Amazon, IA y despidos: ¿Nos está alcanzando el futuro del trabajo?

Con nuevas inversiones multimillonarias y una transformación interna impulsada por la inteligencia artificial, Amazon se prepara para una era de productividad sin precedentes... ¿pero a qué costo humano?

El cambio que se avecina: Amazon apuesta todo por la inteligencia artificial

Amazon, una de las empresas tecnológicas más influyentes del mundo, ha comenzado a delinear el futuro de su estructura laboral y operativa de forma clara: la inteligencia artificial (IA) será el eje central de su crecimiento. Esta transición, aunque fascinante desde el punto de vista tecnológico, plantea preguntas inquietantes sobre el empleo, la productividad y el papel de la humanidad en un mundo automatizado.

Recientemente, Andy Jassy, CEO de Amazon, envió un comunicado a sus empleados en el que reconocía que el uso extensivo de la inteligencia artificial conllevaría una reducción en la fuerza laboral corporativa en los próximos años. “Necesitaremos menos personas haciendo algunos trabajos que hoy hacemos, y más personas haciendo otros trabajos”, afirmó, con una franqueza poco habitual en la industria.

10.000 millones aquí, 20.000 millones allá: la gran inversión en IA

Desde inicios de 2024, Amazon ya ha comprometido más de 40.000 millones de dólares en proyectos destinados a fortalecer su infraestructura de inteligencia artificial y computación en la nube. Esta reestructuración incluye:

  • $10 mil millones para un nuevo campus enfocado en IA en Carolina del Norte.
  • $10 mil millones en centros de datos en Mississippi, Indiana y Ohio.
  • $20 mil millones destinados al desarrollo de dos complejos de centros de datos en Pensilvania.

La razón detrás de esta inversión masiva es clara: los centros de datos que apoyan la IA consumen cantidades astronómicas de energía. Requieren servidores, sistemas de almacenamiento, enfriamiento y redes de ultra velocidad para manejar el aprendizaje automático y las operaciones en tiempo real de clientes en todo el mundo.

Alexa con cerebro nuevo y traducción automática al estilo Hollywood

Además de su infraestructura, Amazon ya está aplicando IA generativa en productos y servicios que llegan directamente al consumidor:

  • En marzo, lanzaron una función de doblaje automático mediante IA para películas y series en su servicio de streaming Prime Video.
  • En febrero, presentaron una versión revitalizada de Alexa, infundida con capacidades de IA generativa que permiten conversaciones más naturales, respuestas contextuales y manejo de múltiples tareas.
  • En noviembre pasado, Amazon invirtió $4 mil millones adicionales en la startup de IA Anthropic, desarrolladora de Claude, un modelo competidor de ChatGPT.

Así, Amazon no solo busca ser líder en infraestructura de IA, sino también en el desarrollo y comercialización de productos que integran inteligencia artificial en la vida cotidiana.

¿Cuántos empleos peligran realmente?

Durante décadas, los avances tecnológicos han venido acompañados de un temor persistente: que las máquinas reemplacen a los humanos. Según un informe de McKinsey, se estima que entre el 25% y el 30% de los trabajos actuales podrán ser automatizados de manera parcial o total para 2030.

Amazon, con su gigantesca maquinaria logística y tecnológica, es un campo de prueba perfecto. La empresa ya ha implementado sistemas que reemplazan tareas previamente asignadas a empleados humanos:

  • Almacenes automatizados con robots Kiva (ahora Amazon Robotics).
  • Chatbots de atención al cliente potenciados por IA.
  • Optimización de rutas de entrega usando algoritmos de aprendizaje automático.

¿Significa esto que millones perderán sus empleos? Probablemente no de la noche a la mañana, pero sí marca el inicio de un proceso de transformación laboral que podría dejar atrás a quienes no logren adaptarse.

Amazon no está sola: el contexto global de la automatización

Otras grandes empresas también están apostando por la IA como catalizador de eficiencia:

  • Meta (anteriormente Facebook) anunció una inversión de $14.3 mil millones en Scale AI y la creación de un equipo centrado en lograr una “superinteligencia”.
  • Intel se asoció con Amazon para desarrollar chips personalizados de IA para la nube de AWS.
  • Google y Microsoft compiten ferozmente en el espacio de modelos lingüísticos y suites de productividad con IA (como Gemini y Copilot, respectivamente).

Estamos viendo el nacimiento de una carrera global por la supremacía en IA, y como en toda carrera tecnológica, solamente los más rápidos —o los más preparados— sobrevivirán.

El dilema ético del “progreso”

Andy Jassy llamó a sus empleados a ser “curiosos con la IA”, a asistir a talleres, autoformarse y aportar ideas para hacer más con menos. Suena inspirador, pero también plantea una pregunta oportuna: ¿es razonable transferir a los empleados la responsabilidad de no quedarse atrás?

El discurso de “reinventarse” puede ser un arma de doble filo. La automatización podría abrir oportunidades para quienes se adapten, pero también puede ampliar desigualdades entre trabajadores altamente calificados y aquellos sin acceso a las herramientas para actualizarse.

“La IA no reemplazará a los humanos. Pero el humano que use IA, reemplazará al que no lo haga.” — Kai-Fu Lee, ex presidente de Google China y experto en IA.

¿Qué podemos esperar del futuro cercano?

Ante esta transformación histórica, existen tres escenarios posibles para el trabajador promedio en una empresa como Amazon:

  1. Reinserción y capacitación: Amazon podría brindar opciones reales de reubicación laboral dentro de su ecosistema, dependiendo del compromiso de la compañía con la sostenibilidad social.
  2. Aceleración del desempleo estructural: Si muchas tareas se automatizan y las habilidades actuales quedan obsoletas, sectores completos podrían verse desplazados sin una red de contención clara.
  3. Hibridación humana-máquina: En el mejor de los casos, los trabajadores utilizarían herramientas de IA para aumentar su productividad, creatividad y eficiencia.

Más allá de los despidos: el verdadero rol de la IA en nuestras vidas

La pregunta no debería ser únicamente qué empleos desaparecerán, sino qué tipo de sociedad queremos construir con la ayuda de la IA. ¿Una donde las ganancias de productividad beneficien solamente a accionistas? ¿O una donde todos puedan participar del progreso tecnológico?

La tecnología, como toda herramienta, tiene un impacto neutral hasta que le damos dirección. Las políticas laborales, las decisiones corporativas y una ciudadanía informada definirán si esta cuarta revolución industrial nos empodera o nos deja atrás.

Amazon ha tomado su decisión. Ha apostado por la eficiencia máxima a través de la automatización. Nos toca ahora a nosotros —trabajadores, líderes y comunidades— decidir cómo respondemos, cómo nos preparamos y cómo reclamamos nuestro espacio en este futuro ya presente.

Como dijo el académico e historiador Yuval Noah Harari: “La inteligencia artificial no es solo una tecnología más. Es una fuerza transformadora que reconfigurará el mercado laboral, la educación, la política, el amor... incluso lo que significa ser humano.”

El reloj avanza y la revolución no espera.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press