La industria musical bajo ataque: Así están cambiando la IA y los escándalos el panorama del pop en 2025

Mientras Chris Brown enfrenta cargos por violencia, artistas e industrias luchan contra una avalancha de música generada por inteligencia artificial que amenaza con redefinir el negocio y la creatividad.

Chris Brown en el banquillo: ¿un patrón de conducta o una excepción?

Desde su explosiva llegada al estrellato en 2005 con el hit “Run It”, Chris Brown ha estado tanto en la cima de las listas como en el ojo del huracán. En junio de 2025, volvió a hacer titulares, esta vez fuera del escenario. Se declaró no culpable ante el tribunal Southwark Crown de Londres por un presunto ataque con botella al productor musical Abe Diaw en la popular discoteca Tape, ubicada en el lujoso barrio de Mayfair en febrero de 2023.

Según los fiscales, Brown y su colega Hoody Baby (nombre artístico de Omololu Akinlolu) protagonizaron una agresión plagada de violencia, captada por las cámaras del local nocturno. El incidente se produce a pesar de que el artista ha tratado durante años de rehabilitar su imagen, dañada notablemente a raíz de su condena por agredir a Rihanna en 2009.

El tribunal decidió permitir que el cantante mantuviera su gira, liberándolo bajo fianza de £5 millones (aproximadamente 6.75 millones de dólares). Su nuevo tour arrancó en Ámsterdam a principios de junio y tiene fechas en América del Norte a partir de julio. Pero la pregunta es evidente: ¿Puede Brown seguir escapando del daño a su reputación, o esta vez alcanzará un punto de no retorno?

Éxito musical y controversia: dos caras de la misma moneda

El caso es solo el más reciente en una serie de tropiezos legales y sociales que han acompañado la carrera de Brown, a pesar de sus logros artísticos. Ganador de dos premios Grammy —el primero por su álbum “F.A.M.E.” en 2011, y el más reciente por “11:11 (Deluxe)” este año—, el cantante ha dominado charts globales con temas como “Kiss Kiss” y “Without You”.

La dualidad entre su éxito comercial y sus problemas personales plantea un debate sobre cuánta tolerancia tiene la industria (y el público) hacia artistas con historiales de violencia. Mientras algunos abogan por separar la obra del creador, otros insisten en la responsabilidad moral de vetar a figuras problemáticas.

La amenaza de la inteligencia artificial en la música

Pero los escándalos individuales como el de Brown no son el único temblor que sacude al mundo musical en 2025. Desde los estudios hasta los algoritmos, una nueva amenaza ha surgido silenciosamente: la música generada por inteligencia artificial.

La plataforma francesa Deezer, una de las pioneras en luchar contra este fenómeno, anunció recientemente que comenzará a etiquetar álbumes que contengan contenido generado por IA. Esta función busca frenar lo que considera una práctica fraudulenta: el uso de modeladores generativos para crear miles de canciones por día que luego son reproducidas por bots en granjas de streaming para recolectar regalías ilegítimas.

20,000 canciones diarias: la inundación artificial

Según el CEO de Deezer, Alexis Lanternier, este año se cargan aproximadamente 20,000 canciones generadas completamente por IA cada día en su plataforma, una cifra que representa el 18% del total de nuevo contenido. Tres meses antes, ese número estaba en 10%, lo que refleja un crecimiento exponencial.

Y aunque sólo el 0.5% de las reproducciones totales en Deezer pertenecen a canciones enteramente creadas por IA, Lanternier advierte que el propósito detrás de la mayoría es claramente la manipulación del sistema de regalías.

“Crean toneladas de canciones y las suben. Luego intentan colarse en las listas de reproducción o recomendaciones, y, como resultado, recogen regalías”, dijo Lanternier en una entrevista reciente.

¿Quién tiene la culpa? Plataformas, distribuidores y algoritmos

A diferencia de YouTube o SoundCloud, los músicos no pueden subir canciones directamente a Deezer o Spotify. Necesitan hacerlo a través de sellos discográficos o servicios de distribución digital. Esto ha dado pie a una industria secundaria plagada de oportunistas que utilizan IA para ganar dinero sin creatividad, ni humanidad.

Además, Deezer estima que 7 de cada 10 reproducciones de estas canciones generadas por inteligencia artificial proceden de bots, no de oyentes reales.

Y el problema está lejos de ser local o anecdótico. Plataformas como Spotify, Apple Music y Amazon Music también enfrentan el mismo dilema, aunque sin medidas concretas como las de Deezer. Esto ha llevado a artistas y productores a exigir mayores controles y sistemas transparentes que garanticen que las regalías sean distribuidas de manera justa y ética.

Demandas por derechos de autor: la tormenta legal ha comenzado

Mientras tanto, empresas como Suno y Udio, dos de los generadores de canciones por IA más populares, enfrentan múltiples demandas por infracción de derechos de autor. Se las acusa de utilizar grabaciones existentes sin pagar licencias, desde clásicos de Chuck Berry hasta baladas de Mariah Carey.

En Alemania, la organización GEMA (que gestiona regalías) también demandó a Suno por generar canciones “confusamente similares” a piezas conocidas como “Forever Young” y “Mambo No. 5”.

A la espera de resoluciones judiciales, algunas disqueras ya negocian compensaciones directas con estas compañías, reconociendo que las edificaciones legales actuales no están preparadas para esta nueva ola tecnológica.

Batallas en el verano de la música: entre clásicos humanos y algoritmos musicales

Lo curioso es que mientras esta discusión cobra fuerza, el verano musical de 2025 avanza con un abanico de potenciales “canciones del verano”. Desde el vibrante “NUEVAYoL” de Bad Bunny, que recupera con orgullo las raíces salseras de El Gran Combo, hasta el viral “Boots on the Ground” de 803Fresh —nacido en TikTok y con vibes country-trap—, los sonidos más calientes del momento siguen viniendo, en su mayoría, de compositores humanos.

La batalla entre música generada por humanos frente a la que produce la inteligencia artificial sigue siendo, por ahora, desigual. Pero si las grandes plataformas no logran establecer barreras claras, podríamos enfrentarnos a un futuro donde las listas Top 40 estén dominadas por bots musicales.

¿Qué nos espera en el futuro de la música?

Con artistas como Kendrick Lamar, Sabrina Carpenter y Young Miko demostrando que la autenticidad aún vende, el mensaje está claro: el arte emocional sigue resonando más que los loops computarizados. Pero la industria debe reaccionar pronto si quiere evitar una era donde la inspiración sea reemplazada por scripts y el talento por producción en masa.

Mientras tanto, tanto músicos como oyentes tenemos la responsabilidad de exigir transparencia, promover el arte auténtico y apoyar a los creadores que, más allá del escándalo —como en el caso de Chris Brown— o del algoritmo, todavía creen en el poder transformador de la música.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press