Cowboys en la encrucijada: de las glorias All-Pro a las controversias legales y el legado de sus pioneros
La franquicia de Dallas vive un presente convulso entre arrestos, fichajes millonarios y la memoria de un jugador que luchó más allá del campo
Un año agridulce para los Dallas Cowboys
Los Dallas Cowboys, una de las franquicias más emblemáticas de la NFL, han vivido en los últimos meses una serie de eventos que han oscilado entre la gloria deportiva, la controversia legal y el recuerdo emotivo de uno de sus jugadores históricos.
Por un lado, KaVontae Turpin, el dinámico regresador de patadas y reciente All-Pro, ha sido arrestado por posesión de marihuana y portación ilegal de arma. Apenas semanas antes, había celebrado la extensión de su contrato por tres años y 18 millones de dólares. Y en medio de esta situación, la franquicia ha recordado la vida y legado de Pettis Norman, exjugador y activista de derechos civiles fallecido recientemente.
Este artículo analiza el delicado presente de los Cowboys, con una mirada crítica al manejo de los recursos humanos dentro de la NFL, el contexto histórico del activismo en el deporte, y la fascinante evolución de ciertos protagonistas. Es un análisis de luces, sombras y transiciones culturales dentro del equipo de la estrella solitaria.
El ascenso y caída de Turpin: talento en conflicto con su historial
KaVontae Turpin no tiene el típico recorrido de estrella universitaria hacia la NFL. Su paso por la Texas Christian University (TCU) se vio truncado en 2018, cuando fue expulsado tras descubrirse una segunda acusación por violencia doméstica –ambas con la misma víctima. A pesar de este historial problemático, Turpin logró una segunda oportunidad en ligas menores como la USFL, hasta captar la atención de Dallas.
Fue en 2022 cuando brilló en pretemporada con dos regresos para touchdown. En su temporada All-Pro 2024, replicó esa hazaña en partidos oficiales. Acumuló además 31 recepciones para 420 yardas y cuatro touchdowns ofensivos entre 2023 y 2024, convirtiéndose en una pieza híbrida valiosa para la ofensiva de Brian Schottenheimer.
Sin embargo, el reciente arresto en Allen, Texas, por posesión de marihuana y arma de fuego expone la fragilidad de su presente y podría comprometer tanto su futuro contractual como su imagen pública. El hecho de que enfrente estos cargos justo después de firmar un contrato millonario refleja una desconexión entre la conducta esperada a nivel profesional y la realidad fuera del campo.
Los Cowboys y los fantasmas de su historial disciplinario
El caso Turpin no es aislado en la historia reciente de Dallas. Desde casos como el de Greg Hardy en 2015, acusado de violencia doméstica, hasta otras figuras problemáticas, la franquicia ha sido criticada por priorizar el talento sobre la reputación social cuando selecciona a sus jugadores.
Muchos analistas han cuestionado si Jerry Jones, propietario y arquitecto del equipo, hace lo suficiente en la evaluación personal y ética de los fichajes. En palabras del analista deportivo Mike Freeman: “Dallas sigue siendo el equipo donde el talento redime cualquier mancha previa, y eso es moralmente problemático.”
¿Se justifica esta filosofía con éxito deportivo? Aunque los Cowboys han clasificado a playoffs múltiples veces desde 2016, aún arrastran una
sequía de más de 25 años sin ganar el Super Bowl. El dilema entre ganar y construir una cultura sólida sigue sin resolverse en Arlington.
La vigencia del legado de Pettis Norman
En contraste con el presente convulso, la muerte de Pettis Norman ha reavivado la memoria de uno de los jugadores más influyentes en lo social dentro del equipo. Norman, tight end durante nueve temporadas con los Cowboys, destacó no solo por sus 183 recepciones y más de 2,400 yardas, sino por haber levantado la voz en los años 60 contra el racismo institucional dentro y fuera del vestuario.
Fue Norman quien pidió al mítico entrenador Tom Landry que se pusiera fin a la política de asignar habitaciones de hotel por raza. También participó en protestas civiles en Dallas, y es recordado como una figura clave en el progreso social de la ciudad.
“Intenté hacer lo posible para cambiar la forma en que la sociedad operaba,” dijo Norman en uno de sus últimos testimonios públicos. Tras retirarse, se convirtió en uno de los primeros ejecutivos bancarios afroamericanos en Dallas, una muestra más de su compromiso con la igualdad.
La NFL y su pendular moral: ¿aprende de sus errores?
El dilema en torno a Turpin y el legado de Norman ilustra los extremos que coexisten en el deporte profesional. La NFL ha implementado desde 2007 la política de conducta personal, y en los últimos diez años ha multiplicado campañas sociales con eslóganes como "Inspire Change". Sin embargo, casos recientes indican que el cambio cultural aún es superficial en muchos estamentos.
Desde 2021, la NFL ha incluido criterios de diversidad y evaluación psicológica más rigurosos en el draft, y aún así, muchos equipos continúan fichando sin el debido escrutinio. Ello expone una tensión entre la presión por resultados inmediatos y las reformas necesarias para el desarrollo humano de los atletas.
En ese sentido, algunos equipos como los Pittsburgh Steelers parecen marcar la pauta. Bajo la gestión de Omar Khan y Mike Tomlin, los Steelers no solo han apostado por experiencia como la incorporación de Aaron Rodgers, sino que también han reforzado la defensa con Jalen Ramsey y buscado soluciones estables como la renovación de DK Metcalf. Pero lo más destacable quizá sea su intención de establecer una cultura de transparencia profesional.
La oportunidad futura de Turpin, y la lección que debe tomar Dallas
KaVontae Turpin, aún joven con 28 años, tiene margen para rehabilitar su imagen. Pero eso requerirá un compromiso proactivo, no solo con sus condiciones físicas, sino con su crecimiento como figura pública. En un equipo con tanto foco como los Cowboys, cada error se magnifica.
Los aficionados de Dallas y la NFL en general exigen hoy más que touchdowns. Hay una expectativa creciente de que los ídolos también sean modelos éticos, o al menos, figuras responsables. La historia de Pettis Norman prueba que es posible usar el deporte como plataforma de transformación más allá de la medalla o el trofeo.
Es necesario un cambio de pensamiento dentro de los despachos de Dallas. La era del todo vale por un anillo debe evolucionar hacia una gestión más humana y estratégica. Como dijo una vez el propio Norman: “La gloria es efímera; el respeto, eterno.”