Reclutamiento obligatorio femenino en Dinamarca: una nueva era para la igualdad militar

Dinamarca amplía el servicio militar obligatorio a las mujeres en respuesta al auge de tensiones geopolíticas: ¿avance hacia la igualdad o reflejo de una Europa en alerta?

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Dinamarca da un paso histórico: igualdad de género también en el ejército

En un movimiento catalogado como histórico, Dinamarca ha decidido ampliar su servicio militar obligatorio a las jóvenes de 18 años, poniéndolas en igualdad de condiciones con los hombres. Lo que por años fue un sistema basado únicamente en el voluntariado femenino, hoy se transforma en una conscripción obligatoria sin distinción de género. La reforma no es sólo una apuesta por la equidad, sino también una respuesta directa a las crecientes tensiones geopolíticas en Europa.

Contexto global: ¿Por qué ahora?

Este viraje no se entiende sin mirar hacia el este de Europa. La invasión rusa en Ucrania desde 2022 ha redefinido el enfoque de seguridad a lo largo del continente. Dinamarca, miembro activo de la OTAN, ha sentido la necesidad urgente de reforzar su capacidad defensiva. En palabras del coronel Kenneth Strøm, jefe del programa de conscripción: "Aumentar el número de conscriptos simplemente lleva a más poder de combate".

Por eso, la implementación de esta reforma tiene lugar antes de lo originalmente previsto. Anunciada en 2024 con miras a 2027, se ha acelerado al verano de 2025.

¿Cómo funcionará este nuevo sistema?

La ley establece que tanto hombres como mujeres serán llamados al servicio mediante un sistema de sorteo aleatorio. Aunque se mantiene la opción de voluntariado, este sistema de lotería equilibrado por género establece un nuevo paradigma dentro del panorama militar europeo.

Anteriormente, el servicio era exclusivo para hombres mayores de 18 años y solo si era necesario tras cubrir cupos voluntarios. Las mujeres representaban un 25% del contingente en 2024 y solo podían alistarse de manera voluntaria. Ahora, con este nuevo enfoque, se espera llegar a 6.500 conscriptos anuales para el año 2033, frente a los 4.700 actuales.

Entrenamiento militar más exigente

Otra transformación relevante es la extensión en la duración del servicio militar. Se pasa de cuatro a once meses, divididos en cinco meses de entrenamiento básico y seis de despliegue operativo, con módulos adicionales específicos. La exigencia va en aumento, reflejando la creciente importancia que ha asumido el ejército danés dentro del contexto de defensa internacional.

Un cambio apoyado desde dentro

"Con el estado actual del mundo, esto es necesario", comenta Katrine, una joven de 20 años con el rostro cubierto de camuflaje, tras casi cuatro meses de entrenamiento. "Es justo y correcto que las mujeres participen en igualdad de condiciones con los hombres", agrega.

Para muchas, como Anne Sofie, este cambio no será fácil. “Algunas seguramente estarán muy decepcionadas, pero otras se sorprenderán y descubrirán que les gusta más de lo que esperaban”, afirma. El proceso de adaptación será gradual, pero parece haber un reconocimiento colectivo del valor del compromiso de defensa entre ambos géneros.

Retos logísticos y estructurales por superar

Sin embargo, el camino hacia la igualdad en las Fuerzas Armadas no está exento de obstáculos. La investigadora Rikke Haugegaard, del Colegio Real de Defensa Danés, advierte sobre diversos desafíos: falta de equipamiento adaptado a mujeres, escasez de cuarteles adecuados para albergarlas, y posibles casos de acoso sexual.

“Durante el próximo año o dos construiremos muchas nuevas instalaciones para albergar a toda esta gente. Será un proceso gradual”, asegura Haugegaard.

Dinamarca, parte de una tendencia regional

Dinamarca no está sola en esta modernización de sus filas. Noruega fue pionero en la región al establecer su reclutamiento mixto en 2013. Suecia siguió sus pasos en 2017, justificando la medida en el deterioro del clima de seguridad en Europa. Ambos países vecinos han demostrado que un ejército equitativo cumple con los estándares operativos sin comprometer calidad ni disciplina.

Inversión militar sin precedentes

Paralelamente al cambio legislativo, Dinamarca ha lanzado iniciativas para reforzar aún más su defensa. En febrero de 2025, anunció la creación de un fondo de defensa de 7.000 millones de dólares, con el objetivo de aumentar el gasto militar por encima del 3% del PIB.

Este plan, denominado “Fondo de Aceleración”, financiará parte del nuevo programa de conscripción, además de mejorar infraestructuras y adquirir nuevo equipamiento. La apuesta por la defensa es firme y con proyección.

¿Igualdad verdadera o militarización disimulada?

Más allá de los datos duros, este cambio también ha desatado un debate social intenso. Para algunos sectores feministas, esta medida representa un triunfo de la igualdad real, más allá de los derechos civiles o laborales tradicionales. Para otros, sin embargo, se trata de una igualdad impuesta en un marco bélico que no debería celebrarse sin cuestionamientos.

Como señala la socióloga danesa Lone Petersen: “Ampliar derechos a las mujeres no debería significar ampliar también sus obligaciones en herramientas de violencia institucionalizada”. Estos dilemas reflejan una tensión global entre empoderamiento femenino y militarización de la sociedad.

Implicaciones europeas y OTAN: más allá de Dinamarca

El fortalecimiento militar danés tiene un campo de resonancia mayor: la OTAN. Con Rusia como una amenaza constante para las regiones del Báltico y el norte de Europa, el aumento de efectivos —incluyendo personal femenino— fortalece la postura de disuasión colectiva. Las fuerzas armadas de Dinamarca ya participan activamente en despliegues en Estonia, Letonia y Lituania, y ahora contarán con más herramientas humanas.

No es casual que, según datos de la OTAN, 19 de los 31 países miembros incrementaron sus presupuestos militares en más del 2% del PIB en 2024. En un entorno cada vez más volátil, el rearme parece inevitable, aunque también cuestionable desde ópticas humanistas.

¿Se avecina un cambio cultural?

La entrada masiva de mujeres al servicio militar promete modificar no solo la cultura interna de las Fuerzas Armadas, sino también la percepción social del rol femenino en la defensa nacional. Si hasta ahora las mujeres eran minoría y muchas veces vistas como excepciones, el nuevo paradigma podría permitir la reconstrucción del imaginario público sobre el compromiso de género con la seguridad del país.

¿Cambiarán también las estructuras jerárquicas? ¿Qué papel tendrán las mujeres en comandos operativos y estratégicos? Estas son preguntas abiertas que revelarán sus respuestas con el paso del tiempo y la implementación total del sistema.

No solo Dinamarca: el espejo global

El caso danés se integra a un debate global sobre el rol de las mujeres en las fuerzas armadas. Israel, Corea del Sur, Estados Unidos y varias naciones europeas han discutido o aplicado formas de reclutamiento inclusivo o voluntariado abierto a ambos sexos.

Sin embargo, en muchos contextos, la presencia femenina también ha sido instrumento de propaganda más que expresión real de igualdad. Dinamarca propone cambiar esa narrativa desde la base legislativa, apuntando hacia una verdadera equidad dentro del aparato militar.

¿Evolución o retroceso?

En última instancia, el nuevo servicio militar obligatorio femenino en Dinamarca plantea dilemas complejos. Por un lado, se exalta la igualdad en derechos y deberes; por otro, se abre la puerta a una posible normalización del conflicto armado como herramienta de cohesión social.

La historia juzgará si este paso fue una victoria plural o una resignación colectiva ante el endurecimiento de los tiempos. Lo único cierto es que, para bien o para mal, la sociedad danesa ha ingresado en una nueva era, con más mujeres uniformadas, más entrenamiento en bosques del norte, y más conciencia sobre el precio de la libertad en tiempos de crisis.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press