¿Estás preparado para la próxima tormenta? La realidad que pocos conocen sobre el seguro contra inundaciones

Por qué el mayor desastre natural en EE. UU. no es solo el agua, sino la falta de protección financiera ante ella

Una cobertura que no cubre

En Estados Unidos, cada vez que una gran tormenta atraviesa una ciudad, no solo deja tras de sí destrucción visible, sino también una estela silenciosa de desesperación financiera. Uno de los errores más comunes —y costosos— que cometen los propietarios es suponer que su seguro de hogar también los protege contra inundaciones.

Pero la verdad es esta: ni siquiera una póliza buena cubre daños por inundación. La mayoría de seguros solo protegen contra incendios o daños por viento. Si el agua entra, el dinero no sale.

¿Qué es el seguro contra inundaciones y por qué casi nadie lo tiene?

El programa nacional de seguros contra inundaciones, el National Flood Insurance Program (NFIP), fue creado hace más de 50 años por el Congreso, cuando las aseguradoras privadas dejaron de ofrecer pólizas en zonas de alto riesgo. Operado por la FEMA (Agencia Federal de Manejo de Emergencias), es hoy el principal proveedor de este tipo de cobertura en el país.

Y con todo, solo alrededor del 6% de los hogares en EE.UU. tienen una póliza de este tipo, de acuerdo con el Insurance Information Institute. La gran mayoría de estas pólizas están concentradas en zonas costeras, propensas a huracanes.

La falta de cobertura contra inundaciones es la mayor brecha en seguros en todo el país”, afirmó Mark Friedlander, vocero del instituto de seguros. “El 90% de los desastres naturales en EE.UU. involucran inundaciones.”

Lo más preocupante es que, según FEMA, incluso vivir en una zona con solo 1% de posibilidad anual de inundación implica un 25% de probabilidad de experimentar una a lo largo de una hipoteca de 30 años.

¿Quién tiene que tenerlo obligatoriamente?

Los únicos que están obligados a tener seguro contra inundaciones son los propietarios de viviendas con hipotecas respaldadas por el gobierno si se encuentran en zonas de alto riesgo designadas por FEMA. Algunos bancos también lo exigen. Pero si una persona ya pagó su hipoteca o compró su casa al contado, puede optar por prescindir de este tipo de cobertura.

Y ocurre a menudo. Muchos simplemente eligen “jugársela”, bajo la falsa creencia de que si su casa no está cerca del mar o un río, no puede inundarse.

Las inundaciones no discriminan

Esta falsa sensación de seguridad ha sido ampliamente desmentida. La inundación no es simplemente agua del mar o de un río que se desborda. También puede venir por:

  • Lluvias torrenciales
  • Mal drenaje urbano
  • Problemas con represas o alcantarillas
  • Desbordes de flujo de lodo

Y estos factores pueden combinarse de manera devastadora. El ejemplo más claro fueron las lluvias acompañadas de tormentas lentas y pesadas de los últimos años, intensificadas por el cambio climático.

¿Qué cubre el seguro federal?

El seguro contra inundaciones del NFIP cubre hasta:

  • $250,000 para estructura de viviendas unifamiliares
  • $100,000 para contenido (muebles, electrodomésticos, efectos personales)
  • $500,000 para estructuras comerciales
  • $100,000 para contenido de arrendatarios (inquilinos)

Pero ese monto difícilmente cubre el valor completo de la propiedad o sus pertenencias, especialmente si consideramos que el valor promedio de una casa en EE. UU. supera los $400,000 según Zillow en 2024.

Además, la prestación puede tardar varias semanas o meses tras el desastre, dejándote en una situación potencialmente insostenible.

¿Y si no tienes seguro?

Si ocurre una gran tormenta y tu casa resulta dañada —parcial o completamente— sin cobertura como respaldo, tu opción se limitará a pleitos costosos con tu aseguradora, dependiendo de si los daños pueden atribuirse al viento o al agua.

Don Hornstein, experto en leyes de seguros de la Universidad de Carolina del Norte, explica que aunque existen peritos que pueden delimitar si un daño fue causado por viento o agua, en caso de conflicto, la ley suele favorecer a la aseguradora.

Si tu casa fue destruida simultáneamente por el viento y por el agua, normalmente no estará cubierta por el seguro privado,” dice Hornstein.

Es decir, podrías quedarte sin casa, sin ayuda y con deudas.

El cambio climático no perdona

Desde 1980, Estados Unidos ha experimentado más de 360 eventos catastróficos relacionados con el clima o el agua, con costos estimados superiores a $2.600.000 millones, según la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica).

Las tormentas son más lentas, más intensas y más húmedas. El huracán Harvey (2017) dejó entre 30 y 50 pulgadas de lluvia en Texas. Katrina (2005) costó más de $130.000 millones. Y muchas de las víctimas lucharon por conseguir asistencia gubernamental o pagos de seguros después.

Desinformación y apatía: una combinación letal

Según FEMA, 1 pulgada (2.5 cm) de agua puede causar hasta $25,000 en daños. Aun así, la falta de conocimiento y acción prevalece. En gran parte, esto responde a la manera en que entendemos el riesgo: si no hemos vivido una inundación, no actuamos. Pero la realidad cambia rápidamente.

De hecho, varias zonas no consideradas como “alto riesgo” en 2010 ahora lo son, y lo serán aún más con el paso del tiempo.

Además de esto, en zonas rurales y zonas con menor poder adquisitivo, el acceso a información y cobertura aseguradora es muy limitado.

¿Qué debería cambiar?

Expertos coinciden en que es necesario actualizar los límites de cobertura y ampliar la educación pública sobre el riesgo real que representa el agua.

También sería fundamental:

  • Actualizar los mapas de riesgos de FEMA regularmente
  • Subvencionar primas para sectores vulnerables
  • Incluir propuestas obligatorias de cobertura en los seguros tradicionales de hogar
  • Establecer líneas de crédito federales rápidas para emergencias

¿Entonces qué puedes hacer?

Revisa hoy mismo si vives en una zona de riesgo accediendo a la herramienta del Map Service Center de FEMA. Analiza tu póliza actual y, ante la duda, llama a tu aseguradora y pregunta explícitamente: ¿Estoy cubierto contra inundaciones?

Y si la respuesta es no, considera obtener un seguro del NFIP o buscar en el mercado privado si estás fuera de las zonas cubiertas. Mejor gastar algunos cientos de dólares al año que enfrentarte a la ruina financiera más adelante.

En 2024, la pregunta no es si puede suceder una inundación, sino cuándo. ¿Estás listo?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press