USAID: El desmantelamiento de la ayuda humanitaria estadounidense y sus consecuencias globales
Cómo la decisión del gobierno de Trump de eliminar la agencia de cooperación internacional afecta a millones en el mundo y redefine el papel de EE. UU. en la diplomacia global
El abrupto final de una era
La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), creada en 1961 por el presidente John F. Kennedy, fue desmantelada casi por completo en 2025 por orden de la administración del presidente Donald Trump. Con ello termina una historia de más de seis décadas de ayuda internacional enfocada en salud, agricultura, democracia y desarrollo humano, reemplazada por un nuevo modelo denominado America First, bajo la supervisión directa del Departamento de Estado.
Una decisión polémica
La medida ha sido profundamente criticada por expertos, exfuncionarios, científicos y humanitarios. Lo que para Trump y el Secretario de Estado Marco Rubio representa una victoria contra una supuesta burocracia ineficiente, para otros simboliza la destrucción de una de las herramientas diplomáticas más influyentes y efectivas de Estados Unidos en el mundo.
“USAID fue un sistema complejo... que funcionaba. Y ahora ese sistema ha sido destruido.” — Andrew Natsios, exadministrador de USAID bajo la presidencia de George W. Bush.
El impacto de USAID a lo largo de décadas
- 91 millones de vidas salvadas entre 2001 y 2021, según un estudio publicado en The Lancet Medicine.
- Reducción superior al 50% en muertes por VIH/SIDA, malaria y enfermedades tropicales.
- 25 millones de vidas salvadas por el programa PEPFAR impulsado por USAID junto con la administración Bush.
- Creación de sistemas de alerta de hambruna y mejora de las cadenas agrícolas durante la "Revolución Verde".
- Reducción del 69% en las muertes de niños menores de cinco años desde 1990 gracias a intervenciones en salud infantil.
En pocas palabras, USAID no solo salvó vidas, sino que promovió estabilidad en regiones en conflicto, inauguró mercados para empresas estadounidenses y limitó los desplazamientos masivos de migrantes y refugiados hacia el hemisferio occidental.
La retórica de la eficiencia
El gobierno de Trump justificó el recorte con argumentos de eficiencia y priorización de intereses nacionales. Bajo la conducción del Departamento para la Eficiencia Gubernamental de Elon Musk, se acusó a USAID de ser un bastión de una supuesta agenda liberal. "Eso termina hoy", afirmó Marco Rubio el día de su desintegración institucional.
Rubio criticó que la agencia “creó un complejo industrial de ONG globales con poco que mostrar desde el fin de la Guerra Fría” y agregó que el nuevo sistema tendría menor burocracia y sería más ágil.
Sin embargo, los hechos contradicen estas afirmaciones. La investigación del Lancet proyecta que la eliminación de USAID llevará a más de 14 millones de muertes adicionales hacia 2030, incluidas 4.5 millones de muertes infantiles.
El desmantelamiento en cifras
- 13,000 empleados y contratistas fueron cesados, con solo una fracción minoritaria reubicada.
- El presupuesto de ayuda exterior solicitado para el próximo año fue de $17 mil millones, menos de la mitad del promedio histórico.
- Al menos 700 cables de disensión fueron enviados por funcionarios del Departamento de Estado, un número sin precedentes.
Testimonios desde el terreno
En Liberia, la Dra. Minnie Sankawulo Ricks, pediatra en un hospital apoyado durante años por USAID, declaró: “Nos despertamos un día, y boom. Nadie lo vio venir.” La atención para mujeres embarazadas y pacientes con VIH se suspendió sin aviso previo, exponiendo a miles a graves consecuencias de salud.
En Sudáfrica, el programa PEPFAR ha comenzado a recortar dosis de medicamentos, alargar tiempos de espera y reducir pruebas. Solo en ese país, los fondos eliminados representan $400 millones anuales.
Reacciones y homenajes
El final de la agencia fue acompañado por una ola de gestos de solidaridad. Desde despedidas virtuales donde funcionarios cortaban simbólicamente sus carnets, hasta tributos grabados por figuras como el expresidente Barack Obama, George W. Bush y el músico Bono.
“Les llamaron corruptos. Pero ustedes eran lo mejor de nosotros.” — Bono, en un video dirigido a los empleados de USAID.
Un arma diplomática perdida
Desde su creación, USAID fue vista por presidentes de ambos partidos como un instrumento clave de la diplomacia estadounidense. John F. Kennedy soñó con una agencia ágil y técnica que pudiera complementar la labor diplomática burocrática del Departamento de Estado. Durante la Guerra Fría, la ayuda fue crucial para ganar aliados; posteriormente, fue central en prevenir crisis internacionales y promover estabilidad.
Con la eliminación de USAID, Estados Unidos renuncia no solo a una herramienta poderosa de política exterior, sino también a parte de la narrativa que le permitió liderar moralmente en el mundo. En vez de proyectar valores de solidaridad, combate a la pobreza y promoción democrática, la nueva administración apuesta por una lógica de inversión unidireccional centrada en intereses comerciales inmediatos.
El futuro bajo America First
El Departamento de Estado ha prometido que su nueva estructura de ayuda exterior tendrá supervisión más estricta y promoverá el comercio sobre la asistencia directa. Sin embargo, sin equipos técnicos independientes, sin flexibilidad operativa y bajo estructuras diplomáticas jerárquicas, expertos aseguran que este nuevo sistema carecerá del alcance y efectividad de su predecesor.
“Destruir un sistema que tomó seis décadas en consolidarse por razones ideológicas y con tan poca evaluación objetiva de sus resultados es, como mínimo, imprudente”, advierte Eleanor James, exfuncionaria de planificación estratégica en USAID durante tres administraciones consecutivas.
¿En qué lugar queda Estados Unidos?
Más allá del impacto directo en vidas humanas, existe una pregunta clave: ¿cómo cambiará esto la percepción global de Estados Unidos? Para muchos países africanos, latinoamericanos y asiáticos, USAID era el rostro visible del compromiso moral de EE. UU. con el mundo. Su desaparición deja un espacio que otros actores, como China o Rusia, ya están listos para ocupar.
La ayuda humanitaria, lejos de ser solo una cuestión de filantropía, era una estrategia de estabilidad, prevención de conflictos y expansión de influencia global. Su desaparición puede tener consecuencias geopolíticas tanto o más graves que sus impactos sanitarios y sociales.
El legado de más de sesenta años termina con una sola firma. Pero las consecuencias de esta decisión —como muestran las cifras— resonarán por generaciones.