Ron DeSantis y el Presupuesto de Florida: Austeridad, Vales Escolares y Disputas Políticas
El gobernador republicano firma un ambicioso presupuesto de $115 mil millones, marcado por recortes, aumentos salariales estratégicos y un giro hacia el financiamiento escolar privado
Un presupuesto que refleja la visión política de DeSantis
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, firmó recientemente el nuevo presupuesto estatal por un monto de $115 mil millones de dólares, cerrando así una de las sesiones legislativas más largas y tensas de los últimos años. Aunque los republicanos controlan firmemente Tallahassee, las disputas internas dentro del propio partido fueron una constante durante los 105 días que tomó acordar la propuesta, muy por encima de los 60 días estipulados constitucionalmente para la sesión.
Este presupuesto no solo es significativo por su tamaño y contenido, sino también por lo que revela sobre el rumbo político, social y económico que DeSantis propone para Florida. En este artículo realizamos un análisis detallado de los principales componentes del presupuesto, el trasfondo político, sus implicancias sociales y lo que esto nos dice sobre el futuro del estado del sol.
De la austeridad a los vales escolares: ¿una reestructuración ideológica del estado?
Una de las decisiones más llamativas de DeSantis fue la utilización de su poder de veto lineal para reducir alrededor de $600 millones del presupuesto propuesto por la Legislatura, lo cual dejó el plan final en $4 mil millones menos que el presupuesto vigente ajustado.
Entre los elementos aprobados se incluyen:
- Un aumento del 2% para todos los trabajadores estatales.
- Un aumento entre el 10% y 15% para oficiales de las fuerzas de seguridad estatales.
- Reducciones fiscales anuales por $1.3 mil millones para familias y empresas.
- Un gasto de $4 mil millones para financiar becas escolares a instituciones privadas y religiosas.
Esto refleja una tendencia que ha sido consistente en la administración DeSantis: menor dependencia de lo público y mayor protagonismo de lo privado. El uso de fondos públicos para fortalecer la educación privada y religiosa desató duras críticas por parte de los demócratas.
"Necesitamos inversión sólida en escuelas públicas, no un desvío del dinero hacia válvulas ideológicas que promueven sistemas que no rinden cuentas públicamente." – Miembro del Partido Demócrata en la Asamblea Legislativa
La visión fiscalista: ¿buen manejo o populismo económico?
DeSantis argumentó que el presupuesto es una muestra de una “administración estatal fiscalmente responsable”. Durante el evento de firma en The Villages –una de las comunidades de retiro más grandes y conservadoras del país– aprovechó para promover sus habituales posturas contra las iniciativas de equidad, diversidad e inclusión (DEI), asegurando que su gobierno está centrado en “lo que realmente importa a los floridanos”.
En términos macroeconómicos, el presupuesto se adopta en un clima de pérdida de fondos federales relacionados con COVID-19 y en medio de preocupaciones crecientes por la política fiscal nacional. Estados como Florida se están preparando para librar sus propias batallas fiscales mientras lidian con la reducción de recursos provenientes del gobierno federal.
Los fondos de emergencia y las preocupaciones económicas
Analistas financieros han sugerido que algunos recortes en el presupuesto pueden estar dirigidos a reforzar las reservas estatales. En efecto, Florida se ha sumado a un movimiento que busca crear colchones económicos regionales frente a una eventual recesión o disminución significativa del flujo de recursos federales, agravado por las políticas de recorte y ajuste del expresidente Donald Trump, con quien DeSantis ha tenido relaciones complejas.
Educación pública vs. vales privados: una lucha de largo aliento
El punto más álgido del presupuesto gira en torno al financiamiento de las becas escolares para instituciones privadas y religiosas. Desde 2017, Florida ha experimentado un crecimiento exponencial en estas iniciativas, pero 2024 marca un récord con $4 mil millones destinados a esta partida, que incluye desde escuelas católicas hasta academias independientes que siguen currículos no regulados por el estado.
Los defensores argumentan que estos programas brindan opciones reales a las familias, especialmente en comunidades desfavorecidas. Sin embargo, los datos muestran que muchos de estos centros tienen niveles inconsistentes de calidad educativa, y algunos no están sujetos a las mismas evaluaciones estandarizadas que las escuelas públicas.
Algunos estudios apuntan a que el 30% de las instituciones privadas financiadas por vales no cumplen con los criterios básicos de transparencia curricular (Education Week, 2023).
El rol de los votantes: una estrategia electoral a largo plazo
El presupuesto también revela una estrategia política: fortalecer el apoyo electoral en bases conservadoras y jubiladas, como The Villages, eliminando impuestos a la propiedad, reduciendo regulaciones y promoviendo valores tradicionales a través del sistema educativo financiado indirectamente.
Por otro lado, DeSantis ya no puede postularse para un tercer término en 2026 según las leyes de Florida, lo cual abre el debate sobre si este presupuesto responde a una preparación para una participación futura en la política nacional.
Florida frente a la incertidumbre nacional: ¿modelo o excepción?
La discusión sobre el presupuesto de Florida cobra aún más relevancia si se toma en cuenta el clima general en Estados Unidos. Mientras otros estados como Pensilvania enfrentan parálisis legislativas por desacuerdos entre gobernadores y legislaturas divididas, Florida parece haber optado por la concentración y la rapidez, a costa de consensos amplios y debates democráticos.
En Pensilvania, por ejemplo, el gobernador demócrata Josh Shapiro y su legislatura están aún enfrascados en negociaciones para aprobar un presupuesto de $51.5 mil millones, con temas candentes como el aumento de costos de Medicaid y la regulación de las máquinas de juego. A diferencia de la política unilateral de Florida, aquí vemos una democracia más participativa, aunque más lenta.
¿Qué podemos esperar del futuro para Florida?
El nuevo presupuesto firmado por DeSantis sienta las bases para una Florida más privatizada, fiscalmente conservadora y alineada ideológicamente con su administración. Ya sea que uno comparta su visión o la critique, lo cierto es que este nuevo plan está diseñado no solo para sostener el aparato estatal, sino para transformarlo desde sus cimientos.
Finalmente, lo que está en juego no es solo dinero, sino el modelo de estado que queremos construir: uno que fortalezca lo público en beneficio colectivo o uno que ceda espacio a lo privado como solución a los problemas sociales. La historia juzgará cuál fue el más eficaz.