Ucrania en la encrucijada: ¿Cómo afecta la pausa de ayuda militar de EE. UU. en el campo de batalla?
Ante una ofensiva rusa intensificada, la suspensión parcial de envíos de armas por parte de Estados Unidos pone a prueba la resiliencia de Ucrania y la respuesta de sus aliados europeos
Una pausa que resuena en las trincheras
En medio de una ofensiva sostenida por parte de las tropas rusas a lo largo de una línea de frente de más de 1.000 kilómetros, Ucrania enfrenta una complicación adicional: Estados Unidos, su aliado militar más importante desde el inicio de la invasión a gran escala en febrero de 2022, ha decidido pausar el envío de parte vital de sus armas.
La medida, tomada durante la administración Trump, ocurre justo cuando Rusia ha redoblado sus ataques con misiles y drones contra ciudades ucranianas, dejando a la defensa aérea y al personal militar ucraniano en una situación cada vez más vulnerable. Esta decisión estratégica ha encendido alarmas en Kyiv, cuyos líderes dependen de sistemas tecnológicos avanzados -muchos de ellos de fabricación estadounidense- para mantener su capacidad defensiva en el terreno.
Los sistemas Patriot: una necesidad crítica
Entre las armas cuya entrega ha sido pausada destacan los sistemas de defensa aérea Patriot, altamente eficientes contra misiles balísticos. Estas baterías, que pueden costar alrededor de $4 millones por unidad, son consideradas insustituibles por las autoridades ucranianas. Según un alto funcionario del gobierno de Ucrania, estos sistemas “son críticamente necesarios” para proteger urbes como Kyiv de ataques aéreos rusos cada vez más potentes y frecuentes.
El problema va más allá del arsenal disponible: incluso si otros países aliados poseen sistemas Patriot, su transferencia a Ucrania solo puede realizarse con aprobación de Washington. “La verdadera pregunta ahora es hasta dónde está dispuesto Estados Unidos a llegar en su reticencia para apoyar a Ucrania”, expresó el funcionario en condición de anonimato.
HIMARS y otras armas: reemplazables pero también limitadas
Junto a los Patriot, también se han pausado los envíos de misiles HIMARS, conocidos por su alta precisión. Aunque estos pueden ser reemplazados parcialmente con armamento similar producido por otros países, como Alemania o Francia, la rapidez en la entrega y la logística del transporte representan otro obstáculo en un conflicto en el que cada semana puede cambiar el equilibrio de poder.
Industria de defensa nacional: desarrollo urgente
La pausa ha empujado a Ucrania a profundizar aún más sus esfuerzos para desarrollar una industria militar autóctona. Desde hace meses, el país ha iniciado una carrera por aumentar la producción nacional de drones, municiones y artillería.
Un ejemplo claro: Ucrania ya es capaz de fabricar más proyectiles de artillería de 155 mm que lo estipulado por contratos vigentes con aliados. Sin embargo, todavía está lejos de sustituir sistemas más complejos como los Patriot o los misiles antiaéreos AIM-7 Sparrow y Stinger, también incluidos en la pausa.
El ministro de Defensa Rustem Umerov anunció la próxima votación en el Parlamento ucraniano de una nueva ley para impulsar la industria armamentista, que incluirá la construcción de fábricas en territorio nacional y en el extranjero, siempre en colaboración con aliados europeos.
Un viraje hacia Europa: ¿capacidad y voluntad suficientes?
En respuesta al bloqueo estadounidense, el presidente Volodímir Zelenskyy ha redoblado sus gestiones con los líderes europeos para que inviertan directamente en proyectos de defensa en Ucrania. Países como Alemania, Francia y Polonia ya han mostrado interés en desarrollar capacidades conjuntas para la fabricación de armas y municiones, especialmente drones y proyectiles.
El Instituto Kiel de Alemania, que da seguimiento a la ayuda militar internacional, reportó un hecho histórico: por primera vez desde junio de 2022, Europa superó a EE. UU. como principal proveedor de ayuda militar a Ucrania. A finales de junio de 2025, los países europeos habían comprometido 72 mil millones de euros en apoyo, frente a los 65 mil millones de euros por parte de Estados Unidos.
¿Qué significado tiene este cambio?
El cambio señala algo más profundo que simples cifras: la geopolítica del conflicto ha entrado en una nueva fase. Mientras Trump se aleja de la estrategia de apoyo sostenido, Europa asume más protagonismo, pero con una capacidad industrial más limitada y dependiente de acuerdos bilaterales más lentos y menos centralizados.
¿Y el soldado ucraniano en el frente?
En el campo de batalla, los combatientes ucranianos no claman tanto por municiones como lo hacían en 2023. “Lo que nos falta ahora son personas. No tenemos suficientes soldados”, resume un comandante cerca del frente en Donetsk.
Para suplir esta deficiencia, la guerra de drones cobra más relevancia. Ucrania ha convertido su tecnología de drones en una herramienta de compensación táctica y de inteligencia crucial. Desde enero de 2024, más del 40% de los ataques defensivos ucranianos se han apoyado directa o indirectamente en unidades de drones, según el grupo analista ucraniano DeepState.
Vocación europeísta reforzada por necesidad
Zelenskyy está usando esta coyuntura no solo para defender la soberanía militar, sino también para garantizar que Ucrania avance en el proceso de integración con la UE.
En julio, Dinamarca reafirmó su apoyo a la candidatura ucraniana para el ingreso a la Unión Europea, señalando que la defensa del continente también pasa por Kyiv. “Defender a Ucrania es defender a Europa”, declaró la primera ministra danesa Mette Frederiksen.
El gran dilema: ¿política o logística?
En última instancia, la disyuntiva que enfrenta Ucrania no es sólo militar, sino eminentemente política. La resistencia ya ha sido probada. La innovación militar, también. La cuestión ahora es si la voluntad política de Washington continuará erosionándose o si una nueva situación internacional —o incluso un cambio en el liderazgo estadounidense— puede reactivar los mecanismos de asistencia más rápido de lo previsto.
Según The Economist, el 85% de los sistemas de defensa que Ucrania necesita este año dependen aún de países ajenos a la UE. Pero con más de 1.97 millones de ucranianos cobrando ayudas sociales y la economía interna deteriorada, la autosuficiencia sigue siendo una meta lejana.
Zelenskyy, por su parte, parece tener claro qué está en juego. “Este año, el volumen de apoyo militar de nuestros socios ha sido el mayor desde que empezó la guerra. Pero cada pausa pone en riesgo no solo a nuestra población, sino también a la estabilidad global”, dijo durante una conferencia de seguridad en Varsovia.