Oasis vuelve a los escenarios: ¿renacimiento musical o nostalgia a precio de oro?

Después de 16 años separados, los hermanos Gallagher lideran una de las giras más esperadas del siglo. Pero, ¿vale la pena el reencuentro o es solo una estrategia para monetizar la leyenda?

Una historia de rock, conflictos y millones

La banda británica Oasis se reencontró con su público este viernes en Cardiff, Gales, marcando el inicio del Live ’25 Tour, una gira que recorre varias ciudades del Reino Unido e Irlanda con paradas en América del Norte, Sudamérica, Asia y Oceanía. La última fecha está programada para el 23 de noviembre en São Paulo, un cierre épico para una historia que parecía haberse terminado en 2009.

Fundada en Manchester en 1991, Oasis redefinió la era del Britpop en los años 90 con himnos como “Wonderwall”, “Champagne Supernova” y “Don’t Look Back in Anger”. Su debut, “Definitely Maybe” (1994), fue rápidamente certificado como disco de platino y considerado por la crítica como uno de los discos debut más importantes de la historia del rock británico.

Pero más allá de la música, lo que siempre fascinó —y desconcertó— a los fans fue la tóxica, impredecible y explosiva dinámica entre sus líderes: los hermanos Noel y Liam Gallagher. Bastaban minutos para que pasaran de amor fraternal a insultos brutales. Cuando Noel abandonó la banda tras una pelea tras bastidores en París en 2009, la historia de Oasis parecía haber llegado a su final definitivo.

¿Por qué ahora?

Durante más de una década, los rumores de una posible reunión fueron parte del paisaje tabloid británico. Sin embargo, ambos hermanos se mantuvieron firmes, con declaraciones contradictorias pero siempre apasionadas. En 2019, Liam declaró que su intención con la banda jamás fue lucrar: “Quiero divertirme y conocer el mundo”. Noel, por otro lado, lo tildó de “el hombre más enojado que conocerás en la vida”, minimizando cualquier posibilidad de reconciliación.

Sin embargo, algo cambió. Tal vez la nostalgia, tal vez el paso del tiempo, tal vez un cheque millonario al estilo de los Rolling Stones. Sea cual sea la razón, los Gallagher acordaron una gira que también incluirá a miembros originales como Paul “Bonehead” Arthurs y Gem Archer en guitarras, Andy Bell en bajo y el batería Joey Waronker.

Entradas, filas y furia

La reacción del público fue inmediata y masiva. Las entradas para los conciertos en Reino Unido se agotaron en cuestión de horas, provocando caos y frustración entre los fans. Muchos reportaron haber pagado 355 libras (485 USD) por entradas que deberían haber costado 148 libras (202 USD). Se formaron colas virtuales de horas, se cayeron sistemas y, como era de esperarse, el Parlamento británico tomó nota.

El ministro de Artes Chris Bryant criticó enérgicamente la especulación de precios y la Autoridad de Competencia y Mercados británica amenazó con acciones legales contra Ticketmaster, que vendió alrededor de 900.000 entradas. Algunas de las ubicaciones fueron revendidas en sitios secundarios por hasta 6.000 libras (7.800 USD).

Estos precios demuestran no solo la locura del sistema actual de boletería, sino también el deseo inquebrantable de los fans por revivir el fenómeno Oasis, incluso entre generaciones más jóvenes que nunca los vieron en vivo.

¿Un testamento musical o un simple rebranding nostálgico?

Hasta ahora, no hay planes confirmados de nuevo material discográfico. La gira ha sido presentada como algo único, una oportunidad de revivir el legado, no reinventarlo. El crítico John Aizlewood considera que este tour es más un ejercicio de “curaduría de legado” que una segunda vida creativa para el grupo.

Y tiene razón. Oasis fue más que una banda: fue símbolo, revolución cultural, voz de descontento juvenil, una especie de antiheroísmo cool británico que conectó incluso con personas fuera del mundo del Britpop. Pero, ¿puede recuperarse esa relevancia décadas después en una industria dominada por TikTok, reggaetón y beats electrónicos?

Según cifras de Pollstar, artistas como Beyoncé generan en promedio $12.7 millones por ciudad, con entradas de más de $250 USD. Oasis, aunque no aparece aún en los rankings del año, claramente apunta a competir con las grandes ligas más por el hype acumulado que por innovación musical.

El fenómeno Oasis: ¿qué nos dice de la industria musical actual?

Vivimos en una época donde las reuniones temporales de bandas clásicas representan más que simples visitas al pasado: son eventos culturales y económicos. Solo basta recordar el fenómeno ABBA Voyage —un show-holograma que facturó millones en Londres— o las esperadas giras de Metallica, The Rolling Stones y hasta RBD.

Lo que distingue a Oasis es su carácter impredecible y el misticismo que rodea a los hermanos Gallagher. Cada concierto no es solo una fiesta de éxitos, sino una ruleta emocional: ¿habrá pelea? ¿Se insultarán? ¿Dejarán el escenario a mitad del show? Esa tensión crea una experiencia genuinamente rockera que requiere algo más que luces y coreografías.

La herencia britpop en la nueva generación

Aunque muchos de los compradores originales de entradas están en sus 40s o 50s, la atracción de Oasis ha trascendido generaciones. El estilo de Liam y Noel, su actitud provocadora y su música simple pero poderosa han encontrado una segunda vida en plataformas como Spotify y TikTok. “Wonderwall”, por ejemplo, ha superado 1.3 mil millones de reproducciones en Spotify hasta abril de 2024.

Además, artistas actuales como Harry Styles, Bastille o incluso Arctic Monkeys han citado la influencia de Oasis en su trabajo. Es más, para muchos jóvenes, ver esta gira representa la oportunidad de vivir algo que ya parecía enterrado en los libros de historia del rock.

¿Y después qué?

Por ahora, ni Noel ni Liam han confirmado nuevos lanzamientos, aunque ambos han continuado activos con carreras solistas. La gira Live ’25 podría ser el principio de un regreso duradero, o simplemente una forma más de exprimir el legado para beneficio económico, sin más compromisos.

Lo cierto es que, con o sin pelea en backstage, Oasis ha vuelto. Y en medio de una industria dominada por contenido efímero, ver a una banda mantenerse relevante gracias a la mezcla explosiva de talento, carácter y buen marketing, es una rareza que —nos guste o no— merece ser presenciada.

“El amor por Oasis sigue siendo real. Y el amor, como sabes, significa dinero”.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press