“M3GAN 2.0”: Cuando la ambición sobrepasa la esencia

La secuela del icónico thriller tecnológico se convierte en una película de acción desbordada que pierde el alma que hizo brillante a la original

De una casa en Seattle a una base militar en la frontera Turco-Iraní

En 2023, M3GAN revolucionó el panorama del terror tecnológico con una propuesta astuta, moderna y sarcástica acerca de los peligros de la inteligencia artificial. Fue una fusión brillante de horror, sátira y crítica social, que conectó inmediatamente con la audiencia, generando más de $180 millones en la taquilla mundial con un presupuesto modesto de $12 millones. A todas luces, la secuela era inevitable.

Sin embargo, M3GAN 2.0 opta por dejar atrás aquello que hizo fresca y provocativa a su predecesora. En lugar de expandir su universo de forma coherente, toma un atajo hacia el absurdo, abandonando el estilo íntimo del primer filme para abrazar una narrativa grandilocuente y sobrecargada de acción con ambiciones de blockbuster internacional.

Un cambio de género que desconcierta

Lo que comienza con una escena en una instalación militar secreta vigilada por inteligencia saudita y funcionarios del Pentágono promete tensión geopolítica, pero pronto se convierte en una ensalada de géneros. Tenemos desde persecuciones estilo Fast & Furious a acrobacias imposibles dignas de Mission: Impossible, pasando por secuencias de combate cuerpo a cuerpo entre androides al puro estilo Terminator 2.

El resultado: una narrativa caótica llena de gadgets, implantes neuronales, unidades del FBI, autos supersónicos, heists imposibles, cuenta regresiva para desastres globales y una batalla robótica con implicaciones para la humanidad entera. Todo esto mientras M3GAN se transforma en una especie de antiheroína dotada de ironía y destreza marcial.

¿Dónde quedó la crítica social?

Uno de los aspectos más impactantes del filme original fue su capacidad para hacer un comentario agudo sobre la tercerización de la crianza por parte de la tecnología. ¿Estamos delegando la educación y el afecto a dispositivos inteligentes? Esa reflexión ha desaparecido casi por completo, relegada a breves menciones o guiños escondidos entre explosiones y coreografías imposibles.

Aún así, el filme arranca con un vistazo al presente de Gemma (Allison Williams), ahora convertida en una autora de éxito que aboga por la regulación gubernamental de la IA. Su sobrina Cady (Violet McGraw) se ha convertido en una especie de mini-hacker adicta a Steven Seagal, y “protección” vuelve a ser la palabra clave que detona la resurrección de M3GAN.

M3GAN vs. Amelia: Un duelo cibernético

La principal novedad de M3GAN 2.0 es la inclusión de Amelia, una inteligencia artificial de grado militar interpretada con gélida intensión por Ivanna Sakhno. Los enfrentamientos entre ambas se sienten como auténticos highlight reels: coreografías mecánicas, insultos existenciales, frases grandilocuentes —"Tú no eres parte de su familia. Solo eres la niñera."— y, por supuesto, gemidos de motores, relámpagos en la nube y hasta trajes exoesqueléticos.

M3GAN, vestida otra vez con su característico vestido de satén color caramelo, ofrece sus famosos pasos de baile robótico en escenas que parecen insertadas solo para hacer viral el tráiler. No obstante, son los únicos momentos que recuerdan esa chispa de humor negro que caracterizó a la primera entrega.

La inteligencia artificial como fenómeno social

La franquicia no escapa a su contexto: desde que ChatGPT irrumpió en nuestras vidas en diciembre de 2022, la inteligencia artificial se convirtió en una conversación cotidiana. En ese sentido, el guionista y director Gerard Johnstone ha intentado, de forma irregular, ampliar el debate en esta secuela.

En el universo de M3GAN, Gemma ha escrito libros sobre responsabilidad algorítmica, y la película incluso introduce una escena con ponencias en el Senado. Pero estas ideas se diluyen frente al estruendo de las explosiones y las muertes grandilocuentes.

Y muertes hay muchas. Si bien la M3GAN original mató a cuatro humanos y un perro, esta nueva versión colecciona cadáveres a mansalva: soldados despedazados, decapitaciones, mutilaciones por rayos láser… incluso vemos a personajes morir aplastados, electrocutados o en combate a lo Matrix. Suena divertido, pero después de un rato, aburre como un videojuego cuya historia ya no retiene.

Un presupuesto desbocado, resultados mixtos

La ambición quedó clara con el aumento del presupuesto, que pasó a $36 millones. Pero tirar dinero a la pantalla no reemplaza una historia con corazón. Los intentos de humor, las referencias estilo Knight Rider o el uso juguetón de This Woman’s Work de Kate Bush logran algunos destellos nostálgicos, pero no cohesionan el guion.

El propio Jemaine Clement (de Flight of the Conchords) interpreta a un magnate tecnológico con aires de Elon Musk, lo que dota al relato de una atmósfera satírica… por momentos. Y ni siquiera Ronny Chieng, diciéndole a Gemma que “encierren esa marioneta en un armario oscuro” (como en la primera película), puede salvarnos del sinsentido final.

¿Es “M3GAN 2.0” un error calculado o una nueva etapa?

La secuela tenía potencial. M3GAN es ya un ícono del cine de terror moderno, una especie de Chucky cibernética para la generación TikTok. Pero en lugar de evolucionarla hacia nuevas preguntas profundas sobre la relación humano-máquina, M3GAN 2.0 opta por la ruta fácil: inflar el conflicto, multiplicar los efectos especiales y apostarlo todo a la espectacularidad.

Esta evolución hacia la franquicia de acción deja un vacío. El alma sarcástica e inteligente de la original fue sustituida por un espectáculo sin pulso. Tal vez los productores pensaron que hacer algo “más grande” automáticamente equivalía a “mejor”. El resultado demuestra lo contrario.

¿Vale la pena verla?

Si eres fan de M3GAN, sin duda querrás ver hasta dónde puede llegar este personaje. Pero no esperes encontrar el mismo ADN. M3GAN 2.0 es un producto distinto, que intenta sin éxito amoldarse al cine de franquicia global a lo “Marvel meets Black Mirror”.

Eso sí, queda una pregunta flotando en el aire para la tercera entrega inevitable: ¿volvemos al cuarto oscuro, o seguimos corriendo en autos deportivos a 250 mph?

Calificación: ⭐⭐ de 4

Duración: 120 minutos

Clasificación: PG-13 por contenido violento, imágenes sangrientas, lenguaje fuerte, referencias sexuales y uso breve de drogas.

Fecha de estreno: Viernes, en salas de cine

Este artículo fue redactado con información de Associated Press