Las flores con más fragancia del jardín: un festín para los sentidos
De lilas a jazmines, pasando por magnolias y rosas antiguas: un recorrido por las plantas que aún conservan su perfume inigualable
El poder oculto del aroma en el jardín
En un mundo donde las flores compiten por ser más resistentes, vistosas o longevas, muchas han perdido un rasgo esencial: su fragancia. Sin embargo, para los amantes de la jardinería con alma de poeta, aún existen especies que hacen que detenerse a oler las flores sea una experiencia verdaderamente embriagadora.
Durante dos semanas cada primavera, los visitantes del jardín de Jessica Damiano quedan cautivados por el intenso aroma que emana de sus lilas, recordándonos que el aroma puede ser tan poderoso como la vista a la hora de enamorarse de una planta.
¿Por qué muchas flores ya no huelen?
El motivo es claro: décadas de hibridación han priorizado características como el tamaño, color, resistencia a enfermedades y duración de la floración. El resultado ha sido una merma significativa en la fragancia de especies como claveles, violáceas e incluso algunas rosas modernas. Afortunadamente, aún hay cultivares que conservan su perfume característico.
Lilas que hipnotizan
Las lilas no son todas iguales. Entre las más fragantes se encuentran:
- Syringa meyeri 'Palabin': también conocida como lila coreana enana, es célebre por su dulce fragancia. Ideal para zonas climáticas 3-7.
- Syringa × 'Josee': extremadamente aromática, y curiosamente, puede tolerar desde zonas 2 o 3 hasta la 9.
- Syringa vulgaris 'Krasavitsa Moskvy' (Belleza de Moscú): famosa por sus flores dobles y aroma embriagador (zonas 3-7).
- Syringa vulgaris 'President Lincoln': con flores azuladas y perfume potente (zonas 3-7).
Magnolias: gigantismo con aroma
Otra maravilla sensorial es la magnolia. El cultivar Magnolia grandiflora, más común en el sur de Estados Unidos (zonas 7-9), produce grandes flores blancas con un aroma cítrico y dulce. Para los climas más fríos, la Magnolia virginiana o sweet bay es una alternativa igual de fragante (zonas 5-10).
Vitex o lila de Texas: perfumando el verano
Con sus llamativas espigas de flores púrpuras, el Vitex agnus-castus —conocido como lila de Texas o chaste tree— florece en verano liberando una fragancia atractiva. Este arbusto tolerante a la sequía se desarrolla mejor en zonas 6-9.
Rosas que huelen a rosa
Las rosas antiguas (previas a los híbridos modernos) conservan un perfume profundo y complejo que los híbridos han ido perdiendo. Algunas de las clases más aromáticas son:
- Rosas damascenas: famosas por su uso en perfumería. Florecen una vez, pero el aroma lo compensa.
- Rosas gallicas: una de las rosas más antiguas de Europa. Poseen un aroma cálido y a veces especiado.
- Rosas alba: un perfume suave, pero persistente, muy apreciado en jardines clásicos.
- Rosales de té: origen de muchas fragancias modernas. Aportan aroma afrutado y elegante.
Como consejo: al comprar un rosal, acércate a él literalmente. Escoge guiándote por tu nariz.
Otros campeones del perfume
Además de lilas, magnolias y rosas, hay otras flores que destacan por su fragancia irresistible.
- Jazmín estrella (Trachelospermum jasminoides): una enredadera de hoja perenne con flores en forma de estrella y un perfume dulce. Ideal para zonas 7-10, aunque puede cultivarse en maceta y entrar en invierno.
- Jazmín común (Jasminum officinale): uno de los más aromáticos, se puede cultivar como arbusto o enredadera.
- Jacintos (Hyacinthus orientalis): bulbos de primavera con un aroma fuerte y dulce. Planta varios cerca de entradas en zonas 4-8.
- Guisantes de olor (Lathyrus odoratus): no comestibles, pero muy aromáticos, estos anuales ofrecen tonos pastel y fragancia intensa.
- Heliotropo: con perfume a vainilla, esta planta puede usarse como anual o perenne en zonas 9-11.
- Tabaco ornamental (Nicotiana): ideal para atraer polinizadores por la noche, aunque algunas variedades modernas han perdido intensidad en su aroma.
Armoniza tus sentidos: diseño de un jardín perfumado
No basta con elegir flores aromáticas, hay que colocarlas de forma que su aroma sea disfrutado plenamente:
- Planta especies muy aromáticas cerca de entradas, ventanas o terrazas.
- Distribúyelas de forma que haya algo perfumado en cada temporada: jacintos en primavera, lilas a finales de la misma, jazmines o lilas de Texas en verano, y rosas de otoño más adelante.
- Evita mezclar demasiados tipos de fragancia muy cerca para no saturar el olfato.
Un jardín perfumado no solo embellece el espacio, también despierta memorias, mejora el ánimo y ofrece refugio sensorial. Como dijo el poeta francés Paul Claudel: “El perfume es la inteligencia de las flores”.
El arte (perdido) de oler las flores
“Detente y huele las rosas” no es solo una frase cursi. El olfato está íntimamente ligado con la memoria y las emociones. La ausencia de fragancia en muchas flores modernas es una pérdida cultural y sensorial.
Queremos que nuestros jardines sean vistos... pero también olfateados. Y aunque la industria siga priorizando otras características, el jardinero apasionado puede rebelarse eligiendo especies que no han sacrificado su alma aromática.
La próxima vez que plantes, permítete elegir con el corazón y la nariz. Porque un jardín debe ser vivido con todos los sentidos.