Oklahoma City Thunder: La reconstrucción más improbable que terminó con un título de la NBA

Con desarrollo interno, jóvenes talentos y sin movimientos estruendosos, los Thunder lograron lo impensado y conquistaron el campeonato de la NBA 2025

Un título improbable, pero merecido

El Oklahoma City Thunder acaba de protagonizar una de las gestas más sorprendentes en la historia reciente de la NBA. Un equipo que hace apenas cuatro años ganó solo 24 partidos, hoy celebra su primer campeonato desde su mudanza desde Seattle en 2008. Pero lo extraordinario no solo es haber ganado, sino cómo lo lograron: sin estrellas traídas a golpe de talonario, sin cambios de entrenador mediáticos ni fichajes de alto perfil. Lo hicieron a su manera: desde adentro, con paciencia, visión y un proyecto coherente.

La visión de Sam Presti: “Ser la excepción implica ser excepcional”

Sam Presti, gerente general del equipo, fue el arquitecto de esta hazaña. Lejos de embarcarse en grandes contrataciones como otros modelos exitosos, confió en la formación de talentos, en el desarrollo progresivo y sostenible de los jugadores, y en la confianza hacia un entrenador poco conocido, Mark Daigneault.

“Si quieres ser la excepción, debes estar dispuesto a ser excepcional”, declaró Presti tras coronarse campeón, subrayando que hacer las cosas a su manera requería un compromiso poco convencional. Esta idea resume a la perfección la cultura que instauró en Oklahoma City.

Jóvenes con hambre, talento y resiliencia

La columna vertebral del equipo no se armó a base de estrellas consagradas, sino con talento joven formado en casa:

  • Shai Gilgeous-Alexander: MVP de la temporada regular y de las Finales. El guardia canadiense ha crecido exponencialmente desde su llegada a los Thunder y hoy es considerado uno de los jugadores más completos de la liga.
  • Jalen Williams: Jugó los playoffs con un desgarro en el ligamento de su muñeca derecha. Aun así, promedió más de 20 puntos por partido en postemporada, incluyendo un juego de 40 unidades en las Finales. Se espera que pase por cirugía, pero debería estar listo para el próximo curso.
  • Chet Holmgren: El espigado pívot se perdió 50 partidos por lesión, pero su presencia en defensa y juego interior fue clave en los playoffs.

La juventud y cohesión del grupo permitió al equipo moverse como una unidad resiliente, sin grandes egos y con ganas de demostrar su valía. Según datos de Basketball Reference, Oklahoma es la escuadra campeona más joven desde los Blazers de 1977.

Sin urgencias: continuidad sobre espectacularidad

Si hay algo que distingue a Oklahoma City de franquicias como Los Angeles Lakers o Miami Heat es su apuesta por el tiempo. Mientras otras buscan atajos mediante agentes libres de renombre, los Thunder trabajaron en la sombra, sin impacientarse.

Prueba de ello es la permanencia de Mark Daigneault como entrenador. Antiguo técnico del equipo G-League afiliado a Oklahoma, Daigneault no logró más de 25 victorias en sus primeras dos temporadas en la NBA. Pero Presti y la directiva apostaron por su crecimiento, y hoy es el técnico campeón con una de las plantillas más jóvenes del mundo profesional.

“Uno de los secretos del éxito fue la capacidad de nuestra gente para ver los retos como oportunidades”, añadió Presti. Pese a las adversidades, como las lesiones o comenzar perdiendo series importantes, el equipo nunca se desequilibró emocionalmente.

Refuerzos bajo el radar que marcaron la diferencia

Presti también hizo movimientos estratégicos que no ocuparon portadas, pero fueron fundamentales. Entre ellos, destaca:

  • Alex Caruso: Adquirido vía intercambio desde Chicago, su intensidad defensiva fue esencial en cada serie de playoffs.
  • Isaiah Hartenstein: Firmado como agente libre, el pívot germano se convirtió en ancla defensiva del equipo cuando Holmgren estaba fuera.

Ambos veteranos ofrecieron el equilibrio perfecto entre experiencia y liderazgo en cancha para un grupo ávido de éxito.

Una agencia libre marcada por estabilidad

Mientras el mercado de agentes libres se mueve frenéticamente (LeBron James optó por ejercer su renovación, James Harden logró nuevo contrato en los Clippers y Kevin Durant fue traspasado a Houston), Oklahoma ha optado por otro camino: el de la consistencia.

Según Presti, el plan no es cambiar mucho. Todos los jugadores clave tienen contrato garantizado para la próxima temporada, e incluso algunos más allá. Esta decisión demuestra la confianza en el núcleo del equipo y el deseo de medirse contra la historia, que indica que ningún equipo ha repetido campeonato desde los Warriors en 2018.

¿Pueden repetir?

Revalidar un título es una misión complicada. De hecho, apenas ocho equipos en la historia moderna de la NBA han logrado el bicampeonato. Pero si alguien puede aspirar a ello desde la humildad, es este grupo.

“No damos por hecho nada. No estamos titulados a nada”, subrayó Presti. “Vamos a tener que trabajar contra la naturaleza humana y mantener nuestro enfoque. Pero tenemos la gente, las personalidades y el programa para lograrlo”.

Y razones les sobran: Gilgeous-Alexander ya es un jugador top 5 de la liga, Williams es una estrella en ascenso, Holmgren apenas empieza a mostrar su potencial, y Caruso tiene aún muchos kilómetros por recorrer. La mezcla entre juventud, deseo y coherencia institucional podría ser la fórmula para una nueva dinastía en el Oeste.

Sam Presti: ¿el mejor ejecutivo de la década?

El título refuerza la figura de Sam Presti como uno de los mejores dirigentes de la NBA en las últimas dos décadas. Desde su llegada en 2007 a la entonces franquicia de Seattle, Presti ha sido clave en la formación de talentos como Kevin Durant, Russell Westbrook, Serge Ibaka o James Harden (aunque estos no consiguieron un anillo con el equipo).

Esta vez, sin grandes figuras mediáticas, logró lo que entonces parecía una quimera: un campeonato con un grupo disciplinado, equilibrado y comprometido. Su premio al Ejecutivo del Año 2025 es más que merecido (y hasta se queda corto para muchos).

El legado de los Thunder: una inspiración para el futuro

Oklahoma City ha demostrado que hay caminos alternativos al éxito. En una liga donde la inmediatez suele ser la norma, su modelo basado en el desarrollo, la paciencia y la identidad se alza como una bocanada de aire fresco. Equipos en reconstrucción o mercados pequeños pueden verlos como un faro.

Desde la diversidad de su plantel, con jugadores de Canadá, Serbia, Francia, Australia y múltiples rincones de EE. UU., hasta la cultura de trabajo instaurada por Daigneault y respaldada por Presti, este equipo representa el valor del esfuerzo colectivo y la confianza en una idea.

En el corazón de América, Oklahoma ha escrito un capítulo imborrable en la historia del baloncesto.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press