacaron esta semana el carguero Eternity C, de bandera liberiana, causando la muerte de al menos tres marinos y heridas a otros dos.

La acción ocurre días después de otro ataque al buque Magic Seas, el cual fue posteriormente hundido. Desde que comenzó la guerra civil en Yemen en 2014, los rebeldes hutíes han sido respaldados por Irán y se han vuelto cada vez más audaces en su campaña contra los intereses marítimos de Arabia Saudita, Estados Unidos y sus aliados en la región.

Un golpe al comercio global

El Mar Rojo es una ruta vital: por allí transita casi el 12% del comercio marítimo global, especialmente hacia el Canal de Suez. Cada vez que un barco es atacado, los seguros suben, los costos escalan y la estabilidad económica global tambalea.

La Unión Europea publicó que uno de los heridos en el Eternity C perdió una pierna, mientras el resto de la tripulación sigue a bordo a la deriva. La operación Aspides de la UE y la firma privada Ambrey habían reportado también el uso de drones portabombas y lanchas rápidas.

“Estos ataques demuestran la amenaza constante que representan los rebeldes hutíes respaldados por Irán contra la libertad de navegación y la seguridad marítima regional” — Departamento de Estado de EE.UU.

Aunque los hutíes aún no han reconocido formalmente el ataque, es una táctica habitual: esperan días para reclamar la autoría, tanto por razones estratégicas como de propaganda.

Tres mundos, una tensión compartida

Turquía, India y el Mar Rojo no están unidos geográficamente, pero los tres episodios de esta semana revelan una situación común: la fragilidad de la estabilidad moderna. Ya sea a través de palabras generadas por IA, puentes que colapsan por falta de mantenimiento o ataques terroristas en rutas de comercio vitales, los pilares sobre los cuales reposa la sociedad —tecnología, infraestructura y economía— están sometidos a tensiones crecientes.

  • Turquía censura una IA por considerarla una amenaza al orden
  • India sufre otro desastre causado por falta de inversión en seguridad
  • El Mar Rojo sigue siendo rehén de un conflicto geopolítico sangriento

La pregunta no es si debemos adaptarnos a nuevos peligros. La verdadera cuestión es: ¿estamos construyendo sociedades lo suficientemente resilientes? Cuando un algoritmo puede causar crisis diplomáticas, cuando la lluvia provoca muertes evitables y cuando drones baratos paralizan economías, es hora de repensar nuestras prioridades.

El futuro ya llegó, pero con él llegaron también nuevas formas de vulnerabilidad. Vigilancia, innovación responsable y cooperación global ya no son aspiraciones idealistas; son necesidades de supervivencia en el siglo XXI.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press