La reforma laboral de Gustavo Petro: ¿avance histórico o riesgo económico para Colombia?
La nueva ley firmada por el presidente colombiano promete transformar las relaciones laborales en el país, pero ha generado un intenso debate entre sectores políticos y económicos.
Por primera vez en décadas, Colombia tiene una reforma laboral que promete inclinar la balanza a favor de los trabajadores. El pasado 25 de junio de 2025, el presidente Gustavo Petro firmó una controvertida ley laboral en un acto simbólico en la histórica casa de Simón Bolívar. La legislación representa una de las victorias políticas más significativas para el primer mandatario de izquierda del país, pero también ha encendido las alarmas entre empresarios, analistas económicos y buena parte del Congreso.
¿Qué propone la nueva reforma laboral?
La nueva legislación busca reducir la desigualdad estructural a través del fortalecimiento de los derechos laborales. Estas son algunas de las medidas más destacadas:
- Incremento en los pagos por horas extra, incluyendo domingos y festivos.
- Limitación de contratos a corto plazo para evitar la precariedad.
- Garantías de seguridad social y salud para trabajadores de plataformas digitales, como repartidores de comida.
- Contratación y beneficios laborales para estudiantes en calidad de pasantes, incluyendo vacaciones y liquidación.
Estas iniciativas forman parte del plan de Petro para cumplir sus promesas de campaña: una Colombia más justa socialmente. Sin embargo, los cambios aprobados distan del borrador original, que incluía licencia por dolor menstrual, licencias de paternidad extendidas y mayor poder de negociación para los sindicatos.
Una aprobación con sabor a sacrificio político
La reforma ha sido un verdadero tira y afloja dentro del Congreso. De hecho, fue rechazada en dos ocasiones previas. Según varios analistas, Petro solo logró que el proyecto pasara al amenazar con convocar un referéndum. Esto puso presión sobre el legislativo, que finalmente permitió su aprobación aunque con modificaciones sustanciales.
En palabras del presidente durante el acto de firma: “Firmo la reforma laboral ante Bolívar y el pueblo trabajador, debemos elegir un gobierno que haga respetar esta ley”, aludiendo claramente a las elecciones presidenciales de 2026.
¿Una victoria para la izquierda o una bomba fiscal?
La reforma fue celebrada por sindicatos y partidos afines al oficialismo. Para la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), se trata de un “triunfo histórico del movimiento obrero” y una reivindicación de derechos largamente postergados. Sin embargo, no todos comparten esa visión.
Empresarios y sectores de oposición pintan un panorama menos optimista. Fedecámaras y la ANDI, las principales agremiaciones empresariales de Colombia, han advertido sobre los riesgos que la reforma implica:
- Incremento en los costos laborales para pequeñas y medianas empresas.
- Mayor informalidad en un país donde más del 50% de la fuerza laboral trabaja sin contrato.
- Tensiones fiscales. Las nuevas obligaciones se suman a un gasto público en aumento y menor recaudación tributaria.
El economista Jorge Restrepo sostuvo en una reciente entrevista: “La reforma tiene buenas intenciones, pero se arriesga a generar desempleo e informalidad si no se acompaña de políticas integrales para fomentar el emprendimiento y la inversión”.
¿Qué dice la ley sobre los trabajadores informales?
Uno de los puntos más criticados es que la ley solo garantiza beneficios a ciertos trabajadores independientes, como aquellos vinculados a plataformas digitales. Esto excluye a millones de colombianos que se desempeñan como vendedores ambulantes, trabajadores domésticos informales, entre muchos otros.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el 56% de la población ocupada en Colombia es informal. A pesar de ello, la reforma apenas roza este segmento.
En palabras del politólogo Camilo González Posso: “Es cierto que Petro puso sobre la mesa problemas estructurales, pero su respuesta es parcial e insuficiente. La informalidad no se resolverá con un decreto”.
Una Colombia con tensiones en aumento
La firma llega en un contexto político y social convulsivo. Un reciente atentado al senador y candidato presidencial Miguel Uribe ha sacudido al país. Al mismo tiempo, una ola de bombardeos en el noreste ha reactivado tensiones con grupos armados.
En este entorno, el gobierno enfrenta dificultades para implementar sus reformas y mantener la gobernabilidad. Las promesas de Petro sobre garantizar la sostenibilidad del sistema y ayudar a las pequeñas empresas a adaptarse, aún no pasan de ser promesas.
¿Es posible un nuevo pacto social en Colombia?
La reforma laboral de Petro representa un raro ejemplo de legislación que apunta a cambiar el modelo económico heredado. Desde la Constitución de 1991, pocos intentos han sido tan ambiciosos en materia social.
Expertos del Observatorio Laboral de la Universidad de los Andes sostienen que el impacto real dependerá de la capacidad de supervisión y sanción del Estado, así como de las políticas complementarias que se adopten.
La ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, afirmó en rueda de prensa: “Estamos avanzando hacia un modelo laboral digno, moderno e incluyente”. No obstante, quedan desafíos enormes por delante.
Un espejo para América Latina
La reforma colombiana no es un hecho aislado. En América Latina hay un resurgimiento del debate sobre el trabajo digno. Desde los recientes modelos de empleo en Argentina bajo Javier Milei hasta las políticas de formalización en México, la región entera busca una fórmula para proteger el trabajo sin estrangular el crecimiento económico.
Colombia, con su nuevo marco normativo, se convierte en el primer país de la región en establecer derechos laborales específicos para trabajadores de plataformas digitales, una tendencia que seguramente otros países seguirán de cerca.
¿Qué sigue ahora?
La ley entrará en vigor en los próximos meses, pero la tarea apenas comienza. El gobierno deberá presentar reglamentaciones detalladas, crear mecanismos de inspección efectivos y, quizás lo más difícil, recuperar la confianza del sector empresarial.
También se espera que Petro impulse una nueva ley de apoyo a pequeñas empresas que les permita afrontar los cambios sin perder competitividad. Hasta ahora, los detalles de esta iniciativa no han sido divulgados, pero serán clave para evaluar el éxito o el fracaso de esta ambiciosa apuesta.
Como señala la politóloga María del Pilar López: “Colombia necesitaba una reforma laboral, pero el éxito de esta depende menos del texto aprobado y más del contexto de implementación. Y ese escenario aún es incierto”.
¿Será esta reforma el inicio de una nueva era de justicia social o el preludio de una crisis económica y laboral? Solo el tiempo lo dirá.