Tesla, el dilema del robotaxi: avances impresionantes pero errores peligrosos

Elon Musk lanza sus robotaxis en Texas y genera expectativas, pero también preocupación por errores que desafían la seguridad vial

La apuesta futurista de Elon Musk en Austin

En un movimiento audaz que busca redefinir la movilidad urbana, Tesla ha iniciado pruebas abiertas de su sistema de robotaxis en Austin, Texas, con vehículos eléctricos completamente autónomos. La iniciativa se presenta como un paso clave en la visión de Elon Musk de eliminar al conductor humano y dar paso a un futuro dominado por vehículos sin volante.

La reacción inicial fue de entusiasmo en Wall Street: el precio de las acciones de Tesla subió un 8% al comenzar las pruebas. Sin embargo, la alegría duró poco. Tras la aparición de videos que muestran errores de navegación graves por parte de los vehículos, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) abrió una investigación sobre la seguridad del sistema.

Errores que preocupan: desde giros incorrectos hasta circular en contravía

En uno de los videos más comentados de estas pruebas, un robotaxi de Tesla entra en un carril claramente demarcado para girar a la izquierda, pero en lugar de eso, avanza recto, cruzando una intersección y terminando brevemente en el carril contrario. El vehículo se tambalea, intentando corregir el error mientras el volante gira de un lado a otro hasta estabilizarse, según muestra el video publicado por el gestor de fondos Rob Maurer.

Otro video muestra un vehículo que frena bruscamente en medio de la carretera, aparentemente confundido por las luces destellantes de patrullas policiales que estaban alejadas y atendiendo un incidente no relacionado. Aunque no hubo colisiones, la actuación impredecible del software causa preocupación.

Expertos divididos: ¿éxito moderado o desastre en potencia?

El analista financiero de Wedbush Securities, Dan Ives, probó uno de los robotaxis y lo calificó de “perfecto”, afirmando que los errores vistos en redes eran “problemas menores” que podrían solucionarse fácilmente.

No todos comparten ese optimismo. El experto en tecnología automotriz Sam Abuelsamid, de Telemetry Insight, fue tajante: “El sistema siempre ha tenido un rendimiento muy errático [...] Este no es un sistema que deba transportar al público o probarse en vías públicas sin conductores de prueba capacitados”.

Regulación, percepción pública y un futuro polarizado

La NHTSA confirmó estar recabando información de Tesla sobre los incidentes y evaluando si representan una violación a las normativas de seguridad. De encontrarse fallas graves, se podría comprometer el futuro de los robotaxis y la visión más ambiciosa de Musk para Tesla.

Vale la pena recordar que en 2023, Tesla tuvo que retirar 2,4 millones de vehículos por problemas relacionados con el sistema Full Self-Driving (FSD), luego de reportes preocupantes, incluso con resultados fatales en condiciones de baja visibilidad.

La competencia no duerme

Mientras Tesla trata de afinar sus sistemas, empresas como Waymo (propiedad de Alphabet, matriz de Google) continúan ampliando su presencia. Waymo ya opera en varias ciudades, incluyendo la misma Austin, y recientemente anunció haber realizado su viaje número 10 millones con pasajeros pagos.

Amazon tampoco se queda atrás con Zoox, su propuesta de movilidad autónoma especializada para viajes urbanos breves, que busca destacarse con un vehículo especialmente diseñado para no requerir volante ni pedales.

La urgencia de una victoria para Musk

Además de los desafíos técnicos, el contexto político también complica el panorama. Elon Musk ha perdido apoyo entre sus compradores más fieles debido a su cercanía con ciertos sectores políticos conservadores. Las ventas de Tesla han caído tanto en Estados Unidos como en Europa, donde el alineamiento político de Musk ha generado reacciones negativas, especialmente en Alemania y Reino Unido.

Por ello, lograr que los robotaxis funcionen sin inconvenientes podría ser clave para revertir la tendencia negativa tanto financiera como reputacional.

¿Estamos listos para soltar el volante?

La implementación de tecnología completamente autónoma en espacios urbanos plantea preguntas profundas:

  • ¿Qué nivel de error estamos dispuestos a aceptar?
  • ¿Cuáles son los estándares mínimos de seguridad para operar un vehículo sin conductor?
  • ¿Es adecuado usar espacios urbanos densos como campo de pruebas?

Mientras que los defensores, incluyendo al propio Musk, argumentan que los humanos también cometen errores, los críticos insisten en que una máquina no debería tener márgenes de falla cuando se trata de vidas humanas.

El dilema ético de la responsabilidad

Si un robotaxi comete un error que causa un accidente, ¿quién es responsable? ¿El fabricante, el programador, el pasajero o nadie? Hasta ahora, el marco legal no está preparado para responder estas preguntas con claridad.

A medida que los sistemas se vuelven más complejos, también lo hacen las decisiones éticas: por ejemplo, ¿cómo debe actuar un coche autónomo en una situación donde cualquier movimiento conlleva riesgo de daño?

Este es uno de los campos en los que surge el concepto de ética algorítmica, una rama aún emergente que se enfrenta a problemas sin precedentes muchas veces más filosóficos que técnicos.

El desafío tecnológico del aprendizaje constante

Uno de los argumentos a favor de los sistemas de Tesla es su capacidad de aprendizaje a través de la recogida masiva de datos. Se estima que más de 1 millón de vehículos Tesla ayudan a mejorar el sistema mediante sus viajes diarios.

Sin embargo, muchos expertos critican que este aprendizaje ocurre, en parte, en vías públicas sin la presencia de supervisores humanos, lo que representa un experimento de alto riesgo para el conjunto de la sociedad.

¿Qué tiene que decir Tesla?

Hasta el momento, Tesla no ha emitido una declaración formal respecto a la investigación abierta por la NHTSA. Musk, por su parte, ha seguido promoviendo con entusiasmo el “éxito” de los robotaxis en Austin a través de su red social X (anteriormente Twitter).

En una publicación reciente, proclamó: “Para finales del próximo año, podríamos tener cientos de miles de estos vehículos en las carreteras. Estamos al borde de una revolución en la movilidad urbana”.

Pero el entusiasmo de Musk no ha suavizado las inquietudes: si bien la innovación es vital, también lo es la responsabilidad.

¿Qué sigue para el futuro del robotaxi?

Para que Tesla logre una implementación exitosa de sus robotaxis, debe superar múltiples desafíos:

  1. Resolver el comportamiento errático del software en escenarios reales.
  2. Convencer a las autoridades reguladoras de que su sistema es seguro.
  3. Recuperar la confianza del consumidor, cada vez más escéptico.
  4. Navegar un paisaje político y mediático cada vez más polarizado en torno a Elon Musk.
  5. Competir con empresas como Waymo, que cuentan con una ventaja tecnológica y operativa importante.

Lo que está en juego no es solo el futuro de Tesla, sino el paradigma completo del transporte urbano. Si la apuesta sale bien, Musk podría liderar una era dorada de movilidad automatizada. Pero si fracasa, podría retrasar el avance de los vehículos autónomos durante años.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press