¿Puede Marruecos convertirse en el próximo gigante de los videojuegos en África?

Con inversiones millonarias, formación universitaria y ambición global, el país magrebí apuesta por el desarrollo de una industria nacional del gaming

Rabat, Marruecos — En un continente en el que la tecnología a menudo lucha por mantenerse al ritmo de los mercados globales, Marruecos se ha propuesto escribir su propia historia. Y no en papel, sino en píxeles, animaciones 3D y realidades virtuales. El gobierno marroquí ha lanzado una ambiciosa estrategia para posicionar al país como líder del desarrollo de videojuegos en África, y lo hace con una hoja de ruta clara: inversión, formación, infraestructura y acceso a talentos nativos.

Una visión mucho más allá del entretenimiento

El objetivo no es solo generar ingresos, sino empoderar a la juventud”, dijo Mehdi Ben Said, Ministro de Juventud, Cultura y Comunicación de Marruecos, durante la Morocco Gaming Expo realizada en Rabat, evento que tras apenas dos ediciones ya se está consolidando como referencia en el continente.

La feria, que reunió a desarrolladores, estudiantes, empresas tecnológicas y jugadores profesionales, sirvió como escaparate para presentar los planes del gobierno: una inversión inicial de 26 millones de dólares para crear Rabat Gaming City, una ciudad tecnológica dedicada al desarrollo de videojuegos, incluyendo programas de formación, espacios de trabajo compartidos y estudios de producción de última generación.

Una oportunidad para frenar la fuga de cerebros

Con un desempleo juvenil cercano al 30%, una gran parte de los jóvenes de Marruecos sueñan con emigrar para encontrar oportunidades. Pero la industria del gaming podría cambiar ese panorama.

Estamos formando ingenieros de software, diseñadores y artistas visuales, y necesitamos ofrecerles alternativas atractivas que no impliquen dejar el país”, explicó Ben Said. “La industria de los videojuegos puede ser una vía para canalizar esa creatividad y ese talento”.

Un mercado gigante por conquistar

La industria global de los videojuegos tiene un valor de más de 200 mil millones de dólares anuales, con más de 3 mil millones de jugadores en todo el mundo. Pero esa riqueza se distribuye de forma desigual: Asia Oriental, Norteamérica y Europa Occidental dominan la mayoría del mercado. África, a pesar de tener una población joven y conectada, representa solo una pequeña fracción de esa economía.

Marruecos genera actualmente unos 500 millones de dólares al año en ingresos asociados al gaming, según cifras estatales. Y el desafío es ambicioso: duplicar esa cifra para 2030.

Educación y formación: los pilares del cambio

La estrategia marroquí incluye lanzar programas académicos específicos en diseño de videojuegos, programación, animación y realidad virtual. Universidades como la Université Mohammed V ya ofrecen clubes de tecnología —como el de informática y realidad virtual— que animan a sus estudiantes a desarrollar sus propios juegos.

No es que estemos preparándolos para el futuro. Ese futuro ya llegó”, dijo Fadwa Bezzazi, coordinadora del club universitario. “Nuestros estudiantes juegan con frecuencia, pero ahora buscan crear. Y eso cambia completamente la dinámica”.

Eventos, competencias y comunidad gamer

Durante la Morocco Gaming Expo, los visitantes pudieron explorar mundos inmersivos, competir en torneos de e-sports y probar versiones beta de videojuegos nacidos en África. La intención es clara: crear desde ya una comunidad sólida de desarrolladores, jugadores y emprendedores.

El evento no solo atrajo la atención del sector local. Empresas internacionales como Ubisoft, Epic Games y Unity Technologies enviaron representantes para explorar posibles colaboraciones o apertura de oficinas regionales. “Marruecos tiene el talento, y ahora está creando también las condiciones necesarias”, reconoció un ejecutivo de Unity que pidió anonimato.

La influencia cultural como ventaja competitiva

Más allá del desarrollo técnico, Marruecos tiene un potencial único: una herencia cultural rica, diversidad lingüística y un imaginario visual poco explotado en los videojuegos globales. Esto podría permitir la creación de contenidos originales que resuenen en el extranjero.

Juegos ambientados en la medina de Fez, desafíos inspirados en epopeyas bereberes, narrativas basadas en mitologías del Magreb… la fusión entre tecnología y cultura podría convertirse en una de las principales fortalezas exportables del país.

Lecciones de Asia y América Latina

Países como Corea del Sur, Filipinas y Brasil han construido industrias robustas del gaming desde cero, al combinar políticas públicas con incentivos fiscales y asociaciones público-privadas. Muchos en Marruecos ven estos casos como hojas de ruta a seguir, adaptadas a las condiciones locales.

La clave es ser paciente pero estratégicos”, comentó Lamia Zahid, una consultora especializada en industrias creativas. “No se trata sólo de aprender a programar, sino de fomentar una visión creativa, empresarial y colaborativa desde una edad temprana”.

Obstáculos: infraestructura, percepción y financiamiento

A pesar del entusiasmo, el camino no está libre de desafíos. La conectividad de banda ancha aún es deficiente en varias regiones del país. La percepción popular sobre los videojuegos suele estigmatizarlos como simples pasatiempos inapropiados para una carrera seria. Y los fondos de inversión todavía no ven a Marruecos como un polo innovador en tecnología.

No obstante, entidades como CDG Invest (el brazo inversor del Estado) han comenzado a crear fondos destinados a iniciativas digitales y startups. El objetivo: reducir el riesgo percibido y acelerar el surgimiento de nuevos estudios.

¿Y los videojuegos educativos?

Una tendencia creciente a nivel global es el desarrollo de videojuegos con propósitos educativos, sociales y culturales. Marruecos también quiere apostar por este nicho. Ya se trabaja con universidades y ONGs en la creación de juegos centrados en temáticas como igualdad de género, cambio climático, historia y salud mental.

Esto no se trata solo de entretenimiento; se trata de contar historias, de educar, de sensibilizar”, indicó Soufiane Boualaouane, uno de los desarrolladores invitados al evento. “Podemos usar los videojuegos como herramientas de cambio social positivo”.

Una generación que quiere crear

La juventud marroquí ya no quiere solo consumir videojuegos; quiere crearlos. Plataformas como Unity, Unreal Engine y Godot están siendo adoptadas rápidamente en las aulas y hackatones. Algunos jóvenes incluso están monetizando sus proyectos mediante Steam o itch.io.

Antes mis padres me decían que dejara los videojuegos. Ahora entienden que eso puede ser mi carrera”, dice Ilyas Benkiran, un estudiante de 21 años que acaba de lanzar su primer juego en PC.

Una carrera hacia el futuro

¿Puede Marruecos liderar el desarrollo de videojuegos en África? Las señales son prometedoras. Tiene la voluntad política, una comunidad incipiente y las condiciones necesarias para escalar. Lo que queda por ver es si puede sostener el impulso, atraer inversiones sustanciales y, sobre todo, fidelizar a sus jóvenes talentos.

Como concluye Bezzazi: “Esto no es una moda pasajera. Estamos sembrando una industria sostenible. Y será emocionante ver a dónde nos lleva”.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press