Israel vs Irán: ¿Al borde de una guerra regional nuclear?

Un análisis del conflicto más peligroso del siglo XXI, mientras el mundo observa, teme e intenta mediar

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El polvorín del Medio Oriente explota (otra vez)

Desde el 13 de junio, Israel e Irán están inmersos en un conflicto directo sin precedentes en su historia moderna. Un intercambio de ataques aéreos y misiles ha desencadenado una escalada que, según expertos y diplomáticos, podría convertirse en el mayor conflicto militar en Medio Oriente desde la invasión de Irak en 2003.

La situación ha derivado en más de 657 muertos en Irán, incluidos 263 civiles, y más de 2,000 heridos, según la organización Iran Human Rights, con base en Washington. En Israel, se han confirmado al menos 24 muertes y cientos de heridos producto de los ataques con misiles y drones iraníes.

¿Qué desencadenó la guerra?

Israel justificó su campaña de ataques apuntando a nuclearización de Irán. Históricamente, la república islámica ha asegurado que su programa nuclear tiene fines pacíficos. Sin embargo, los niveles de enriquecimiento de uranio al 60% alcanzan cifras peligrosamente cercanas al 90% necesario para una bomba atómica. Cabe recordar que Irán es el único país no nuclear que ha enriquecido uranio a semejantes niveles.

El estallido comenzó con ataques israelíes sobre instalaciones nucleares y militares iraníes, incluyendo Natanz, Isfahan y centros clave en Teherán. Unos días después, Teherán respondió con misiles balísticos y más de 1,000 drones kamikaze lanzados hacia territorio israelí.

Trump en el centro: ¿intervención de Estados Unidos?

El expresidente Donald Trump, de regreso en el centro político, evalúa actualmente una posible intervención directa de EE.UU. en el conflicto. Entre las opciones sobre la mesa figura un ataque al enriquecimiento subterráneo de Fordo, una instalación protegida bajo una montaña, que se considera inaccesible salvo por las ya famosas “bunker-buster” estadounidenses.

Trump ha declarado que tomará una decisión en dos semanas. Su intervención dependerá, en parte, del avance de las negociaciones diplomáticas reactivadas en Europa. “Existe una posibilidad sustancial de una nueva ronda de diálogo nuclear con Irán”, dijo desde Washington.

Diplomacia en juego: Europa intenta mediar

La ciudad de Ginebra acoge esta semana una crucial cumbre diplomática entre el canciller iraní Abbas Araghchi y sus contrapartes de Reino Unido, Francia, Alemania y el jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell.

David Lammy, ministro de exteriores británico, declaró: “Existe una ventana en las próximas dos semanas para lograr una solución diplomática. Debemos detener la escalada antes de que se descontrole”.

Aun cuando Irán mantiene su política de “ni rendición, ni negociación bajo presión”, la presión económica interna y las recientes bajas sufridas podrían motivar cierta apertura.

Punto crítico: ¿puede escalar el conflicto hacia una guerra nuclear regional?

Varios analistas advierten que este conflicto tiene el perfil perfecto para convertirse en un “cisne negro” geopolítico. No solo involucra dos potencias militares regionales, sino que se da en un entorno lleno de tensiones acumuladas: Siria, Líbano, Irak y el estrecho de Ormuz son todos puntos sensibles.

La posibilidad de una guerra más amplia tiene eco en las declaraciones del ministro de Defensa israelí, Israel Katz, quien lanzó una alarmante amenaza hacia el líder supremo iraní, el Ayatolá Alí Jamenei. “El ejército israelí sabe que para cumplir sus objetivos, este hombre no puede seguir vivo”.

Del lado iraní, el tono ha sido igualmente bélico. Jamenei declaró que cualquier participación militar de EE.UU. traerá “un daño irreparable” para Washington y sus aliados.

El factor nuclear: ambigüedad estratégica y sospechas

Irán nunca ha reconocido formalmente que quiera construir una bomba atómica. No obstante, como indicamos antes, algunos de sus avances técnicos resultan difíciles de conciliar con fines puramente civiles. Por su parte, Israel nunca ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y es ampliamente considerado como una potencia nuclear de facto.

Según el Arms Control Association, Israel podría poseer entre 80 y 300 ojivas nucleares. Esta “ambigüedad estratégica” le permite actuar con poder disuasivo sin confirmación oficial, algo único en el panorama internacional.

Los riesgos para los civiles y la comunidad internacional

Los ataques han afectado infraestructura crítica. En Be'er Sheva, Israel, un misil iraní impactó directamente en el Hospital Soroka, dejando al menos 80 heridos, entre pacientes y médicos. En Irán, los ataques israelíes alcanzaron Rasht, una ciudad cercana al Cáspio, obligando a evacuaciones masivas.

Uno de los grandes peligros es la interrupción de Internet en Irán, lo cual dificulta la diseminación de alertas aéreas y evacuar de forma segura a civiles.

Además, el conflicto podría afectar mercados energéticos globales. El estrecho de Ormuz, paso del 25% del petróleo mundial, se mantiene en vigilancia constante por parte de la marina iraní y fuerzas aliadas del Golfo. Un conflicto mayor aquí dispararía el precio del petróleo y alteraría cadenas de suministro globales.

¿Es la solución diplomática aún posible?

A pesar de la violencia, hay señales tímidas de esperanza. El canciller alemán Johann Wadephul dijo en un podcast publicado por la emisora MDR: “Si Irán muestra disposición real y transparente de desistir de sus planes, hay una verdadera chance para frenar la escalada... Cada conversación tiene sentido ahora”.

Además, la coordinación entre EE.UU. y Europa parece sólida. Francia confirmó que su ministro de exteriores, Jean-Noël Barrot, comunicó a Washington los objetivos del encuentro con Irán, y EE.UU. se mostró presto a conversaciones directas en cualquier momento.

El propio Wadephul añadió: “Irán debe saber que ahora tiene que tomarse estas negociaciones con una nueva seriedad”.

¿Y ahora qué?

La historia del Medio Oriente está marcada por ciclos de violencia, diplomacia y promesas rotas. Pero este conflicto representa un punto de inflexión nuclear. Nunca antes estuvieron tan cerca Irán e Israel de cruzar el umbral. Y con potencias como EE.UU. observando desde la barrera —o considerando saltar al campo— el desenlace podría alterar el equilibrio regional por generaciones.

La próxima semana, Ginebra podría marcar el punto de inflexión hacia la guerra o la paz. El reloj nuclear sigue avanzando.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press