Basketball tras las rejas: el proyecto que transforma la vida de hombres encarcelados
El Twinning Project y los Golden State Warriors enseñan a reclusos a ser entrenadores, con un impacto que va mucho más allá del deporte
VACAVILLE, California — En un rincón del sistema penitenciario de California, un grupo de hombres está descubriendo una nueva oportunidad de vida a través del deporte. En la Prisión Estatal de Solano no sólo se lanzan pelotas al aro: se cultivan segundas oportunidades. Es allí donde el Twinning Project, en colaboración con los Golden State Warriors y el Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California, ha creado un programa sin precedentes que enseña a reclusos el arte de entrenar baloncesto. Pero el verdadero fruto de este proyecto no son tiros de tres: es la transformación humana.
Orígenes del Twinning Project: del Reino Unido a California
El Twinning Project nació en el Reino Unido en 2018, ideado por Hilton Freund, con el propósito de unir clubes profesionales de fútbol como Arsenal y West Ham United con prisiones, utilizando el deporte como herramienta de rehabilitación. Su impacto en las cárceles británicas motivó su expansión a Estados Unidos, en particular a través de clubes como D.C. United, Angel City FC y Miami FC.
Pero la llegada del programa a la NBA ha marcado un nuevo capítulo: los Golden State Warriors fueron los primeros en sumarse, llevando su reconocida Warriors Basketball Academy al interior de una prisión, una experiencia tan transformadora para los internos como para los entrenadores.
Una cancha, una nueva oportunidad
Cada martes durante seis semanas, 16 hombres intercambiaron sus uniformes azules por camisetas de los Warriors con sus nombres estampados. En esas cuatro horas semanales, no sólo aprendían sobre técnicas de tiro, defensa o táctica. Aprendían también a gestionar la ira, a comunicarse, a liderar y a construir comunidad. Aprendían, en definitiva, a replantearse quiénes eran.
Ray Woodfork, ahora mentor e integrante del primer grupo de graduados, lo expresó con claridad tras evitar un altercado con otro recluso: "Eso ya no soy yo". Antes, en una situación así habría reaccionado con violencia. Ahora tuvo la capacidad de caminar hacia su dormitorio y poner en práctica una lección clave del programa: palmas abajo. Este gesto —extender las manos con las palmas hacia abajo— simboliza la habilidad de seguir adelante y desacelerar las emociones tóxicas.
El rap como catarsis y enseñanza
La historia de transformación de Woodfork ha ido más allá del gimnasio. Inspirado por frases del entrenamiento, comenzó a componer y rapear letras que narran su proceso de cambio. "Con las palmas abajo me calmo, el siguiente movimiento es mío", recitó emocionado durante la ceremonia de graduación del segundo grupo, mientras sus compañeros lo ovacionaban.
Ese día, cada graduado caminó hacia el centro del gimnasio a recibir su certificado, una camiseta y un aplauso. Era mucho más que un acto simbólico: era un momento de legítima celebración por haber elegido mejorar.
Más allá de una actividad física
El poder de este programa radica en su abordaje integral. Según un estudio publicado por la Universidad de Oxford en 2023, los programas como el Twinning Project reducen la violencia, mejoran la conducta y fortalecen las relaciones interpersonales en prisión.
Graham Betchart, quien también trabaja con el equipo masculino de baloncesto de UConn, guía los aspectos de entrenamiento mental. Su enfoque se resume en frases motivacionales como: "Lo dejo ir, lo devuelvo, el siguiente movimiento lo ataco". Y así —con palabras simples pero potentes— ayudan a los participantes a desarrollar control emocional, disciplina y enfoque resiliente.
Un equipo y una comunidad
No son sólo entrenadores ni meros reclusos. Han formado una comunidad. Hombres que probablemente nunca se habrían relacionado, ahora se animan entre sí al lanzar un tiro libre o al compartir sus emociones. La aceptación, la inclusión y el perdón emergen como pilares fundamentales, recordándoles que aún pueden tener un propósito.
Festus Ezeli, exjugador de los Warriors, ha participado en múltiples sesiones. Su presencia añade una dosis invaluable de motivación: "No estamos aquí solo para enseñarles baloncesto. Estamos aquí para mostrarles que son valiosos...", ha dicho emocionado.
El impacto en todos los niveles
Para Ben Clarfield y Jeff Addiego, líderes de la academia de baloncesto de los Warriors, la experiencia ha sido transformadora. "Si me encontrara con uno de ellos afuera, lo abrazaría de inmediato", confesó Addiego al borde de las lágrimas. "No preguntamos por sus historias, pero lo que compartieron con nosotros fue impresionante".
Los entrenamientos no se limitaban al baloncesto. Cada jornada incluía ejercicios mentales, dinámicas cooperativas y reflexiones en grupo. Al final, en el círculo central del gimnasio, los participantes compartían comentarios y agradecimientos con el equipo técnico. Todos coincidían: "nos sentimos vistos, valorados, amados".
¿Un cambio real?
Muchos podrían cuestionar si puede haber verdadera redención desde el interior de una institución penitenciaria. Las 32 personas que hasta ahora han pasado por el programa en Solano son una evidencia viviente de que sí. Al menos, cuando existe el apoyo, la guía y la intención correcta.
Woodfork, ahora además consejero de adicciones, aspira a que el gobernador Gavin Newsom revise su caso. "He cambiado. No soy el mismo joven que cometió ese crimen. Deseo poder contribuir a la sociedad, demostrar que soy más que mis errores", afirma.
El futuro del Twinning Project
Con más programas en camino, incluyendo posibles colaboraciones con otras franquicias de la NBA, Freund está convencido de que el impacto seguirá creciendo. "Golden State es difícil de superar", admite con orgullo, aunque sueña con replicar el modelo en más estados.
Este es un proyecto donde el deporte deja de ser competencia y se convierte en construcción. Donde un balón puede cambiar la dirección de una vida. Donde una comunidad decide creer en las segundas oportunidades.
O como lo resume uno de los versos de Woodfork: "Es más profundo que el juego y el nombre en tu camisa, es el Twinning Project, donde los hombres reales ponen en práctica el trabajo".