Epopeyas del diamante: Las jornadas más memorables del béisbol en los días de julio

Desde hazañas históricas en maratónicos duelos hasta jonrones que rompieron récords: un viaje por los días que dejaron huella en las Grandes Ligas

Los amantes del béisbol saben que julio no solo trae el calor del verano sino también algunas de las historias más emocionantes del deporte rey del diamante. Las Grandes Ligas han visto hazañas brillantes justo en esta época del año: desde no hitters legendarios y duelos de lanzadores que desafían toda lógica hasta actuaciones ofensivas que parecerían salidas de un videojuego. Aquí hacemos un recorrido en clave de comentario histórico por algunos de los momentos más memorables ocurridos entre el 4 y el 10 de julio a lo largo de más de un siglo de béisbol.

Julio 4: Día de la independencia... y del béisbol eterno

El 4 de julio de 1905, el mítico Rube Waddell enfrentó en un duelo de titanes a Cy Young en un juego que se extendió hasta el inning 20. Waddell se llevó la victoria por 4-2 sobre Young, quien contra todo pronóstico no concedió ni una sola base por bolas. Sí, ambos lanzadores estuvieron en la lomita durante los 20 innings. Algo que hoy, en la era del pitch count, es impensable.

Ese mismo día, pero en 1939, Jim Tabor de los Red Sox logró conectar tres cuadrangulares, incluyendo dos grand slams, en un solo juego de doble cartelera. Fue parte de una explosión ofensiva de 18-12 contra los Philadelphia Athletics. Uno de esos días en los que parece que la pelota pesa menos y vuela más.

Julio 5: Noche mágica en Atlanta

El 5 de julio de 1985 sucedió lo que muchos consideran el juego más loco de todos los tiempos: Mets vs Braves en Atlanta. El partido comenzó el 4 de julio pero terminó justo antes de las 4:00 a.m. del día siguiente, ¡tras 19 innings! Keith Hernandez bateó para el ciclo en 10 turnos. Rick Camp, un lanzador de los Braves, empató el juego en la parte baja del 18 con un jonrón... solo para luego permitir cinco carreras en el 19.

Como toque final, los 10,000 fanáticos que quedaron en el estadio disfrutaron de un espectáculo de fuegos artificiales, como corresponde al Día de la Independencia estadounidense. Una noche (y madrugada) para la eternidad.

Julio 6: Récords y más jonrones

El 6 de julio de 1929, los St. Louis Cardinals humillaron a los Phillies 28-6 con 28 hits y 10 carreras en dos innings diferentes. Ese fue el juego con más carreras anotadas por un equipo en la Liga Nacional en toda su historia.

Y en 1986, Bob Horner de los Atlanta Braves conectó cuatro jonrones en un solo juego. Un récord espectacular que... no bastó: los Braves perdieron 11-8 contra los Expos de Montreal. Cuatro vuelacercas y aún así no fue suficiente. Así de impredecible es este deporte.

Julio 7: La épica de Gehrig y Mays

En el Juego de Estrellas de 1937, jugado en el Griffith Stadium de Washington, Lou Gehrig se lució con un jonrón y un doble productor de cuatro carreras. Pero el momento inolvidable llegó en 1959, cuando Hank Aaron remolcó una carrera e inmediatamente después Willie Mays pegó un triple productor para darle vuelta al marcador en la octava entrada. El Viejo Circuito ganó 5-4.

Julio 8: El rugido de Ted Williams

Probablemente uno de los All-Star Games más heroicos se jugó el 8 de julio de 1941. Con dos outs en la novena, Ted Williams conectó un jonrón de tres carreras para darle la victoria 7-5 a la Liga Americana. Arky Vaughan de la Liga Nacional ya había dado dos cuadrangulares y parecía ser el héroe... hasta que apareció "The Splendid Splinter".

Además, en esta misma fecha de 2022, Aaron Judge conectó su 30º jonrón de la temporada antes del All-Star Game, convirtiéndose junto con nombres como Roger Maris y Alex Rodríguez en los únicos Yankees en alcanzar esa cifra antes del clásico de mitad de temporada.

Julio 9: Los dioses del montículo y la épica de Jeter

En 2011, el legendario Derek Jeter alcanzó su hit número 3,000... ¡con un jonrón! Se convirtió así en el primer Yankee en lograrlo, y el segundo en hacerlo con un vuelacerca, después de Wade Boggs. Terminó el día yéndose de 5-5, incluyendo el hit que otorgó la victoria a su equipo en la octava, para coronar una jornada verdaderamente de ensueño.

Pero el verdadero as bajo la manga en esta jornada lo encontramos en 1946, cuando Ted Williams brilló una vez más con dos jonrones y cinco carreras remolcadas en el Juego de Estrellas disputado en Fenway Park. El marcador terminó 12-0, siendo la victoria más alta en la historia del clásico de mitad de temporada. MVP unánime.

Julio 10: Maratones sin fin y récords múltiples

El 10 de julio de 1932, uno de los duelos más absurdos y extensos sacudió la MLB. Los Philadelphia Athletics vencieron a los Cleveland Indians 18-17 en un juego de 18 entradas. John Burnett de Cleveland conectó nueve hits —sí, nueve— y Eddie Rommel lanzó 17 innings de relevo para llevarse la victoria. Permitió 14 carreras y 29 hits, pero aún así ganó. ¿Legendario o irracional? Tú decides.

Esa misma fecha pero en 2001, en el All-Star Game, Cal Ripken Jr. fue la gran figura: pegó un jonrón y se llevó el MVP en su despedida como jugador activo del clásico de mitad de temporada. Fue un cierre perfecto para una de las carreras más longevas y admiradas del béisbol moderno.

Una joya diaria en la historia del béisbol

Estos hechos, sucedidos a lo largo de las décadas, demuestran una sola cosa: el béisbol siempre tiene algo guardado para sorprendernos. Ya sea un joven novato batiendo récords, un veterano dando su último gran golpe o un juego que se niega a terminar, el diamante es un escenario de epopeyas diarias. Julio, más que un mes, es una cápsula de memoria gloriosa para este deporte.

Y recuerda, cada día en el calendario puede ser ese en el que un pelotero inmortalice su nombre con una jugada que hará historia.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press