Crisis en los hospitales rurales de EE.UU.: el costo humano de los recortes en Medicaid
El plan del Congreso para recortar miles de millones a Medicaid amenaza con colapsar la infraestructura hospitalaria en zonas rurales y afectar a millones de estadounidenses
Tyler Sherman, enfermero de un hospital rural en Nebraska, ve pasar por su sala de urgencias a granjeros envejecidos que postergan su atención médica hasta que ya no pueden más. Pero ahora, su preocupación no es solo por los retrasos en recibir atención: teme directamente por la supervivencia del hospital en sí.
El Congreso de Estados Unidos se encuentra en pleno debate sobre una ley que contempla recortes de más de $1 billón de dólares (millón de millones) al programa Medicaid en los próximos 10 años. Esta reestructuración fiscal, liderada por legisladores republicanos, plantea un riesgo real para más de 300 hospitales rurales en todo el país y potencialmente dejaría sin acceso inmediato a cuidados médicos a millones de personas en regiones remotas.
Medicaid: un salvavidas en las zonas rurales
Medicaid es un programa de seguro de salud administrado conjuntamente por los gobiernos estatal y federal, y está diseñado para atender a personas con bajos ingresos o discapacidades. En zonas rurales, cubre a 1 de cada 4 adultos, según datos recientes de la organización sin ánimo de lucro KFF (Kaiser Family Foundation).
Además, 20% de los estadounidenses viven en zonas rurales, donde el acceso a servicios sanitarios ya es limitado y costoso. Para estos hospitales, Medicaid representa una fuente crucial de ingresos. Sin embargo, estos pagos rara vez cubren el costo real del tratamiento.
“Nos apoyamos mucho en los reembolsos de Medicaid. Si hay recortes, será difícil mantenernos abiertos”, afirmó Tyler Sherman desde el Hospital Comunitario del Condado de Webster, en Red Cloud, Nebraska.
Ese hospital, que actualmente atiende a más de 3.000 residentes, podría cerrar sus puertas si se concretan los recortes, lo que transformaría un viaje de 5 minutos al hospital en una travesía de casi una hora hacia el centro de salud más cercano.
Un impacto potencial devastador
- Según un estudio del Cecil G. Sheps Center de la Universidad de Carolina del Norte, más de 300 hospitales rurales están en riesgo de cerrar si se aprueba la ley.
- Una clínica de salud en Curtis, al suroeste de Nebraska, ya ha anunciado su cierre, citando los recortes en Medicaid como una de las razones principales.
- El director ejecutivo del Hospital Day Kimball en Putnam, Connecticut, R. Kyle Kramer, reconoció que el recorte de $155.000 millones a Medicaid en áreas rurales afectaría gravemente las finanzas de su hospital. Aproximadamente el 30% de sus pacientes dependen de Medicaid.
Bruce Shay, un residente de Connecticut de 70 años, expresó su preocupación: “Estamos en buena salud, sí, pero si alguno necesita atención, seguramente será una emergencia. Y la atención más cercana está a 45 o incluso 60 minutos de distancia”.
¿Es suficiente el fondo de ayuda de $50 mil millones?
En respuesta a las críticas generalizadas, los republicanos han incluido un fondo de ayuda de $10 mil millones anuales durante 5 años, dedicado específicamente a hospitales rurales. Pero los expertos afirman que esto no alcanza.
En 2023, los hospitales de EE.UU. recibieron casi $28 mil millones menos de lo necesario para tratar a pacientes bajo Medicaid, según la Asociación Americana de Hospitales. Una parte significativa de esta carga financiera recae sobre los hospitales rurales, que ya operan con márgenes mínimos o negativos.
“Cualquier recorte a un programa que representa una porción importante del ingreso de los hospitales rurales es una amenaza directa a su capacidad de operar”, dijo Carrie Cochran-McClain, de la Asociación Nacional de Salud Rural.
El caso crítico de Kentucky
El ejemplo más impactante del impacto estatal viene de Kentucky. Según el informe de la KFF, este estado perdería $12.3 mil millones en fondos de Medicaid para áreas rurales. Este monto representa casi $5 mil millones más que cualquier otro estado afectado por los recortes.
La razón principal es que la ley terminaría con un sistema único de reembolso en Medicaid vigente en Kentucky, reduciéndolo a niveles calculados por Medicare (el cual, en este estado, tiene de los pagos más bajos del país). Adicionalmente, Kentucky tiene una de las tasas de pobreza más altas, y alrededor de un tercio de su población está cubierta bajo Medicaid.
“La mitad de los niños en Kentucky están cubiertos por Medicaid. Si pierden esa cobertura, las consecuencias serán devastadoras”, advirtió el gobernador Andy Beshear.
Beshear advierte que hasta 35 hospitales rurales en su estado podrían cerrar si se aprueba la ley, dejando sin cobertura médica a unos 200.000 habitantes.
Implicaciones económicas y sociales
La desaparición de hospitales rurales no perjudica solo al bienestar sanitario de sus comunidades, sino también a su economía y estabilidad social. Los hospitales son uno de los principales empleadores en muchas regiones rurales, y su cierre significa:
- Desempleo masivo local.
- Reducción de la inversión y actividad económica.
- Aumento del éxodo poblacional hacia zonas urbanas.
- Impacto desproporcionado en personas mayores, comunidades indígenas y personas con discapacidad.
Además, para las personas en situación vulnerable, como mujeres embarazadas o personas con condiciones mentales graves, la pérdida de atención local significa atrasos en tratamientos, complicaciones prevenibles y, en algunos casos, muertes evitables.
¿Ineficiencia o descuido federal?
Los proponentes de los recortes argumentan que buscan reducir el fraude y el desperdicio en Medicaid. Pero los críticos sostienen que dichas políticas ignoran la realidad operativa de los centros médicos rurales, que ya navegan presupuestos ajustados y escasa infraestructura.
Además, se cuestiona la coherencia del paquete fiscal aprobado por el Congreso. Todo forma parte de un plan para implementar recortes fiscales y aumentar gastos militares y de infraestructura, sin aumentar los ingresos, lo cual requiere compensar con reducciones al “gasto social”.
Eso ha dado pie a acusaciones de que se está sacrificando la salud pública en nombre de una agenda fiscal desequilibrada.
¿Qué sigue para las comunidades rurales?
Según expertos como John Henderson, director de la Asociación de Hospitales Rurales del Oeste de EE.UU., el verdadero reto ahora no es solo frenar la ley, sino encontrar una alternativa sostenible y equitativa que garantice cobertura médica accesible y la estabilidad de los proveedores sanitarios rurales.
Mientras tanto, las comunidades rurales viven en una incertidumbre angustiante. Como dijo Sherman: “Los habitantes de esta zona han dedicado su vida al campo, a criar familias y alimentar al país. Lo mínimo que merecen es una ambulancia que no tarde una hora en llegar”.