Mbappé vs PSG: Una batalla legal que redefine el poder en el fútbol moderno
El astro francés acusa a su exclub de acoso moral, mientras exige 55 millones de euros en salarios impagos, en medio de una separación explosiva
Mbappé y PSG: Del amor al odio en siete años
Parece mentira que Kylian Mbappé, ídolo indiscutido del Paris Saint-Germain durante casi una década, haya terminado su relación con el club en los tribunales. El delantero que anotó 256 goles en siete temporadas para el PSG ahora acusa formalmente a su antiguo equipo de acoso moral y exige 55 millones de euros en salarios impagos. Esta demanda, presentada ante la fiscalía de París, representa mucho más que una disputa contractual: pone bajo los reflectores las tensiones crecientes entre los futbolistas-estrella y las estructuras tradicionales de los grandes clubes.
¿Qué es el 'lofting' y por qué Mbappé lo denuncia?
La denuncia de Mbappé menciona el uso del 'lofting' por parte del PSG, una práctica habitual en el fútbol francés para marginar a jugadores no deseados. Según el delantero, fue apartado de la plantilla principal y obligado a entrenar con jugadores suplentes o no convocados, después de comunicar que no renovaría su contrato que expiraba en 2024. Este aislamiento forzado ocurrió justo antes de la temporada 2023-2024, en lo que algunos catalogaron como una medida coercitiva e innecesaria por parte del club parisino.
Mbappé alega que esta actitud hizo parte de un castigo encubierto por parte del PSG, que esperaba una renovación o una jugosa venta al extranjero. Es relevante destacar que en ese mismo periodo rechazó una oferta histórica de 300 millones de euros por parte del Al-Hilal de Arabia Saudita, lo cual sí habría permitido al PSG recuperar parte de su inversión.
Una relación deteriorada: Del contrato récord a los silbidos
En 2022, cuando parecía que Mbappé podía dejar París con rumbo al Real Madrid, el PSG logró convencerlo con lo que se informó como el contrato más lucrativo de la historia del club, con un sueldo anual superior a los 70 millones de euros, primas millonarias y el poder de decisión sobre ciertas políticas deportivas.
Fue un gesto sin precedentes en el fútbol europeo. Se habló de que Mbappé tenía incluso voz y voto en decisiones sobre fichajes y entrenadores, algo que más tarde se vio como un arma de doble filo. Tal como el propio jugador dejó entrever, muchas de las promesas —como la contratación de refuerzos— no fueron cumplidas. Además, la frase "Mbappé 2025" usada públicamente, no reflejaba la realidad del contrato, que solo se extendía hasta 2024 con una opción unilateral del jugador para un año adicional. Cuando anunció en junio de 2023 que no haría uso de esa cláusula, PSG estalló.
Boicots, castigos y regreso a la cancha
En represalia, el club lo dejó fuera de la gira de pretemporada por Japón y Corea del Sur, y más tarde, fuera de la convocatoria para el primer partido de Liga. Este fue el inicio del 'lofting', medida tomada por el club para presionar al jugador a renovar o aceptar una venta. Solo después de intensas negociaciones regresó a la titularidad, pero el vínculo entre jugador, directiva y parte de la afición se había roto irremediablemente. En su último partido en el Parque de los Príncipes, fue abucheado por un sector del estadio. El divorcio era inevitable.
La llegada al Real Madrid y el cambio de paradigma
El paso de Mbappé al Real Madrid en verano de 2024, en calidad de jugador libre, no solo supuso uno de los fichajes más esperados de la última década, sino que reavivó el interés por revisar cómo los clubes gestionan a sus estrellas. Mientras el PSG finalmente ganaba la Champions League sin el francés en sus filas, quedaba en evidencia que el proyecto liderado por Nasser Al-Khelaifi había perdido a su máximo símbolo sin percibir ni un euro por su traspaso.
La dualidad es brutal: el club ganó el trofeo más codiciado, pero perdió a su jugador franquicia gratuitamente, soportando uno de los fracasos económicos más notorios en términos de retorno de inversión.
¿Tienen los jugadores demasiado poder?
El caso Mbappé abre una conversación sobre el creciente poder de los jugadores élite en el fútbol moderno. ¿Tienen demasiado control? ¿Hasta qué punto los clubes deben ceder poder para retener talentos? No es el único caso. Ousmane Dembélé, Joao Felix o incluso Lionel Messi han tenido altercados con sus respectivas dirigencias en medio de negociaciones contractuales o traspasos. La diferencia con Mbappé es que su caso ha escalado a una demanda judicial que podría sentar precedente si un tribunal le da la razón.
Lo que está en juego
Mbappé no solo reclama los 55 millones de euros que considera le deben: plantea que los jugadores tienen derechos laborales como cualquier otro trabajador y que las prácticas de aislamiento constituyen acoso psicológico. Según su equipo legal, se trató de un hostigamiento sistemático para forzarlo a tomar decisiones contra su voluntad..
Esta demanda podría tener implicaciones para la legislación deportiva en Francia e incluso a nivel UEFA si se determina que los clubes deben hacer cambios estructurales en la forma de gestionar sus relaciones contractuales con los talentos estrella.
Una bomba de tiempo en la élite del fútbol
En un entorno donde los derechos de imagen, los contratos publicitarios, las cláusulas de salida y el peso político de los jugadores son mayores que nunca, el caso Mbappé vs PSG es el punto de inflexión de una tendencia: el poder ya no está exclusivamente en manos de los clubes. La batalla legal no solo representará una retribución económica, sino una lucha por la dignidad profesional de los jugadores al más alto nivel.
Lo único cierto es que, gane quien gane en tribunal, el fútbol ya no será el mismo.