Día Internacional del Yoga en India: Una celebración de unidad, bienestar y poder cultural
Miles de personas se reunieron en toda la India para practicar yoga al aire libre, resaltando el alcance global de esta disciplina milenaria y su papel como instrumento diplomático
El 21 de junio de 2025 marcó la celebración del 11º Día Internacional del Yoga, una fecha que en India se vive con intensidad, espiritualidad e incluso matices políticos y culturales. Desde playas bañadas por el sol hasta glaciares en el Himalaya, decenas de miles de personas salieron a practicar posturas ancestrales, conectando cuerpo, mente y respiración bajo el lema de este año: “Yoga por una Tierra, una Salud”.
India convertida en una gran esterilla
Desde la metrópolis bulliciosa de Mumbai hasta los templos serenos en Guwahati, el yoga se tomó cada rincón del país. En las playas de Visakhapatnam, el Primer Ministro Narendra Modi lideró una masiva sesión de yoga, acompañado por cientos de ciudadanos formando una especie de mosaico humano entre esterillas coloridas y el rumor de las olas.
En palabras del propio Modi: “El yoga nos lleva en un viaje hacia la unidad con el mundo. Debería ser la base de una política global de paz interior”. No es solo una frase poética: la expansión de esta disciplina ha sido uno de los proyectos más ambiciosos de diplomacia cultural del gobierno indio.
Un evento global con corazón indio
Fue en 2014 cuando el Primer Ministro Modi presentó ante la Asamblea General de las Naciones Unidas una moción para declarar oficialmente el 21 de junio como Día Internacional del Yoga. Recibió respaldo unánime, con 177 países copatrocinadores. Desde entonces, el yoga no sólo forma parte del estilo de vida espiritual de millones de personas, sino que también se ha convertido en un símbolo del poder blando de India.
En 2025, países como Indonesia, Malasia, Francia, Argentina, Brasil, Sudáfrica y Estados Unidos organizaron actos conmemorativos. En Nueva York, frente al edificio de la ONU, se realizó una sesión multitudinaria con más de 3000 personas.
Yoga en números: impacto global
Según datos de la International Yoga Federation:
- Más de 300 millones de personas practican yoga a nivel mundial.
- El 38% de estos practicantes están fuera de Asia, principalmente en América del Norte y Europa.
- La industria global del yoga genera más de 80 mil millones de dólares anualmente, incluyendo clases, equipo, ropa y retiros.
Esto evidencia cómo una práctica milenaria pasó de los bosques del sur de Asia a los gimnasios de Berlín, las aulas universitarias de Boston y los parques de Buenos Aires.
Yoga y espiritualidad en un mismo plano
En el templo Kamakhya de Guwahati, santos hindúes demostraron asanas complejas en plena comunión espiritual con su fe. Para ellos, el yoga no es tendencia, sino una manifestación del control de los sentidos. En otras ciudades, incluso miembros de las fuerzas armadas se unieron a la festividad, realizando posturas sobre el hielo del glaciar Siachen o la cubierta de buques militares.
En Mumbai, la costanera se llenó de familias enteras al amanecer. Una imagen que captó la atención global fue la de un perro descansando pacíficamente entre practicantes en Marine Drive, representando la paz y la inclusión que transmite el yoga.
Yoga en la cotidianidad: salud, equilibrio y comunidad
Más allá de los fastos y celebraciones oficiales, el yoga ha transformado la vida de millones de personas. Siddharth Maheshwari, un emprendedor tecnológico que asistió a una clase colectiva en Nueva Delhi dijo: “Para mí, es el acto de equilibrar el mundo interno y el mundo externo. Es como reiniciar el alma cada mañana”.
Uno de los mayores aportes del yoga es su capacidad para reducir el estrés, mejorar la salud mental y promover la empatía. En una época con crecientes problemas de salud psicológica, el yoga ha servido como medicina preventiva y puente comunitario.
Yoga “2.0”: un nuevo comienzo para la humanidad
Con su énfasis en la respiración (pranayama), la atención plena (mindfulness) y el movimiento consciente, el yoga ha trascendido lo físico. Para muchos, representa una propuesta para un nuevo orden mundial interior. No es sorprendente que Modi haya declarado: “Dejemos que este Día del Yoga marque el inicio del Yoga para la Humanidad 2.0”.
Lo que comenzó como una práctica ascética hoy es parte de los currículos escolares en India, de terapias de rehabilitación en clínicas occidentales y hasta sirve de herramienta de inclusión en lugares tan diversos como cárceles, campos de refugiados o centros de meditación en Silicon Valley.
La democratización de una práctica milenaria
Desde comunidades tribales en Jharkhand hasta estudiantes en Nueva Delhi, el acceso al yoga cada día es más amplio. Las redes sociales también han influido en esta expansión, con celebridades, políticos y atletas compartiendo sus posturas favoritas y rutinas diarias.
El yoga también ha adquirido un carácter integrador: hay versiones adaptadas como el “chair yoga” para personas mayores o con movilidad reducida, y prácticas específicas para combatir enfermedades crónicas. Lo importante ya no es solo la perfección técnica, sino la intención consciente de cuidar el cuerpo y silenciar el ego.
Un llamado global desde la India
India ha exportado muchas cosas: Bollywood, curry, filosofía vedántica, ajedrez, saris vibrantes… pero pocas tan universales como el yoga. En el Día Internacional del Yoga de 2025, el país no solo celebró su legado espiritual, sino que también lo ofreció generosamente al mundo, como una brújula en tiempos inciertos.
Como escribió el sabio Patanjali hace más de 2000 años:
“Cuando el aliento es irregular, la mente también lo es. Pero cuando el aliento está tranquilo, también lo está la mente.”
Quizás el futuro que buscamos no esté en algún avance tecnológico de vanguardia sino... en una simple esterilla, en el suelo, bajo el cielo del amanecer.