Drones, guerra y alianzas: el triángulo Rusia-Irán-Israel que remodela el conflicto global

La sofisticación tecnológica de los drones iraníes usados por Rusia en Ucrania y los ataques israelíes a Irán evidencian un escenario bélico más geopolítico que nunca

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El hallazgo que llamó la atención del mundo

A principios de junio de 2025, expertos ucranianos que recuperaban los restos de un nuevo ataque nocturno con drones en ciudades del país encontraron un artefacto que no se parecía a ningún otro anteriormente catalogado. A diferencia de los drones Shahed tradicionales, conocidos por su distintivo color negro y su diseño rudimentario, este modelo era blanco, estaba equipado con una moderna plataforma de computación impulsada por inteligencia artificial, una cámara avanzada, enlace de control remoto y, lo más intrigante, tecnología iraní anti-interferencia de señales.

"Parecía hecho a medida para evitar todo tipo de defensa electrónica", señaló Serhii Beskrestnov, experto en electrónica conocido como Flash, quien lideró el análisis del artefacto. A pesar de decir que los datos no son concluyentes, aseguró que su etiquetado seguía un sistema típico iraní.

Una colaboración estratégica: Irán y Rusia

Desde 2022, cuando Rusia firmó un acuerdo de $1.700 millones con Irán, ambos países han estrechado sus lazos militares, en especial en materia de tecnología de drones. Los Shahed-136 y 131, utilizados por Rusia en Ucrania, son versiones localizadas de modelos iraníes capaces de recorrer largas distancias y con una carga explosiva importante.

En la región rusa de Tartaristán, en una planta ultrasecreta llamada Alabuga, Rusia ha estado produciendo localmente estos aparatos con la colaboración técnica y logística de Irán. Documentos filtrados han indicado que, progresivamente, Moscú ha ido reemplazando componentes importados por piezas nacionales, en un esfuerzo por hacer el programa autosuficiente incluso bajo sanciones occidentales.

¿Qué papel juega Israel?

En paralelo, Israel ha intensificado su estrategia para debilitar la capacidad militar iraní en la región. Aunque nunca confirma sus ataques oficialmente, informes indican que la Fuerza Aérea israelí ha bombardeado instalaciones militares iraníes clave en los últimos meses, posiblemente afectando fábricas de drones, depósitos de motores y centros de desarrollo balístico.

Esto coincide con los intereses estratégicos de Occidente, especialmente tras los informes del Ministerio de Defensa del Reino Unido, los cuales apuntan a que "los ataques israelíes probablemente impacten negativamente en la capacidad de Irán de continuar suministrando equipo militar a Rusia".

Escenario multifrente: Ucrania, Gaza y Teherán

El conflicto entre Israel e Irán no se manifiesta solo en ataques aéreos. Hay una dimensión más delicada en Gaza, donde el ejército israelí perdió recientemente a siete soldados en Khan Younis y donde el balance de la ofensiva militar israelí en Gaza ha superado los 56.000 muertos, según el Ministerio de Salud de Gaza, más de la mitad mujeres y niños.

Estas acciones se vinculan, en sentido amplio, al esfuerzo israelí por aplastar a Hamas, pero también a un mensaje claro a Irán y sus aliados en la región: "La disuasión no ha terminado".

Drones: de la guerra táctica a la inteligencia artificial

Lo que más sorprende a los analistas es la vertiginosa evolución tecnológica de los drones. Del simple planeador explosivo, han pasado a complejos aparatos con navegación asistida por IA, motores silenciosos y resistencia a interferencias electrónicas. La guerra entre Rusia y Ucrania ha servido como laboratorio de pruebas para estos dispositivos.

“Estamos viendo un paralelismo con cómo evolucionaron los tanques durante la Segunda Guerra Mundial”, afirmó Mark Cancian, analista senior del Center for Strategic and International Studies. “Lo que ocurre hoy con drones en Ucrania es la génesis de una nueva doctrina de guerra moderna”.

La doble dependencia tecnológica de Rusia

Si bien gran parte de los componentes electrónicos de estos drones son de origen chino o incluso occidental —muchos adquiridos en mercados paralelos—, la dependencia inicial del soporte técnico iraní fue evidente. Esto también hace vulnerable al programa ruso si se interrumpen estos suministros clave, como motores y sensores específicos.

“Nadie desarrolla un programa en 18 meses. Rusia recibió un paquete completo: plantilla técnica, planos, software y formación de personal. Fue un traspaso completo de tecnología”, cita una fuente del Wall Street Journal.

El futuro de la guerra robotizada y los límites

Históricamente, las guerras han incentivado la innovación. Pero hoy, la integración entre gobernanza autocrática, guerra híbrida y sistemas autónomos plantea nuevos dilemas éticos y estratégicos. ¿Hasta qué punto un país tercero como Irán puede permitir que cientos de civiles mueran en Europa oriental con armas desarrolladas en su territorio? ¿Cómo responderán Israel y Estados Unidos a este creciente protagonismo?

Por ejemplo, si Estados Unidos impone nuevas sanciones a empresas iraníes relacionadas con software de drones, podría provocar una reacción en cadena que tenga consecuencias en múltiples teatros (Siria, Irak, Yemen). La guerra ya no tiene frentes únicos, sino capas interconectadas de intereses, actores y consecuencias.

¿Qué implica la drone-dependencia para Ucrania?

Ucrania ha hecho de los drones kamikaze, FPV y lanzadores de granadas parte central de sus operaciones militares. Sin embargo, se enfrenta al desafío de adaptarse al nuevo horizonte tecnológico al que tiene acceso Rusia. También deberá lidiar con los posibles cuellos de botella industriales causados por los ataques israelíes en Irán.

Viktor Yahun, del Servicio de Inteligencia ucraniano (SBU), comentó al Kyiv Independent: "Los drones Shahed hoy no son lo mismo que en 2022. Son más precisos, más maniobrables y mucho más difíciles de interceptar”.

Nuevas trincheras: ciberespacio y ataques dirigidos

A medida que la guerra moderna se extiende al ciberespacio, algunos componentes de los drones (como la inteligencia visual o las redes de comunicación interna) podrían ser vulnerables a software malicioso o hacks. Esto marca un punto crucial para las agencias de inteligencia: vigilar no solo los misiles, sino los datos que los controlan.

Mientras tanto, en Israel, la presión pública por la alta cifra de bajas en Gaza y las implicaciones internacionales de sus bombardeos a Irán, plantea preguntas profundas sobre la sostenibilidad política y moral de su curso militar.

Conclusión intermedia

El hallazgo de un “dron blanco” en Ucrania no es solo una curiosidad técnica. Es la evidencia física de una alianza profunda entre Moscú y Teherán, con ramificaciones que llegan hasta Tel Aviv. En ese delicado equilibrio entre guerra tecnológica, conflicto regional y alianzas secretas, se teje el presente —y quizás el futuro— del orden geopolítico internacional.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press