¿Qué pasó con los Orioles de Baltimore? De promesa a decepción en solo un año
Una mirada crítica al declive de un equipo que parecía destinado a la grandeza en la MLB
Cuando todo prometía ser un reinado
En la temporada 2023, los Baltimore Orioles se convirtieron en una de las grandes historias del béisbol. Ganaron 101 juegos y parecían estar en el comienzo de una era dorada. Con una plantilla joven, asequible y nutrida de talento proveniente de las ligas menores, muchos analistas predijeron una dinastía emergente para los orioles. Sin embargo, si 2023 fue un sueño, 2024 ha sido una pesadilla con toques de cruda realidad.
Un declive alarmante
Tras una reciente derrota ante los Yankees, los Orioles tienen un récord de 11 juegos por debajo de .500. Aunque han ganado 17 de sus últimos 27 juegos, su balance en los últimos 162 encuentros de temporada regular es de 75-87. Esta caída estrepitosa contrasta profundamente con su desempeño en 2023 cuando comenzaron la temporada 49-25.
¿Qué ha salido mal? Es una mezcla compleja de malas decisiones gerenciales, lesiones devastadoras y un rendimiento inconsistente, especialmente en el cuerpo de lanzadores.
Lesiones: el talón de Aquiles de Baltimore
El infortunio con las lesiones ha sido un actor principal en el drama de los Orioles. La ausencia de Adley Rutschman, receptor estrella y primera selección del draft, ha dejado un vacío incalculable. Grayson Rodríguez, uno de los brazos jóvenes más prometedores, no ha lanzado este año. Para empeorar las cosas, Zach Eflin solo ha logrado hacer 11 aperturas con una ERA de 5.46.
Ni Colton Cowser ni Jordan Westburg han estado a salvo de los problemas físicos, lo que ha obligado a los Orioles a recurrir regularmente al fondo de su rotación y a jugadores sustitutos.
Se fue la ambición: una offseason sin compromiso
Tras una temporada de gran éxito, era de esperar que la oficina principal hiciera movimientos ambiciosos para consolidar el proyecto. Pero en lugar de reforzar, los Orioles adoptaron una postura tímida. Dejaron ir a Corbin Burnes, su as de la rotación, sin reemplazarlo con talento de nivel comparable. Optaron por contratos de un año con lanzadores mediocres que funcionaron más como parches que como soluciones reales.
No es de extrañar que FanGraphs les otorgue apenas un 3.7% de probabilidades de clasificar a los playoffs. A pesar de estar solo 6 1/2 juegos por detrás de la última plaza de comodín, el consenso es: los Orioles no convencen.
Otros equipos decepcionantes de 2025
Los Orioles no están solos en su bajo rendimiento. Varias franquicias que entraron a los playoffs en 2024 están fuera del panorama actualmente:
- San Diego Padres (42-35, 39.3%): comenzaron fuerte con récord 23-11, pero han bajado el ritmo.
- Cleveland Guardians (39-37, 34.1%): se juegan la última plaza del comodín con Seattle.
- Atlanta Braves (35-41, 27.3%): inconsistencia total pese a tener un talento incuestionable.
- Kansas City Royals (38-40, 20.0%): Bobby Witt Jr. brilla, pero no es suficiente en un vestuario con poca ofensiva.
Parece que el año 2025 ha sido especialmente implacable para aquellos que llegaron alto y confiaron en repetir sin modificaciones sustanciales.
¿Y si aún hay esperanza?
Está claro que Baltimore aún conserva una base joven interesante. Entre los talentos emergentes, cabe destacar nuevamente a Rutschman y Rodríguez cuando estén saludables, y posibles emergencias desde las menores. Sin embargo, el gran interrogante se sitúa en el pitcheo. El bullpen ha sido irregular, y la debacle del 12-8 ante los Rays, donde Baltimore desperdició una ventaja de 8-0, ilustra a la perfección esa debilidad.
En ese partido, Yennier Cano permitió cuatro carreras en la quinta entrada y fue enviado luego a las ligas menores. Andrew Kittredge también fue castigado con cuatro carreras más. Estos errores sistemáticos son los que le cuestan partidos cerrados y series clave al equipo.
Historia de una caída: señales de alerta ignoradas
Si se mira en retrospectiva, algunos analistas ya avisaban que el ascenso de Baltimore podría no ser sostenible sin decisiones inteligentes desde la gerencia. La organización insistió en confiar solamente en talento joven sin blindarlo con veteranía. En comparación, los Dodgers, por ejemplo, cultivan talento propio pero hacen adiciones estelares cada verano.
De hecho, esa fórmula híbrida entre juventud y experiencia es también la que ha llevado a equipos como los Braves de los últimos años a mantenerse relevantes. Y es donde los Orioles han fallado: ni gastan, ni apuestan fuerte; simplemente esperan que todo se alinee solo.
Cuando la mala suerte se combina con la mala gestión
Podría argumentarse que las lesiones no se pueden prever. Pero los buenos equipos son aquellos que tienen profundidad y planificación para absorber esas bajas. Si bien Baltimore tiene uno de los mejores sistemas de granjas en las Grandes Ligas, no ha sabido traducir esa ventaja en resultados consistentes. En cambio, ha dependido demasiado de figuras clave, y eso ha resultado insostenible.
¿Qué sigue para Baltimore?
Los Orioles necesitan reevaluar si están comprometidos a competir o a simplemente "ver qué pasa". Se acercan momentos clave en la temporada: la fecha límite de traspasos será definitiva para marcar postura. ¿Comprar o vender? Si deciden competir, podrían buscar refuerzos para un bullpen que tambalea y una rotación que inspira poco. Pero eso implicaría ceder prospectos, algo que la organización ha evitado históricamente.
Si optan por vender, entonces jugadores como Anthony Santander o el propio Kittredge podrían ser monedas de cambio. El riesgo está en enviar señales contradictorias a un vestidor que ya ha sufrido bastante este año.
Un vistazo nostálgico y duro a la vez
En 2023, Baltimore lideró la liga en optimismo. Ahora lidera en decepciones. Su historia debe servir como advertencia: en el béisbol moderno, no se puede vivir solo del talento promesa. La mezcla correcta de inteligencia gerencial, profundidad y salud es la clave, y ninguna de esas áreas está funcionando correctamente para los Orioles hoy.
Como dijo Buck Showalter una vez cuando dirigía el equipo: “La mediocridad es el resultado de esperar que las cosas se arreglen solas.” Hoy, más que nunca, esas palabras resuenan en Camden Yards.
Dato curioso y cierre reflexivo
¿Sabías que los Orioles eran uno de los cinco equipos que han ganado la Serie Mundial en más de una ciudad? Aunque Baltimore es la sede histórica moderna, el equipo comenzó como los St. Louis Browns.
El tiempo dirá si este declive es solo un bache o el inicio de una tendencia más preocupante. Por ahora, los fanáticos de Baltimore hacían bien en soñar... pero empieza a ser hora de enfrentar la realidad.