De la NCAA a los millones: cómo el dinero de NIL está transformando el Draft de la NBA
Cada vez más jugadores optan por quedarse en la universidad gracias al auge de la compensación por nombre, imagen y semejanza
¿Recuerdas cuando la única vía para alcanzar la gloria en el baloncesto pasaba sí o sí por declararte tempranamente al Draft de la NBA? Pues eso ha cambiado radicalmente. En 2025, el baloncesto universitario estadounidense experimenta una revolución sin precedentes, marcada por algo que hasta hace pocos años era impensable: dinero real en las manos de jugadores que aún están en la NCAA.
Una nueva era que comenzó en 2021
Todo comenzó en julio de 2021, cuando por fin se permitió a los atletas universitarios sacar provecho de su nombre, imagen y semejanza (el famoso NIL, por sus siglas en inglés). Esto abrió las puertas a apariciones pagadas, contratos publicitarios e incluso colectivos financiados por fanáticos que otorgan paquetes NIL equiparables a salarios de seis cifras.
Y como si eso fuera poco, desde el 1 de julio de 2025, las universidades estadounidenses podrán pagar directamente a sus atletas, como parte del histórico acuerdo antimonopolio House, valorado en $2.800 millones. Estamos hablando de una estructura casi profesional... sin dejar el campus.
El caso paradigmático de Darrion Williams
Un ejemplo clave es Darrion Williams, exfigura de Texas Tech, quien decidió retirarse del Draft de la NBA para unirse a NC State bajo la dirección de Will Wade. La oferta no solo implicaba un rol de liderazgo en el nuevo equipo, sino un acuerdo NIL más lucrativo que lo que probablemente habría obtenido como segunda ronda en el Draft.
“Hablamos sobre eso. Vimos los números. Hicimos los cálculos”, afirmó Wade. “Williams probablemente iba a ser una selección de segunda ronda, y el paquete que tiene aquí es mejor”.
Datos que confirman una tendencia
El impacto del NIL en el Draft de la NBA es tan profundo que se refleja directamente en la cantidad de jugadores que optaron por declararse como candidatos temprano:
- En 2025, solo 82 jugadores de universidades estadounidenses se registraron como candidatos tempranos al Draft, comparado con 162 en 2024.
- Ese número representa una caída del 49%. Y si se compara con el promedio de 2016-2019 (153.5), la caída es del 47%.
- Tras las fechas límite de retiro, solo 32 jugadores universitarios se mantuvieron en el Draft, frente a 62 en 2024.
- Con internacionales incluidos, el total de candidatos fue de 109, frente a 201 en 2024.
Es una transformación estratégica. Hoy día, si no eres proyectado en el top-20 del Draft, te conviene más quedarte en la universidad, cobrar millones con NIL y preparar mejor tu salto a la élite.
¿La universidad, más rentable que la NBA?
La escala salarial de novatos en la NBA indica que una selección a mitad de la primera ronda (puesto 15) puede ganar unos $3.5 millones. En cambio, el último de la primera ronda (puesto 30) rondaría los $2.1 millones. ¿Y un contrato dual G-League/NBA? Unos magros $500.000 a $600.000.
Sin embargo, se reportan paquetes NIL que van desde los $2 hasta $6 millones, especialmente para jugadores estelares. Como explicó Trajan Langdon, presidente de operaciones de los Detroit Pistons:
“Estos chicos están volviendo a la universidad con la esperanza de convertirse en selecciones de lotería el año siguiente. Ya no vale la pena ser la selección 25 si puedes cobrar más y mejorar tu juego en la NCAA”.
Una decisión más informada
Jon Scheyer, entrenador de Duke, lo resume perfectamente: “Ahora los jugadores pueden analizar si de verdad están listos, sin que el dinero sea el único factor”.
Duke tendrá al menos tres selecciones de primera ronda este año, incluyendo a Cooper Flagg, su probable número 1. Pero otros, como el explosivo Isaiah Evans, decidieron volver al college para no arriesgar su proyección.
“Si no estás consolidado como pick de primera ronda... ¿para qué jugársela?”, dijo Scheyer.
Historias personales: ¿qué habrían hecho con NIL?
¿Y los que ya emprendieron su camino profesional? Thomas Bryant, pivote de Indiana que pasó por cinco equipos desde 2017, dice: “Entiendo que los chicos necesiten dinero para vivir en la universidad. En mi caso, tomé el riesgo. Me aposté todo”.
Isaiah Hartenstein, recientemente campeón con Oklahoma City, también lo comprende. “Todo depende de las circunstancias. Si tienes una buena guía, puedes tomar la mejor decisión”.
El nuevo ajedrez del reclutamiento
Para entrenadores como Will Wade, el NIL ha añadido una capa extra de complejidad al ya difícil arte de construir plantillas. Al intentar fichar estrellas que están entre ir al Draft o quedarse, el manejo del presupuesto es clave.
“Es la realidad. Si no hay riesgo, no hay recompensa”, afirma Wade, convencido de que valdrá la pena esperar por el talento premium, aunque eso signifique perder otros fichajes más seguros.
El caso emblemático de San Antonio y Francia
Incluso fuera del Draft, otros movimientos como la alianza entre los San Antonio Spurs y la empresa francesa de activos digitales Ledger reflejan cómo el mundo del baloncesto está globalizándose y profesionalizando más que nunca.
Los Spurs, que ya cuentan con una profunda conexión francesa gracias a figuras como Tony Parker, Boris Diaw y ahora Victor Wembanyama, presentarán sus nuevos uniformes patrocinados por Ledger en el próximo Draft. La colaboración incluye iniciativas sociales en París, combinando deporte y tecnología con su campamento Spurs Tech & Basketball.
¿A dónde va el Draft?
Todo indica que el Draft de la NBA será cada vez más selectivo, con menos jugadores poniendo su nombre para “ver qué pasa”. Al contrario, los jugadores pueden tomarse su tiempo, desarrollarse más y cobrar mientras lo hacen, algo que era impensable hace cinco años.
Es la era del jugador universitario empoderado, del baloncesto como pasarela profesional verdadera y no como una simple parada de tránsito obligada.
Y, como todo cambio importante, esto apenas comienza.