El regreso de Andrew Cuomo y Anthony Weiner: ¿redención política o reciclaje de escándalos?

Las elecciones primarias en Nueva York presentan un fascinante combate por el poder, con viejos rostros controvertidos y nuevos aspirantes progresistas

Una elección con aroma a segunda oportunidad

Las elecciones primarias municipales de Nueva York de 2025 han acaparado titulares no sólo por su importancia para el futuro político de la ciudad más poblada de Estados Unidos, sino porque entre los candidatos hay figuras que antaño dominaron el escenario político y que ahora buscan una redención pública. Entre ellos destacan el exgobernador Andrew Cuomo y el excongresista Anthony Weiner; ambos dejaron sus cargos envueltos en graves escándalos, pero han decidido volver a la arena política.

Cuomo lidera una concurrida lista de 11 aspirantes demócratas por la alcaldía de Nueva York. Weiner, por su parte, se disputa un escaño en el Concejo Municipal. Ambos intentan reescribir sus legados en una ciudad donde la memoria puede ser corta, pero tampoco perdona fácilmente.

Andrew Cuomo: entre aplausos pandémicos y acusaciones de acoso

Andrew Cuomo fue, en su momento, uno de los gobernadores más populares de Estados Unidos. Durante los primeros meses de la pandemia de COVID-19, su manejo de la crisis le ganó elogios incluso más allá del espectro político. Sin embargo, en 2021 se vio forzado a renunciar tras múltiples denuncias de acoso sexual por parte de 11 mujeres, investigaciones internas e incluso una posible acusación federal en su contra. En su defensa, Cuomo siempre negó haber actuado de forma inapropiada.

Atrás quedaron los días en que se especulaba con su candidatura presidencial. Sin embargo, en 2025 ha regresado con fuerza, liderando una primaria demócrata en la que también participan figuras como la presidenta del Concejo Municipal Adrienne Adams y el contralor Brad Lander.

El asambleísta estatal Zohran Mamdani se ha alzado como su rival más fuerte, apoyado por pesos pesados del ala progresista como Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez. Este respaldo es significativo, ya que Mamdani representa una generación de políticos enfocados en los derechos de los inmigrantes, la justicia racial y una visión del gobierno menos corporativa. ¿Qué tiene entonces Cuomo que ofrecer en contraste? Su experiencia, se diría; pero también su historial de cuestionada ética pública.

Anthony Weiner: el espectro del escándalo digital

El regreso de Anthony Weiner, quien en su momento fue una estrella en ascenso del Partido Demócrata, ha causado aún más sorpresa. Weiner renunció al Congreso en 2011 tras reconocer que había enviado fotografías sexualmente sugerentes a mujeres a través de redes sociales. Su intento de retomar su carrera con una campaña para la alcaldía en 2013 terminó en ruinas cuando se supo que había continuado con su conducta incluso después del primer escándalo.

Pero peor aún vendría después: en 2017 fue condenado a 21 meses de prisión federal por enviar mensajes sexuales a una menor de edad. El escándalo fue tan grave que afectó incluso a la campaña presidencial de Hillary Clinton, ya que la computadora de Weiner contenía correos electrónicos clasificados de su entonces esposa Huma Abedin, asesora de Clinton.

Hoy, Weiner se ha lanzado nuevamente a la política, compitiendo por el Distrito 2 del Concejo Municipal de Nueva York frente a otros cuatro candidatos, incluidos nombres fuertes como el asambleísta Harvey Epstein. Durante los debates, ha mantenido un perfil moderado, evitando hablar demasiado del pasado, centrando su mensaje en las necesidades locales como vivienda y seguridad.

Las reglas del juego: voto preferencial y primarias cerradas

Uno de los aspectos distintivos de la contienda es que en Nueva York se aplica el sistema de voto por orden de preferencia (ranked-choice voting). Los votantes pueden clasificar hasta cinco candidatos en orden de preferencia. Si ningún aspirante obtiene más del 50% de los votos en la primera ronda, se eliminan a los candidatos con menos votos y se redistribuyen sus preferencias hasta que alguien supere ese umbral.

Este sistema, ya empleado en las elecciones municipales de 2021, cambia radicalmente la estrategia de campaña. No basta con movilizar a los votantes propios; también hay que resultar aceptable para los simpatizantes de otros candidatos. En un entorno con 11 aspirantes principales, esto puede abrir puertas e impedir dominancias simples.

Nueva York también opera con un sistema de primarias cerradas, lo que significa que sólo los votantes registrados como demócratas pueden votar en las primarias del Partido Demócrata. Alrededor del 65% de los 5.1 millones de votantes registrados en la ciudad son demócratas, por lo que ganar esta primaria suele equivaler a ganar la alcaldía.

La sombra del alcalde Adams y los otros contendientes

En una jugada audaz e inédita, el alcalde Eric Adams —quien fue electo en 2021 como demócrata— ha decidido no participar en la primaria y presentarse en noviembre como candidato independiente. Esto se debe en parte a su involucramiento en un caso de corrupción federal del cual posteriormente fue exonerado. Aun así, su popularidad se ha visto mermada por los escándalos y la percepción de mano dura en materia de seguridad sin muchos resultados tangibles.

Entre los aspirantes destacan:

  • Adrienne Adams: actual presidenta del Concejo Municipal, con fuertes apoyos entre las bases del partido.
  • Brad Lander: contralor de la ciudad, con una agenda centrada en la equidad presupuestaria y el control de gastos.
  • Jessica Ramos y Zellnor Myrie: senadores estatales que apuestan por la representación de las minorías y políticas laborales progresistas.
  • Whitney Tilson y Scott Stringer: nombres conocidos del mundo empresarial y político moderado, respectivamente.

La batalla de Buffalo y las elecciones más allá de Nueva York

Las primarias neoyorquinas también afectan otras partes del estado. En Buffalo, por ejemplo, la ciudad más grande del oeste del estado, se elegirá a su próximo alcalde. Christopher Scanlon busca mantenerse en el cargo tras ser nombrado alcalde interino tras la renuncia de Byron Brown. Se enfrenta a un campo diverso, con figuras como el senador estatal Sean Ryan, respaldado por el Partido Demócrata del condado.

Este escenario muestra que, aunque los reflectores apuntan a la Gran Manzana, la pugna por el poder municipal es relevante en toda Nueva York. Las ciudades están apostando por liderazgos nuevos, pero también observan con suspicacia los regresos de figuras políticas con pasados problemáticos.

¿Redención moral o cinismo político?

La pregunta que subyace a estas contiendas es: ¿hasta qué punto los votantes están dispuestos a perdonar y olvidar? Casos como el de Andrew Cuomo y Anthony Weiner obligan a medianamente replantear el valor del legado político, la responsabilidad pública y la memoria colectiva.

Para algunos, estos candidatos simbolizan experiencia, conocimiento del aparato público y una voluntad de corregir errores del pasado. Para otros, representan una cultura política que no termina de asumir rendición de cuentas.

Lo que está claro es que estas elecciones serán clave no sólo para determinar el futuro de la gobernabilidad en la ciudad, sino para entender cómo los neoyorquinos rehacen –o no rehacen– su confianza en los líderes que una vez decepcionaron.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press