Broncos, rebeldía y mujeres al límite: el renacer de las vaqueras en Canadá

Las mujeres están redefiniendo la escena del rodeo con adrenalina, perseverancia y una pasión desbordante por la ranch bronc, el deporte ecuestre que las está catapultando al centro del espectáculo

En un mundo históricamente dominado por hombres, un grupo de mujeres está irrumpiendo con fuerza desde las praderas canadienses a lomos de caballos indómitos. Se trata de la ranch bronc femenina, una disciplina del rodeo que combina fuerza, técnica y mucho coraje.

¿Qué es la ranch bronc y cómo se diferencia del rodeo tradicional?

En el vasto mundo del rodeo, hay una imagen que suele venir a la mente: hombres en jeans ajustados y sombreros vaqueros montando caballos salvajes. Pero en la ranch bronc, las protagonistas ahora son mujeres que desafían todos los estereotipos. Esta modalidad incluye montar un caballo bronco, es decir, uno salvaje y sin domar, con una silla de montar vaquera estándar, no especializada, lo cual hace aún más difícil el control del animal.

A diferencia del saddle bronc, donde se utiliza un tipo de silla más ligera y se sostiene la cuerda con una sola mano, en la ranch bronc las jineteas usan ambas manos: una sujetando las riendas y la otra enrollada en una correa en el cuerno de la silla. Todo esto ocurre durante 8 segundos que parecen eternos.

Un nuevo horizonte para las mujeres jineteas

Una de las voces más influyentes de este renacer es Pearl Kersey, presidenta de Women’s Ranch Bronc Canada y campeona nacional en 2019. A sus 36 años, Pearl planea retirarse pronto como competidora, pero promete seguir enseñando y promoviendo el deporte para las futuras generaciones.

Tengo adolescentes, veinteañeras, treintañeras y este año incluso una mujer de cincuenta”, cuenta con orgullo. Kersey organiza clínicas en las que muestra que no es necesario empezar joven, ni siquiera montar de inmediato. “Tenemos máquinas de salto. Si se sienten listas, pueden subir al caballo”.

Juventud intrépida: las nuevas estrellas de la ranch bronc

Sophia Bunney, de apenas 18 años, fue lanzada por los aires en su primer intento. “Soy muy terca y no me gusta ser derrotada”, dijo desafiante. Desde aquel momento en que aterrizó lejos del caballo en su primer intento, quedó enganchada al deporte.

La canadiense Blayne Bedard, de 19 años, tampoco lo tuvo fácil. Tras pasar su infancia montando toros en la Canadian Girls Rodeo Association, tuvo que aprender a mantener los pies avanzados hacia el cuello del caballo para no salir volando. “Si tus pies se van hacia atrás, eres como un péndulo: sales disparada de cabeza”, explica.

¿Moda o pasión? El poder de verse en acción

Bedard reconoce que una de las razones por las que ama la ranch bronc también es estética: “Me encanta cómo lucimos... ¡las fotos quedan espectaculares!”. Sin embargo, la seguridad es prioridad: aprendió en uno de los talleres de Kersey a ponerse talco en los calcetines y usar las botas de su madre, una talla más grandes. ¿La razón? Si te caes y el pie queda trabado en el estribo, la bota debe poder deslizarse para evitar ser arrastrada.

¿Qué falta para consolidar esta disciplina?

Con eventos como el Ponoka Stampede incluyendo ranch bronc femenina desde 2022, el deporte ha ganado visibilidad. Pero aún falta mucho. El Calgary Stampede, la mayor cita del rodeo en Canadá con una bolsa que supera los $2,1 millones de dólares, todavía no ha incluido esta modalidad entre sus competencias. Sin embargo, la disciplina de breakaway roping, otra modalidad femenina, hará su debut este año.

Kersey lo resume así: “El objetivo es entrar en los rodeos profesionales, ahí es donde está el dinero grande”. Parte del reto es aumentar el número de competidoras, pero también de visibilidad, premios y respeto.

Estrellas emergentes: Emma Eastwood y el arte de controlar la adrenalina

Emma Eastwood, de Calgary, comenzó su carrera como amazonas amateur y terapeuta de masajes. A sus 27 años, asistió a los talleres de Kersey y, en su tercera competencia, ya había ganado. “Todo pasa tan rápido que es difícil procesarlo. Debes pensar en cómo montar mientras tu cuerpo entra en modo de supervivencia”, relata.

Lo que distingue a Eastwood es su habilidad adquirida tras años de montar y competir como jockey. Pero también su rapidez para adaptarse al nuevo deporte. “El equilibrio entre técnica y supervivencia es muy fino”, admite.

Más que deporte: una revolución social y feminista del oeste

Si bien el rodeo ha sido bastión de la masculinidad norteamericana, cada vez más mujeres se apropian de ese espacio. Aunque la experiencia no es uniforme —como cuando Bunney se topó con dúdas o escepticismos—, la mayoría tienen historias alentadoras sobre el trato recibido por sus compañeros y el entusiasmo de nuevas generaciones.

Kersey ha recibido muchos mensajes de mujeres que se sienten empoderadas: “Me dicen 'gracias por lo que estás haciendo'. Quizás no todas se animen a montar un bronco, pero sí a perseguir otros sueños que creían vedados por su género”.

Algunas chicas me cuentan: vi tu presentación en Ponoka y ahora quiero intentarlo”. Sean fanáticas, curiosas o futuras competidoras, todas encuentran algo valioso en ver a otras mujeres triunfando con valentía.

El legado y futuro del rodeo con rostro femenino

La ranch bronc aún tiene camino por recorrer, pero mujeres como Kersey, Bunney, Bedard y Eastwood están trazando una ruta poderosa. Una donde el sudor, la tierra, los golpes y la gloria forman parte del mismo viaje de resiliencia y pasión.

Y si algo nos deja claro esta nueva ola de valientes jineteas es que el rodeo del siglo XXI será femenino, rebelde, polvoriento y con botas listas para saltar hacia el siguiente desafío.

¿Quieres saber más sobre la ranch bronc y las mujeres que están cambiando las reglas del rodeo canadiense? Puedes seguir a Women's Ranch Bronc Canada y revisar sus próximas competencias y talleres en su sitio oficial.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press