Cometas interestelares: mensajeros del cosmos que cruzan nuestro sistema solar
La llegada de 3I/Atlas revive el interés por objetos que viajan desde otros sistemas estelares. ¿Qué secretos traen con ellos?
Una visita desde el espacio profundo
El cielo acaba de recibir una nueva visita misteriosa: el cometa 3I/Atlas, procedente de otro sistema estelar, ha sido detectado por el telescopio Atlas en Chile. Este "iceberg cósmico" marca el tercer objeto interestelar jamás registrado mientras atravesaba nuestro sistema solar. Se une así al exclusivo club formado por 'Oumuamua (2017) y 2I/Borisov (2019).
Actualmente, 3I/Atlas se encuentra a 670 millones de kilómetros del Sol, cerca de la órbita de Júpiter. Su punto de máxima aproximación al Sol está previsto para octubre, cuando pasará entre Marte y la Tierra, a una distancia segura de 240 millones de kilómetros.
¿Qué diferencia a un objeto interestelar?
Una de las claves para distinguir un objeto de origen interestelar es su trayectoria hiperbólica. A diferencia de los cometas o asteroides que orbitan alrededor del Sol, estos visitantes tienen órbitas tan abiertas que indican que no están ligados gravitacionalmente a nuestro sistema. En términos simples: vinieron de fuera y no volverán.
Además, estos objetos muestran patrones de movimiento extremos, aceleraciones inexplicables o composiciones químicas inusuales. El caso de 'Oumuamua es famoso por su movimiento anómalo, lo cual llevó incluso a algunos científicos, como el astrofísico Avi Loeb de Harvard, a sugerir que podría tratarse de una sonda alienígena. Aunque la comunidad científica no llegó a un consenso, el debate evidenció lo poco que sabemos sobre estos visitantes cósmicos.
3I/Atlas: ¿qué sabemos hasta ahora?
Desde su detección, astrónomos de todo el mundo están apuntando sus telescopios hacia 3I/Atlas. Se sospecha que se trata de un cometa debido a su forma, brillo y la posible formación de una coma —esa envoltura de gas y polvo que caracteriza a estos cuerpos cuando se acercan al Sol.
- Designación oficial: 3I/Atlas. El "3I" indica que es el tercer objeto interestelar confirmado.
- Visible en telescopios: hasta septiembre, antes de que el resplandor solar lo vuelva invisible. Reaparecerá en diciembre.
- Distancia mínima a la Tierra: Aproximadamente 240 millones de kilómetros.
Cabe mencionar que, al igual que sus predecesores, no representa peligro alguno para nuestro planeta.
El misterio de 'Oumuamua y la saga interestelar
El nombre 'Oumuamua, que significa "el mensajero que llega primero" en hawaiano, fue el pionero de esta fascinante serie. Descubierto en 2017 mediante un telescopio en Hawái, el objeto exhibía una forma alargada como un cigarro, sin coma visible, y una aceleración no explicada por efectos gravitacionales. Se ha teorizado que podría ser:
- Un fragmento de un planeta o cometa interestelar.
- Una nave alienígena (teoría altamente especulativa).
- Un iceberg de hidrógeno que se evaporó al acercarse al Sol.
Luego apareció 2I/Borisov, descubierto en 2019 por el astrónomo aficionado Gennady Borisov en Crimea. A diferencia de 'Oumuamua, Borisov mostró un comportamiento más típico de los cometas, con una clara coma y cola.
¿Qué nos enseñan estos objetos?
Los cometas interestelares son cápsulas del tiempo. Su composición puede ofrecer pistas sobre cómo se forman los sistemas estelares y si los procesos que crearon nuestro Sol y la Tierra son comunes o excepcionales.
Según Karen Meech, astrónoma del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawái:
"Estos objetos son como mensajes embotellados enviados desde sistemas solares lejanos. Si comprendemos su química, podemos inferir las condiciones en las que se formaron."
3I/Atlas y la caza de lo desconocido
La detección de objetos interestelares se ha vuelto más común gracias a mejoras en los telescopios de vigilancia como el Atlas y el Pan-STARRS. El futuro telescopio Vera C. Rubin, que comenzará a operar en 2025, podría detectar hasta un objeto interestelar cada año, de acuerdo con proyecciones del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA.
Esto transformará completamente nuestra percepción del cosmos. Hasta hace unos años, ni siquiera se tenía certeza de que esos objetos interestelares lograran entrar en nuestro sistema. Hoy sabemos que no solo ocurren, sino que pueden ser mucho más frecuentes de lo imaginado.
El gran reto: misiones para interceptarlos
Debido a las velocidades extremas con las que ingresan y la corta ventana durante la que son visibles, enviar una sonda a interceptar un objeto interestelar presenta desafíos técnicos monumentales. Sin embargo, algunos proyectos ya están en marcha.
Uno de ellos es Project Lyra, dirigido por la Iniciativa Breakthrough y la Universidad Técnica de Múnich, que investiga la viabilidad de lanzar una misión que intercepte un futuro objeto como 'Oumuamua o Borisov, con el objetivo de recopilar datos de cerca.
¿Y si uno de estos trae vida?
La panspermia es una hipótesis antigua pero fascinante que sugiere que la vida podría haber llegado a la Tierra mediante cometas o asteroides con microorganismos encapsulados. Aunque 3I/Atlas no representa esa evidencia aún, el mero hecho de que traiga material de otras estrellas ya lo convierte en un elemento de incalculable valor científico.
En 2021, un estudio dirigido por los astrobiólogos Zachary Sicree y Tetsuya Hara estimó que “una parte significativa del material orgánico que cayó sobre la Tierra durante su juventud podría tener origen interestelar”.
Los ojos en el cielo siguen abiertos
Con 3I/Atlas apenas empezándose a revelar ante nuestros instrumentos, la ciencia está preparada para explotar cada pequeño fotón reflejado sobre su superficie helada. Cada dato nos acerca un poco más a entender cómo es el universo más allá de nuestro vecindario cósmico.
La pregunta ya no es si hay otros objetos interestelares. La pregunta es: ¿cuántos más están por llegar?