Choque en Mogadiscio: El accidente del helicóptero de la Unión Africana y sus implicaciones militares
La caída de un helicóptero de misión de paz en Somalia pone al descubierto los riesgos de las operaciones internacionales en una nación aún en conflicto
El 2 de julio de 2025, un helicóptero militar operado por la Misión de la Unión Africana en Somalia (AUSSOM) se estrelló en el aeropuerto internacional Aden Abdulle en Mogadiscio, la capital de Somalia. El resultado fue trágico: tres personas murieron y varios más resultaron heridos. El aparato, perteneciente originalmente a la Fuerza Aérea de Uganda, transportaba ocho personas desde la base aérea de Balli-doogle, en la región de Lower Shabelle.
El accidente: detalles y reacciones iniciales
El jefe de la oficina de inmigración del aeropuerto, Artan Mohamed, confirmó la cifra de muertos, mientras que Ahmed Moalim Hassan, director general de la Autoridad de Aviación Civil de Somalia, declaró que las investigaciones están en marcha. Equipos de bomberos lucharon intensamente para sofocar las llamas provocadas por el impacto. Aunque la situación se ha contenido en gran medida, el humo persistente indicaba que aún quedaban focos de fuego activos.
Uno de los primeros en acudir al lugar fue el oficial de aviación Omar Farah. Según su testimonio: “Vi el helicóptero girar en el aire descontroladamente y luego se precipitó rápidamente al suelo”. Otro testigo, el vecino Abdirahim Ali, recordó el momento traumático: “Hubo una gran explosión y humo por todas partes”.
El incidente también causó retrasos menores en el aeropuerto. Sin embargo, las operaciones se reanudaron posteriormente sin complicaciones mayores. Esto reforzó la capacidad de emergencia de uno de los aeropuertos más importantes de la región del Cuerno de África.
AUSSOM: entre la paz y el peligro
El helicóptero formaba parte del contingente de la AUSSOM, una misión internacional encargada de ayudar al gobierno somalí a combatir a los insurgentes islamistas de al-Shabab. Esta organización armada ha sido acusada reiteradamente de ataques terroristas y controla vastas zonas rurales de Somalia.
La misión de la Unión Africana está compuesta por fuerzas de distintos países del continente, principalmente Uganda, Kenya, Etiopía y Burundi. Aunque con un mandato de paz, se encuentran inmersos en zonas de alto riesgo y en constante enfrentamiento, lo cual incrementa la probabilidad de eventos como el accidente sucedido en Mogadiscio.
Desde su despliegue en 2007, la misión —anteriormente conocida como AMISOM— ha tenido cierto éxito en reducir la presencia de al-Shabab en áreas urbanas clave. Sin embargo, la fragilidad del Estado somalí y la falta de recursos logísticos han impedido una victoria total sobre la insurgencia.
Accidentes aéreos en contextos de conflicto
Este tipo de accidentes no son aislados. Según un informe del 2022 del Grupo de Evaluación de Accidentes de la ONU, los accidentes de aeronaves en zonas de conflicto representan un riesgo elevado tanto por las condiciones climáticas como por el mal estado de la infraestructura y las amenazas insurgentes.
En 2019, por ejemplo, otro helicóptero operado por la Fuerza Aérea de Kenya se estrelló durante una misión de rescate en el norte de Somalia, dejando cinco muertos. De forma similar, un accidente de un helicóptero ruso en Siria en 2016 provocó nueve bajas mortales durante una misión humanitaria.
Estos incidentes reflejan la peligrosa combinación de misiones de paz armadas y territorios hostiles, donde la diferencia entre una operación rutinaria y una tragedia es ínfima.
Presión internacional y desgaste de recursos
La misión AUSSOM está actualmente en una etapa de transición estratégica. La comunidad internacional ha solicitado que Somalia recupere el control total de su seguridad para el año 2025. Sin embargo, muchos analistas consideran esto prematuro. La debilidad del gobierno central, las luchas internas entre clanes y la corrupción han limitado significativamente los avances militares institucionales.
Al mismo tiempo, la presencia de tropas extranjeras genera una paradoja: aunque necesarias para frenar a al-Shabab, también alimentan el discurso de grupos insurgentes que ven a los soldados extranjeros como invasores. En palabras del investigador británico Paul D. Williams: “Las misiones extranjeras pueden controlar la violencia, pero no resolver sus causas de raíz”.
El simbolismo de Mogadiscio
La ciudad de Mogadiscio ha sido durante décadas el centro del poder político somalí, así como el principal escenario de conflictos. En los 90, tras la caída del régimen de Siad Barre, fue el escenario de la icónica “Batalla de Mogadiscio”, retratada en la película “Black Hawk Down”, que resultó en la muerte de 18 soldados estadounidenses.
Desde entonces, la seguridad ha mejorado parcialmente, pero sigue siendo una ciudad sitiada. Los ataques con coches bomba, francotiradores y enfrentamientos armados continúan, a pesar de la presencia continua de fuerzas de paz africanas y tropas de élite estadounidenses en zonas específicas como Balli-doogle.
La caída de este helicóptero no solo representa una pérdida humana, sino también una señal de advertencia sobre las limitaciones logísticas y técnicas con las que operan incluso las misiones más organizadas.
¿Qué sigue para AUSSOM?
El desafío inmediato para la misión de la Unión Africana es revaluar las condiciones operativas de sus aeronaves y protocolos de seguridad. La investigación anunciada por la Autoridad de Aviación Civil de Somalia buscará responder interrogantes clave:
- ¿Fue falla humana o técnica?
- ¿Qué protocolos de mantenimiento se siguen en los helicópteros de la misión?
- ¿Qué papel tuvieron las condiciones meteorológicas?
Mientras tanto, el evento podría generar presión sobre los países donantes, particularmente Uganda, para modernizar su flota aérea destinada a misiones pacificadoras, así como para solicitar más apoyo técnico de Naciones Unidas y potencias aliadas.
Una tragedia que reabre preguntas
A medida que la misión de la Unión Africana en Somalia se acerca a su posible retirada, el accidente remarca el alto costo humano de asegurar territorios frágiles desde el aire y en condiciones hostiles. no se trata simplemente de recursos o valentía, también de sistemas en decadencia, decisiones complejas y un terreno que resiste cualquier intento de imposición externa.
La reconstrucción de un país como Somalia no se logra solo con soldados, helicópteros y apoyo internacional. Se requiere tiempo, instituciones fuertes y algo que parece raro en la región: esperanza sostenible y liderazgo confiable.