Nadezhda Rossinskaya: ¿Heroína o traidora?

El caso de la activista rusa condenada a 22 años por ayudar a ucranianos: un símbolo de la represión del Kremlin o un acto de terrorismo con fines políticos

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Una sentencia que sacude Europa

La activista rusa Nadezhda Rossinskaya, también conocida como Nadin Geisler, ha sido condenada a 22 años de prisión por colaborar con ciudadanos ucranianos afectados por la invasión rusa. Con cargos de traición y financiamiento al terrorismo, su caso ha incrementado la preocupación internacional sobre la creciente represión hacia la disidencia en Rusia desde el inicio de la invasión de Ucrania en 2022.

Rossinskaya dirigía el colectivo civil "Ejército de Bellezas", una red de mujeres voluntarias que afirmaban haber ayudado a miles de personas a huir de zonas ocupadas por Rusia. Aunque es difícil verificar cuántas personas fueron efectivamente evacuadas, varias fuentes independientes dan crédito a sus esfuerzos humanitarios.

¿Una llamada por Instagram? El detonante de su arresto

Según los documentos del tribunal y su abogado, Alexey Pryanishnikov, la acusación se basa en un post de Instagram donde se solicitaban donaciones para apoyar a las fuerzas ucranianas. Rossinskaya ha negado haber redactado o publicado dicho mensaje. En sus declaraciones, filtradas a través del medio independiente Mediazona, ella asegura que todo es producto de una campaña para silenciarla por oponerse a la guerra de Putin.

Su detención ocurrió en febrero de 2024 cuando regresó de Georgia a la ciudad fronteriza de Belgorod para coordinar una evacuación. Su decisión de volver al territorio ruso, a pesar del riesgo, ha sido descrita por algunos como valiente, y por otros, como temeraria.

Un castigo sin precedentes

El tribunal militar de Belgorod aceptó la petición de prisión hecha por los fiscales, aunque esta fue menor que la solicitada inicialmente: 27 años. Sorprendentemente, Rossinskaya, en un gesto que pareció más símbolo que sumisión, pidió que si la iban a condenar, fuera durante 27 años y un día, para así poseer el título de la condena más larga a una mujer en la Rusia moderna. El récord lo tiene Darya Trepova, condenada a 27 años por un atentado con bomba que mató a un bloguero prorrégimen en 2023.

La represión rusa: cifras que alarman

  • Más de 792 personas han sido juzgadas en Rusia desde el inicio de la guerra por cargos de traición, espionaje o colaboración con potencias extranjeras.
  • 530 de estos casos han terminado en condenas, según la asociación de abogados Pervy Otdel.
  • Rossinskaya fue incluida en septiembre de 2023 en el registro ruso de "extremistas y terroristas", junto a figuras que han criticado la guerra o ayudado económicamente a los ucranianos.

La cifra no solo habla de la judicialización del pensamiento diferente en Rusia, sino de una sistemática purga de opositores. Numerosos periodistas, activistas y ciudadanos comunes enfrentan largas penas por defender puntos de vista contrarios al Kremlin.

¿Héroe o enemiga del Estado?: Las lecturas del caso

El caso Rossinskaya ha dividido opiniones tanto dentro como fuera de Rusia. Para los sectores oficialistas, su ayuda a ucranianos la convierte en traidora y amenaza a la seguridad nacional. Para otros, tanto dentro de la disidencia rusa como en Europa y Ucrania, ella es una mártir moderna, víctima del autoritarismo ruso, que arriesgó su vida por ayudar a inocentes atrapados en la guerra.

"Su única acción fue ayudar a las personas a escapar del horror de la guerra. Eso nunca debería ser un crimen", comentó Lyudmila Savchuk, activista de derechos humanos radicada en Lituania.

En respuesta a la condena, el presidente del Parlamento Europeo Charles Michel expresó su indignación, calificando la sentencia como "vergonzosa y contraria a los valores del derecho internacional". Agregó: "Europa no olvidará el nombre de Nadezhda Rossinskaya".

La Rusia post-2022: represión ampliada

Muchos observadores comparan este periodo con el stalinismo, no por la magnitud de los crímenes, sino por la forma sistemática de acallar la crítica. La libertad de prensa está restringida, y oponerse a la guerra es considerado traición. El Kremlin incluso modificó el Código Penal en 2022 para permitir condenas más severas contra quienes desacrediten públicamente a las Fuerzas Armadas.

"Es una estrategia de miedo. Si ayudan a los ucranianos, son terroristas. Si protestan, son traidores. Si informan, son espías", opinó el periodista ruso exiliado Ivan Pavlov.

Una cuestión simbólica

El caso también pone de manifiesto cómo el Kremlin usa casos emblemáticos para lanzar mensajes políticos claros. Sentenciar a Rossinskaya a 22 años no es solo castigar a una persona, sino infundir miedo a cualquiera que intente seguir su ejemplo.

"Es una advertencia disfrazada de justicia", explicó el sociólogo ucraniano Igor Kovalchuk. "Al extender estas penas, desincentivan toda forma de resistencia civil y mantienen el control interno".

¿Y ahora qué?

Varios grupos de derechos humanos han comenzado campañas para exigir la liberación de Rossinskaya. Desde la organización Amnistía Internacional hasta Human Rights Watch, coinciden en que su caso es un ejemplo claro de persecución política.

Aquí puedes firmar la petición para su liberación.

Mientras tanto, su futuro está sellado con hierro y concreto en una prisión rusa. Y aunque su cuerpo permanezca entre rejas, su historia ya ha escapado al mundo y se ha ganado un lugar en la lucha silenciosa de voces que no se callan bajo regímenes autoritarios.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press