Armani primavera-verano 2026: el legado se viste de geometría, textura y serenidad

El icónico diseñador italiano se ausenta por primera vez de la pasarela, pero deja impreso su sello inconfundible en una colección que redefina el masculino con delicadeza y sofisticación

Una ausencia significativa

Por primera vez en cinco décadas de carrera, Giorgio Armani, una de las figuras más emblemáticas del diseño italiano y de la moda global, no asistió a su desfile en Milan Fashion Week. A sus 90 años, Armani se encuentra recuperándose de una condición de salud no revelada. Sin embargo, su estilo, visión y precisión estética siguieron tejiendo los hilos del desfile gracias a su figura de confianza: Leo Dell’Orco, el hombre que ha sido su mano derecha durante 45 años.

Dell’Orco tomó el relevo con elegancia al cierre del desfile, asegurando que Armani “estaba muy contento” con la colección, especialmente por el detalle moderno y romántico de presentar parejas hombre-mujer desfilando con prendas a juego. Una reafirmación de la arquitectura versátil del vestuario masculino que el diseñador ha cultivado a lo largo de su trayectoria.

El lenguaje de la textura y la tranquilidad

La colección Primavera-Verano 2026 del maestro italiano es un manifiesto silencioso pero elocuente sobre la riqueza del diseño masculino cuando este se deja llevar por la textura, la proporción y la geometría sin perder su funcionalidad.

Las prendas desfilaron bajo un telón de fondo de azul Mediterráneo, entre piedras volcánicas obsidianas que proyectaban sofisticación, en armonía con una paleta cromática de tonos desérticos deslavados, verdes sutiles, azules intensos, y tonos urbanos en negro y gris. Era, sin duda, una exploración estética del verano con elegancia sobria.

Los códigos del verano según Armani

Esta nueva propuesta navega entre la nostalgia y la vanguardia. A simple vista, los conjuntos parecerían monocromáticos, pero un examen más cercano revelaba el mágico equilibrio de patrones geométricos que conversaban entre sí a través de conjunciones inesperadas de texturas: lino rugoso, cuero trenzado, gamuza suave y seda fluida.

Todo ello en formas etéreas y habituales para el universo armaniano como:

  • Pantalones anchos plisados, los favoritos del diseñador desde los 80.
  • Chaquetas de construcción suave: desde las cruzadas con cuello chal hasta versiones más livianas en cuero.
  • Chalecos de escote en V profundo que reemplazan las camisas, perfectos para climas cálidos y para transicionar del trabajo al ocio.

Entre las referencias de diseño, emergían guiños exóticos como collares Nehru, túnicas, y una chaqueta tipo kimono que evocaban la visión global de Armani. No era una mímesis cultural, sino una amorosa evocación de sus viajes y su sensibilidad cosmopolita.

La pareja como musa

Uno de los momentos más comentados del desfile fue la presencia de parejas masculino-femeninas desfilando en conjunto. No se trataba únicamente de palabras sobre inclusividad o género fluido, sino más bien de una celebración del vestir compartido. Armani, que ha sido pionero en desdibujar las líneas entre lo masculino y lo femenino, lo reafirma con ropa cuya fluidez dialoga con todas las identidades.

Es un gesto aparentemente simple, pero poderoso, que señala que la moda puede hablar de intimidad, comprensión y unidad desde la sutileza estética.

Diseño silencioso, impacto sonoro

Lejos del estruendo maximalista de muchas pasarelas contemporáneas, la colección SS26 se expresó en silencios meditativos: sin estampados estridentes, sin logotipos evidentes y con poca ornamentación. En su lugar, pequeños broches decorativos capturaban la luz, lo suficiente para aportar un brillo contenido a cada atuendo.

Los complementos también se alineaban con ese ethos: sandalias de cuerda, cinturones trenzados, bolsos ligeros, todo en una lógica de practicidad refinada. Un verdadero manifiesto sobre cómo el lujo no tiene que ser ruidoso.

Armani: el minimalismo emocional

Durante mucho tiempo, la moda masculina se regía por normas rígidas y consistentes: trajes oscuros, camisas planas, líneas rectas. Giorgio Armani, a lo largo de su carrera, dedicó su energía a liberar esos códigos. Fue el primero, en los años 80, en revisitar el traje como prenda fluida, aportando ligeras desestructuraciones, nuevos tejidos como la seda, y una silueta relajada que hoy parece norma pero que, en su momento, fue revolucionaria.

Mi visión del estilo es algo que proporciona confianza sin necesidad de gritar”, dijo en una entrevista a The New York Times en 2006. Esa frase encapsula perfectamente lo que vimos nuevamente en la pasarela de Milán.

Innovar desde la continuidad

Cumplir medio siglo en la moda es nada menos que una hazaña hercúlea. Sin embargo, Armani lo ha hecho no desde la reinvención total ni el cambio drástico, sino desde la profundización paciente en su propio lenguaje estético. Sus colecciones no buscan la novedad superficial, sino la renovación interior de un estilo siempre coherente, siempre humano.

En tiempos donde muchas casas buscan viralidad o escándalos estratégicos, Armani mantiene su legado con inteligencia silenciosa, algo cada vez más escaso.

Celebridades en el front row

La importancia cultural del desfile no solo estuvo en la ropa. El evento contó con invitados de primera línea como Giancarlo Esposito (conocido por “Breaking Bad” y, más recientemente, “Captain America: Brave New World”) y Jason Isaacs (quien apareció en la tercera temporada de “White Lotus”). Ambos celebraron la colección y el impacto duradero del maestro italiano.

Una narrativa que trasciende

Giorgio Armani no solo diseña ropa, diseña personajes, climas, atmósferas. Y si bien esta vez no apareció físicamente para saludar al final del desfile, su mirada estaba en cada costura. Con 90 años, sigue marcando tendencia y —más importante aún— cultivando una estética enraizada en la autenticidad y el respeto por la esencia del vestir.

Mientras el mundo se agita, cambia, y persigue novedades efímeras, Armani continúa ofrendando cada temporada una lección de elegancia atemporal. Y la colección SS26 es, posiblemente, su gesto más íntimo y sereno.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press